Capítulo 3: El comienzo

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Samuel le daba todo lo rapido que podia a los pedales; sabía que llegaba tarde y era lo que menos quería. Tenía claro que todos le tendrian ganas y lo que menos quería, era ser el centro de todas las miradas. Dejó por un momento de pedalear, al darse cuenta que ya estaba casi al lado del instituto. Alzó la mirada al estacionarse en la entrada y se encontró a Polo, Guzmán, Lu y un chico que no conocía hablando y riendo como si nada hubiera pasado. También, logró distinguir la melena rubia de Carla, por muchas más chicas rubias que hubiera en el instituto, la de ella tenía algo que la hacía única. Caminó con su típico aire de grandeza, pasando por el lado, de los que hasta antes de las vacaciones, eran sus amigos; sin detenerse ni un solo instante. Le resultó extraño el hecho de no pararse con ellos; si no, seguir su camino sin girarse a saludarlos. Pensó que el motivo sería su ruptura con Polo, pero, no entendía por qué no saludó a los demás.

¿Será que todos sus amigos se pusieron de parte de él y la dejaron de lado?

A lo largo del verano, sabía que algo estaba pasando con Carla Rosón; alias la marquesita. Coincidieron en ciertas ocasiones, cuando no estaba de viaje con sus padres y se quedaba unos días en Madrid. Aún no tenía clara la intención con la que ella lo buscaba. Al principio, pensó que era por el reloj. Además, nada le quita de la mente que ese aparato, tiene algo que ver en todo lo que pasó con Marina. Está completamente seguro que la única persona que puede responder a sus inquietudes es ella. Pero algo no le cuadra y pudo confirmar sus sospechas, cuando, aquel día de verano recibió una llamada que hasta el momento lo ha dejado pensativo.

Flashback

Estaba recogiendo para salir de mi turno, harto de tener que aguantar los insultos y puterios que me hacían Guzmán y su grupito. Decidí salir por la puerta trasera, no me apetecía iniciar una pelea en frente del local donde trabajo. Cuando estaba saliendo; dispuesto a encenderme un cigarro, empezó a sonar mi móvil. Al principio dudé en contestar la llamada; ya que no era un número que tuviera guardado. Al final no lo pensé más y contesté. En ningún momento me esperé que la voz que escucharía al otro lado de

la línea; fuera la de Carla.

-Hola, ¿quién llama? –dije, mientras buscaba el mechero para encender el cigarro.

-Hola Samuel, soy Carla –saludó con su voz suave, pero a la vez, demostrando la seguridad que siempre la caracterizaba.

-Dime, ¿pasó algo? –le pregunté preocupado. Carla nunca me había llamado, ni siquiera habíamos hablado antes por texto.

-No, no pasó nada. Me gustaria saber, si podríamos vernos. Necesito estar con alguien y pensé en ti; por lo que pasó aquel día de fin de curso – su tono de voz empezó a debilitarse, como si le costase la vida esto que estaba haciendo.

-No entiendo por qué quedar conmigo, pero, no importa, ¿cuándo quieres quedar? –le dije mientras le daba una calada al cigarro.

-¿Puedes quedar ahora? –me pregunto suavizando el tono de su voz.

-Si, ¿donde quieres que nos veamos? –le pregunté mientras empezaba a caminar hacia mi bicicleta.

-¿Te importaría venir hasta mi casa? –Suspira– nadie sabe que estoy en Madrid y me gustaría que siguiera siendo así –agregó.

-¿Crees que tus padres aceptarán el que yo vaya a vuestra casa? –le pregunté al mismo tiempo que me subía a mi bici para dirigirme a su residencia.

-Por mis padres no te preocupes, que no están en casa. Estoy sola y me vendría bien un poco de compañía. A ti es a la única persona a la que me apetece ver en este momento,

Inesperadamente, TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora