Capítulo 2

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Cap 2

Hace más de una hora que estoy caminado vagamente, si bien el shock desaparece lentamente, una angustia en mi pecho crece progresivamente, estaba preparado mentalmente para escapar sin dejar rastro, pero no estaba preparado para despedirme, no cuando por primera ves acepte el cariño de alguien. El ambiente no ayudaba, la noche ya estaba instalada, el cielo aparentemente perfecto de la mañana, ahora se encontraba turbado en nubes, el camino de piedra mantenía una empinada bajada y el aroma putrefacto de los desechos de una taberna cercana me daban náuseas. Cuando las cosas parecían no poder ir peor, tres borrachos fueron sacados a patadas de la hedionda taberna, solo pude darme la vuelta y observarlos con intenso desdén, no sé si fue que lo percibió o simplemente le llame la atención, pero el más corpulento del grupo me miró con una ambiciosa sonrisa, simplemente me di la vuelta y seguí mi caminata, ahora algo más apresurada, tire una suave maldición a la nada, algo no muy propio de mi, la calma es siempre la mejor aliada a la hora de tomar decisiones, aunque este pinchazo en mi nuca que me advierte que estoy siendo observado, mata cualquier rastro que pueda haber de ella. Derecha, izquierda, esas direcciones fui tomando, solo con la idea mental de acercarme al oeste, sabía que esta zona de la ciudad era conocida por ser maltrecha y que no era habitada por las mejores personas, pero nunca imaginé fuera tan hostil. Sin previo aviso un callejón penetró en mi vista frontal, esta imagen ya la tuve más de una ves en mente, siempre me pareció un cliché de las persecuciones presente en alguno de los libros que leía de pequeño, pero aquí me encontraba cara a cara con la realidad de ser acorralado. Las tres figuras se acercaban a mí, el más corpulento, ubicado en la posición central esbozo su sonrisa repulsiva, su pelo largo grasoso, la falta de sus 4 dientes frontales superiores y el aro colocado de forma horizontal en su nariz, lo hacían espeluznante.

-Que hace un mocoso como tú por un suburbio como este ?.

-¿Quieres dinero no?¿ si te lo doy me dejaras ir?.

-Tu quieres morir mocoso-Dijo enfurecido -.

Tome mi bolsa repleta de dinero y la arroje al piso.

-Ahí tienes el valor aproximado de 100 monedas de oro, déjame ir, no tengo nada más que darte-El miedo se acumulaba en mi cuerpo, pero mantenía la esperanza de que me dejarán ir, si les daba lo que quería-.

-Tienes una pequeña fortuna ahí mocoso, es mucho más de lo que perdí apostando, en esa putrefacta taberna, pero no soy estúpido, tu vienes de alguna familia poderosa y cobraré mucho más por tu cabeza, Carl, Lenny denle una buena paliza.

Sus dos compañeros acortaban la distancia con cada paso, si bien no eran muy altos y más que fuertes parecían enclenques, me superaban en número y experiencia, tome mi daga por debajo de mi capa que ocultaba mi cuerpo al completo y tome una postura defensiva.

--Diviértenos enano.

-Este es tu fin.

Luego de escupir sus amenazas e insultos, el de la derecha se acercó y me tiró un golpe a puño cerrado, lo pude esquivar con facilidad, pero el de la izquierda, me embistió contra la pared del callejón, su delgado cuerpo sorprendentemente, tenía la fuerza para levantarme en el aire y hacer que mis pies dejarán el suelo.

-Eso es todo pies ligeros?.

-....-Las palabras ya no me serían útiles en esta situación -.

Sin pensarlo dos veces, dirigí mi mano diestra, la cual tenía empuñada mi pequeña pero muy afilada daga, en dirección de mi atacante, logré perforar el tejido de su antebrazo con relativa facilidad, el corte no fue perfectamente vertical, debido al roce de la brillante hoja contra el hueso, lejos de ser ineficaz la imperfección de mi ataque causó más dolor de lo normal, el herido hombre soltó su agarre, yo por otro lado, envuelto en la adrenalina del momento, rápidamente tire otra perforación, pero ahora en su estómago, su cara palideció, espesa sangre broto de él y mancho mi mano, cayó al piso retorcido de dolor.

Patrick MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora