Los Elegidos

El Despertar de los Elegidos

A medida que los protagonistas caminaban por las calles de Luminaris, notaron que la ciudad estaba extrañamente desierta. Etnas, Naug, Dirgo y Lycar intercambiaron miradas preocupadas y se dirigieron a Lumis en busca de respuestas.

"Lumis, ¿por qué la ciudad está vacía?" preguntó Etnas, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz.

Lumis suspiró profundamente y miró a los protagonistas con seriedad. "La ciudad está desierta porque la guerra contra la oscuridad ha dejado solo a dos guardianes en Luminaris: Noctur y yo", respondió con solemnidad.

Explicó que la mayoría de los guardianes habían partido hacia el frente de batalla, luchando contra las sombras y protegiendo los reinos de la luz en otras partes del mundo. Luminaris, como bastión central de los guardianes, era un objetivo clave para la oscuridad, y muchos habían sacrificado su seguridad personal para proteger este lugar sagrado.

Lumis condujo a los protagonistas hacia un imponente edificio al final de la calle principal. Se trataba de un bastión fortificado con grandes torres que se alzaban hacia el cielo, emanando una luz brillante y cálida. El nombre del bastión, en latin, era "Custodia Luminis", que se traducía como "La Fortaleza de la Luz".

A medida que se acercaban a Custodia Luminis, los protagonistas quedaron impresionados por la belleza y la grandeza del edificio. Sus paredes estaban cubiertas de relieves y grabados que representaban la historia de los guardianes y sus hazañas en la lucha contra la oscuridad. Dentro de la fortaleza, había salas de entrenamiento, bibliotecas con conocimientos ancestrales y santuarios dedicados a la luz.

En el interior de Custodia Luminis, los protagonistas fueron conducidos ante Noctur, el último guardián que permanecía en la ciudad.

 Noctur los recibió con una mirada penetrante y serena, vestido con una toga negra adornada con detalles dorados. Su cabello largo estaba recogido, y una barba bien cuidada acentuaba su semblante sabio.

"Saludos, Etnas, Naug, Dirgo y Lycar", dijo Noctur con una voz profunda y resonante. "He escuchado hablar de vuestro valiente viaje y vuestra lucha contra las sombras. Estáis aquí porque habéis sido elegidos para convertiros en guardianes de la luz".

Los cuatro protagonistas asintieron, sintiéndose honrados y humildes ante la presencia de Noctur. Sabían que estaban ante un ser de gran sabiduría y experiencia, y estaban listos para recibir su guía en su camino hacia la transformación final.

"Vuestra tarea será ardua, pero no estáis solos", continuó Noctur. "Junto a Lumis, yo os instruiré en el camino de los guardianes de la luz. Aprenderéis a dominar vuestro poder interior y a utilizar la luz para combatir la oscuridad que amenaza nuestro mundo. Pero primero, debéis enfrentar pruebas que os mostrarán vuestro verdadero valor y determinación".

Etnas, Naug, Dirgo y Lycar miraron a Noctur con determinación en sus ojos. Estaban dispuestos a enfrentar cualquier desafío y a demostrar su valía como guardianes de la luz.

"Noctur, ¿cuál es la naturaleza de estas pruebas?" preguntó Dirgo con curiosidad, ansioso por comenzar su entrenamiento.

Noctur sonrió sabiamente y respondió: "Las pruebas que enfrentaréis serán tanto físicas como espirituales. Os llevarán al límite de vuestras habilidades y os mostrarán vuestras fortalezas y debilidades. Pero además de eso, hay una parte fundamental en vuestro entrenamiento como guardianes de la luz: la magia de los mundos".

Lumis asintió en acuerdo y continuó: "La magia es una fuerza elemental que fluye a través de los reinos, conectando todo en armonía. Cada uno de vosotros tiene una afinidad mágica única, un vínculo especial con uno de los elementos: fuego, agua, tierra o aire. Esta conexión os otorga el poder de manipular y utilizar la magia en vuestra lucha contra la oscuridad".