Capitulo 3: La bodega

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El estudiante errante y Vincent caminaron con confianza hacia la bodega. Varios zombis se interpusieron en su camino pero Vincent los quito del camino con un rápido y fuerte golpe de su bastón. Mientras más se acercaban más zombis aparecían lo que ocasiono que un no notaran al zomruner que se comenzaba a acercar discretamente hacia el estudiante errante. El zomruner embistió a el estudiante errante y lo dejo tirado en el suelo. Vincent miro a su alrededor buscando al estudiante errante pero solo veía zombis. Desesperadamente saco un cilindro de hierro con un lado afilado de su mochila, coloco el cilindro en un lado del bastón y lo giro a la altura de las cabezas de los zombis. El lado afilado mato a los zombis que rodeaban a Vincent y cuando estos cayeron al suelo pudo ver a el estudiante errante forcejeando contra el zomruner en el pasto. Vincent corrió y embistió al zomruner quitándoselo de encima al estudiante errante.

-Ahora sabes lo que se siente cuando nos embisten ustedes, maldito zomruner- exclamo Vincent mientras apuñalaba al zomruner en el cráneo.

Tras aniquilar al zomruner, Vincent le extendió la mano al estudiante errante para ayudarlo a levantarse, el estudiante errante tomo su mano y Vincent lo levanto. Ambos caminaron hasta la cortina metálica de la bodega y la abrieron. Dentro de la bodega había una camioneta junto a montones de libros y comida. También había botellas de pintura en spray junto a otros cachivaches que asemejaban algunos tipos raros de armas.

El estudiante errante se encamino hacia las botellas de pintura en spray las cuales tomo para dirigirse hacia la gris y descolorida camioneta. Vincent cerró la cortina de metal tras él y se acomodó en una silla para ver al estudiante errante alegrar un poco esa descolorida camioneta.

El estudiante errante tomo las botellas de pintura rojas, café y negras. Agito la pintura negra y dibujo una E en cursiva en las puertas traseras de la camioneta. Después tomo la pintura café y escribió una E de una manera como si fuera una E tallada con un cuchillo en una superficie de madera. Por último tomo la lata de pintura roja y escribió el nombre Vincent en el capo de la camioneta.

-Te quedo bastante bien, sabes, cuando Vanessa llegue aquí, todos iremos a la playa como si fuéramos una familia- dijo Vincent con una sonrisa en su rostro. –Vanessa debería llegar aquí mañana al amanecer, creo que deberíamos dormir-

Vincent abrió un gabinete y extrajo dos sacos de dormir los cuales coloco en el suelo. El estudiante errante se recostó en un saco de dormir y miro detenidamente el techo, eso le hizo recordar las noches en las que sus compañeros compartían historias en la fogata mientras que el solo estaba recostado mirando detenidamente el techo, escuchando las historias de sus compañeros sobre como mataron a un zombi o como les fue en la exploración de hoy. Tras que sus recuerdos lo atormentaran, el estudiante errante se quedó dormido recordando como Esparza lo acompañaba esas noches para que no estuviera solo.

Unos rayos de luz chocaron con el rostro del estudiante errante despertándolo, al levantarse de golpe miro a Vincent caminando de ventana a ventana como si estará esperando con ansias a alguien. El estudiante errante tomo unas rosquillas del montón de comida y las devoró. Eran las primeras rosquillas que comía desde hace mucho tiempo. Pasaron las horas y cada vez Vincent se ponía más nervioso, seguía caminando de ventana a ventana pero ahora tenía unos binoculares los cuales usaba cada vez que se ponía en una ventana para mirar si desde lejos Vanessa se acercaba. Cuando el atardecer llego Vincent se detuvo en el centro de la bodega y se sentó, agacho la cabeza y comenzó a llorar. El estudiante errante camino hacia él y coloco su mano en el hombre de Vincent pero el quito la mano del estudiante errante.

-Vamos... de seguro está bien, tal vez se retrasó un poco... o tal vez no puso su alarma... ustedes tienen alarmas no es así- dijo el estudiante errante intentando consolar a Vincent.

-No trates de consolarme, ella dijo que llegaría al amanecer... y no llego... ella... ella está muerta, pero aun así, aunque eso fuera verdad, no nos iremos hasta que la mate, ella no merece ser un zombi- dijo Vincent mientras se levantaba del suelo.

Vincent camino hasta un gabinete y saco una cajetilla de cigarros, tomo uno y lo encendió. La bodega comenzó a apestar a cigarro lo cual comenzó a incomodar a el estudiante errante.

Dos días después, el estudiante errante había cargado toda la comida en la camioneta junto a la mayor cantidad de libros de estudio que cupo en la camioneta. Vincent había pasado esos dos días fumando cigarro tras cigarro, había fumado montones de cajetillas como si fueran dulces en forma de popote con relleno dulce de varios sabores.

Fue en ese momento en el que el estudiante errante se dio cuenta de que Vincent ya no era la figura paterna que conoció en aquella casa rodante. Fue en ese momento en el que se dio cuenta de que Vincent había cambiado, que se había convertido en un adulto cualquiera en el apocalipsis.

-Sabes que chico, estuve pensando y sabes que, estos libros de estudio son una mierda, en este mundo jodido nadie necesita saber de áreas y perímetros, fórmulas de física o como se acentúa cualquier maldita palabra... es hora de que quememos esta mierda- dijo Vincent mientras bajaba lentamente su cigarro encendido hacia una pila de libros de estudio. El estudiante errante recordó el lema de los estudiantes Z, "Preservar el conocimiento a toda costa". El estudiante errante tomo dos lapiceras del suelo y se acercó lentamente hacia Vincent. Cuando estaba a sus espaldas, el estudiante errante clavo las dos lapiceras en las cuencas de los ojos de Vincent.

-AAA!... COMO PUDISTE... ERAS... ERAS COMO UN HIJO PARA MI- grito Vincent mientras un rio de sangre escurría de las cuencas de sus ojos.

-Lo lamento... en serio, pero cambiaste... fuiste mi mejor figura paterna en el apocalipsis hasta que comenzaste a fumar, hasta que comenzaste a cambiar porque ella murió, vamos Vincent, yo perdí a mis padres, a mi hermano y a mis compañeros de clase y no cambie... por lo menos no como tú- dijo el estudiante errante mientras dejaba caer algunas lágrimas.

Vincent estaba tirado en el suelo de la bodega retorciéndose de dolor mientras el estudiante errante lo miraba con tristeza. El estudiante errante se dio la vuelta y abrió la cortina de hierro. Después tomo la pila de libros de estudio que Vincent iba a quemar y los coloco en el asiento en donde estaría Vincent. Subió a la camioneta y miro detenidamente el paisaje, mirando ZurviveCity a lo lejos. Encendió la camioneta y arranco, condujo unos metros hasta que se detuvo bruscamente. Comenzó a imaginar cómo hubiera sido si Vincent lo hubiera acompañado, como hubiera sido si Vincent... su figura paterna lo hubiera acompañado. Comenzó a recordar cuando en una expedición él tuvo que conducir porque el conductor elegido para transportar la comida recolectada había muerto, esa fue la primera vez que condujo, esa fue la vez en que aprendió a manejar y en la que aprendió que nada es imposible cuando te lo propones. Desde escribir un libro sobre un chico que intenta sobrevivir al apocalipsis zombi hasta aprender a conducir en una situación critica.

El estudiante errante miro una última vez la bodega, miro una última vez a Vincent mientras se retorcía de dolor en el piso de la bodega. Coloco el pie derecho en el acelerador, respiro hondamente y acelero a fondo con rumbo a ZurviveCity.  

El estudiante erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora