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No queriendo asustar a los niños, el visitante había dejado su guadaña afuera junto a la puerta. De todos modos, sabían que era la Muerte. Nels, el mayor, y su hermana, Sonia, cerraron los ojos, llenos de tristeza. Kasper, que era más joven, trató de ignorar al visitante. Pero Leah, la más joven, que siempre se metía en problemas, miraba fijamente a la Muerte.

Llora, corazón, pero no te rompas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora