Samuel trataba de enfocarse en su relación con Rebeka, pero le estaba resultando difícil. Habían estado boxeando después de que él la había ido a ver al terminar de trabajar unas horas y cuando se detuvieron ella comenzó a besarlo, mientras él se dejó llevar.
Caminaron sin dejar de besarse hasta el sofá que ahí había, los besos empezaron a subir de intensidad, Rebeka le sacó la parte de arriba, pero Samuel solo podía besarla y acariciarle la espalda. Por más que trataba de concentrarse en lo que estaban haciendo no podía.
_Rebe tu mamá puede bajar_ la paró Samuel al sentirla sentarse a horcajadas sobre él.
_no lo hará. Jamás viene hasta aca_ le dijo ella que quería por fin acostarse con Samuel, ya llevaban dos semanas y él buen Samu no pasaba de los besos con ella.
_ aún así hay que parar_ le pidió cuando sintió las manos de ella intentando abrirle el pantalón.
_ ¿que te pasa Samu?_ le preguntó un poco cabreada ya que él había dejado de responderle el beso y ella había quedado muy cachonda. No entendía como él no podía estar igual.
_ no me parece buena idea hacerlo aqui_ le dijo intentando que ella no se sintiera mal pero la verdad era que no había sentido ni un cuarto de las cosas que sentía con Carla, con ella no le importaba el lugar, lo habían hecho hasta en el baño de la disco la primera vez y con Rebeka por más que trataba algo lo detenía.
_.¿Y que propones?_ quiso saber Rebe.
Samuel sintió que si no le decía algo ella sospecharía y de verdad no quería lastimarla.
_no lo se, quizás cuando estés sola, o tal vez mañana podrías ir a mi casa, mi mamá trabajará de noche_ le propuso para salir del paso. Y tal vez para el día siguiente después de clases ya estaría más preparado para hacerlo.
_Tan romántico_ lo molesto ella volviendo a besarlo.
La llegada del día lunes se le había hecho eterno a Carla, no había dormido nada, ni siquiera había podido comer. Esa misma tarde por fin podría acabar con aquello que tanto la perturbaba. Sentía que en cualquier momento alguien la vería a los ojos y sabría lo que le pasaba.
_se puede saber que te pasa?_ le preguntó Lucrecia al verla pegada en su casillero sin hacer nada por varios minutos.
_perdón, que dices?_ preguntó Carla que no la había escuchado.
_ estas bien?_ preguntó porque a pesar de todo la veía demasiado extraña y pálida.
_ desde cuando te importa?_ dijo la rubia a la defensiva.
Lucrecia lanzó un ruido y chasqueó la lengua enojada. Se había preocupado por Carla y ella ni siquiera le daba las gracias.
Se fue dejándola sola pero a Carla no le importo, ese día no se sentía nada bien y solo esperaba que llegara la hora en que se tenía que ir. Estaba tan metida en sus pensamientos que no vio que Polo también se había dado cuenta que estaba extraña y se estaba acercando a su lado.
_Esa carita Carla, en los años que te conozco jamás te había visto así_ dijo Polo que a pesar de su enojo y odio hacia ella igual en el fondo la quería.
_No te me acerques_ pidió ella en voz baja pero Polo no le hizo caso.
_Me duele que creas que te lastimaría, sabes que no soy asi_ le dijo él triste.
_¿te conozco en verdad?_ le preguntó Carla tomando más fuerzas.
Polo le iba a responder defendiéndose que él jamás le haría algo a ella. Nunca, no estaba loco para hacerlo, pero vio a Guzman aparecer y si algo había echo esos días era evitar encontrarse con su ex mejor amigo. Así que se trago las palabras y salió rápido del lado de ella, pero ya le diría y le demostraría que estaba dispuesto a recuperar aunque fuera su amistad.
En el receso, Samuel estaba intentando escuchar a sus amigos, mientras Rebeka jugaba con su pelo, había visto a Carla extraña todo el día, nerviosa, pálida incluso asustada. Había visto que se metía al baño muchas veces y de prisa y eso lo tenía muy preocupado, por más que intentaba de no estarlo no podía evitarlo.
Cuando sus amigos y novia se enfrascaron en una discusión sobre un programa de tv que tenía a toda la escuela de cabeza, aprovechó para ir a asegurarse que estuviera bien, aunque ella no quisiera verlo.
La vio trastabillar en un pasillo como si estuviera a punto de desmayarse y corrió a afirmarla.
_joder ¿qué te pasa? ¿Estas bien?_ le preguntó mirándola como tenía la cara entre blanca y verdosa.
Carla al sentir los brazos de Samuel sintió una corriente eléctrica algo que solo él podía hacerla sentir, pero luego recordó todo lo que había pasado entre ellos y apenas recuperó el equilibrio se soltó brusco de su agarre.
_¿qué haces?_ le preguntó ella enojada poniendo distancia.
_que casi te caes. ¿Estas enferma?_ le preguntó molesto y triste por su reacción el solo quería ayudarla y ella se enojaba con él.
_¿Desde cuándo te importa lo que me pasa?_ le preguntó cruzándose de brazos.
_siempre_ murmuró Samuel.
Carla se rio ante esa respuesta, le parecía una burla que le dijera eso cuando él la había usado, la había engañado, y aunque ella quería decir la verdad sobre la muerta de marina, le había dolido mucho que él hubiera sido capaz de utilizarla.
_déjame en paz_ le pidió apuntándolo con el dedo. No quería verlo, él era culpable de todos sus problemas, quería retroceder el tiempo y jamás haberle aceptado ese trago luego de la misa de marina, nada de lo que ocurría hubiera pasado, nada.
Carla se dio la vuelta y aunque aún estaba un poco tambaleante y pálida se fue de su vista. Ya era casi la hora en que tenía que irse a su cita y no pensaba perderla.
Samuel no pudo evitar preocuparse aún más, sabía que no estaba bien, algo muy malo le estaba pasando y tenía miedo de que se desmayara por ahí, así que decidió seguirla, solo para asegurarse que estuviera bien. La vio irse a la salida, cuando aún no terminaban las clases y vio que un coche que no era el de ella la estaba esperando. Se extraño porque él conocía muy bien el coche que usaba, cómo no lo iba a recordar si habían follado en él y con ese recuerdo se puso un poco rojo.
La vio subirse al coche y sin pensarlo decidió seguirlo, en su bicicleta anduvo a la máxima velocidad que podía, iba muy cansando, empapado de sudor, pero no lo perdió de vista ya que se dio cuenta que no iban en dirección a su casa sino a otro lado.
Cuando estaba a punto de rendirse porque de verdad ya no le daban las piernas para seguir pedaleando el coche se detuvo y Carla se bajó casi inmediatamente y se quedó mirando un edificio. Samuel estaba un poco escondido pero no muy lejos de ella, lo suficiente para que ella no supiera que él la había seguido.
Carla después de unos segundo tomó el valor necesario y comenzó a caminar hacia la clínica, no se había dado cuenta que Samuel la estaba mirando sin entender que hacía ella ahí. Aquel lugar era muy lejano a su casa, y estaba seguro que no era una zona que ella frecuentara, en realidad nadie de Las Encinas, ni siquiera él había ido alguna vez hasta allí.
La vio entrar en el edificio y recién se percató a donde había ido, era una pequeña clínica y eso lo asustó más. Eso significaba que ella realmente estaba enferma, lo que no entendía era porque iba a ahí a atenderse, alguien de su clase iba a los mejores médicos de España, de eso estaba seguro.
Se acercó un poco y se quedó cerca de una banca, sin saber que hacer ¿Debía entrar para asegurarse que estuviera bien? ¿Esperaba ahí afuera a que ella saliera? O ¿se relajaba al ver que había ido al médico y la dejaba de una vez por todas en paz como le había pedido y se iba a preparar para estar con Rebeka esa noche?
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Perdón por haberme demorado en subir, tuve un bloqueo 😅 pero ya no, espero les haya gustado y que creen que hará Samuel? Entrará? Esperará o se irá?. Gracias por los que votaron y escribieron los 💗.
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Un error que nos une
FanfictionHistoria Carmuel: Después de la confesión en la comisaría, Carla no quiere volver a ver a Samuel y él está tan dolido que tampoco quiere hacer nada para recuperarla. Pero un error los puede unir o separar para siempre.