Capítulo 4

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Alfred – ¿¡cómo que no podemos conocernos hasta la coronación!? ¡Creía que era una broma! ¿Cómo casarme con alguien que no he visto en mi vida? (Alfred estaba asustado, pensaba que al encontrar a la reina se presentarían y planearían la ceremonia juntos, no lo dicho por el rey, y eso le asustaba)

Rey – entiende así será siempre Alfred (entendiendo el porqué de la manera de expresarse de Alfred) no podemos romper esto

Reina – la futura reina lo ha entendido, por eso están en alas diferentes del palacio y sus horarios son distintos

Rey – ahora mírate, se te ve bien el traje

Me miro al espejo, es la primera vez que visto con telas tan finas, no me reconozco en verdad parezco un rey, pero estoy nervioso ¿si no es lo que espero? ¿Si no llega a gustarme? creo que hoy me escabullire a sus aposentos. Termino todo lo que tenía planeado en el día, me llevan mi cena, me dejan solo, termino mi cena y salgo al pasillo me cercioró que no haiga nadie y voy directo al lado donde se encuentra mi futura reina

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Reina – que descanses Arthur, no te quedes hasta tarde leyendo, recuerda que debes verte lo mejor posible para la coronación, lo bueno que el traje te ha quedado a la primera solo unos ajustes y listo (mirando de una manera maternal a Arthur, le conocía desde hace tanto que le dedicaba el cariño que le hubiera gustado darle a un hijo)

Arthur –se lo prometo, solo termino este capítulo y me iré a descansar (sonriéndole , volviendo su vista al libro en su mano)

Reina – bueno, descansa nos vemos mañana

Arthur – que descanse su alteza

Mi día estuvo tan ocupado que no tuve tiempo de leer mis amados libros, así que solo este capítulo, estoy perdido en mi lectura pero siento una presencia del otro lado de la puerta ¿quién será?

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Rápido me escondí, no había notado que la reina salía de aquella habitación pero gracias a ello supe que se trataba de sus aposentos, espere que ella desapareciera por el largo pasillo y me acerque lo más sigiloso a la puerta pero me detuve y fui a contemplar la bella luna que estaba en el cielo

Alfred – ¿estaré haciendo lo correcto? si dije que quería trabajar en este palacio pero ¿cómo el rey? es una responsabilidad muy grande y si no lleno el puesto que el actual está dejando y.... si soy un fracaso

Solo miro la luna, volteo a mirar de nuevo aquella puerta , quiero verla, quiero saber si esa persona despierta algo en mi para decidir quedarme y seguir mi destino, me acerco de nuevo pero esta vez me detuvo aquel canto, un canto que me lleno de paz y ahí lo supe si la dueña de aquella melodiosa voz me hacía despertar esto, entonces cuando la tuviera de frente la amaría como jamás ame a nadie, con ello doy la vuelta y regreso a mis aposentos, esa noche dormí tan tranquilo con una gran sensación de paz

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Sentí que aquella presencia, se había detenido en el pasillo pero no enfrente de mis aposentos asi que deduje que se trataba de un guardia, no le tome importancia y empecé a tararear, no note como pase a cantar en voz baja mientras disfrutaba de mi lectura, debieron pasar unos 5 minutos y de nuevo la presencia, antes de llamar a los guardias quería saber quién era el espía, así que hice un hechizo para ver el otro lado de la puerta y vi un joven que parecía perdido ¿'talvez un trabajador de palacio? Iba a abrirle pero así como llego siguió su camino, ya no pensé más en ello y regrese a terminar mi lectura para poder descansar.

Así transcurrió todo lo relacionado a la ceremonia de coronación, ya todo estaba listo desde el diminuto detalle hasta el hermoso pastel que la reina mando hacer especialmente para la ocasión, los monarcas de los demás reinos ya habían llegado a picas y se estaban hospedando en aquel palacio, solo el monarca de trébol rechazo la invitación decido quedarse en uno de los mejores hostales del lugar, el rey de diamantes sabiendo la identidad de la futura reina de picas toco esa noche en sus aposentos siendo recibido por esta.

La historia de dos ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora