gratuitous hand holding ー seungseok

Gratuitous Hand Holding

Primera vez 

La primera vez que Seungyoun tomó la mano de Wooseok fue la noche en que se conocieron y no fue exactamente su idea.

Había recibido un mensaje de texto a principios de esa semana para el cumpleaños de Seungwoo y quería salir a comer carne a la parrilla y beber con algunos de sus amigos (incluido Seungyoun, por supuesto), entonces, ¿quién era él para decir que no?

No había esperado mucho de eso, excepto por la resaca que sabía que iba a tener al día siguiente, pero por Seungwoo, su hyung favorito, valdría la pena. No contaba con el hecho de que cuando entrara al restaurante quince minutos después de que se suponía que debía estar allí, gracias a una repentina ola de tráfico, el único asiento que quedaría en su mesa estaría al lado de uno de las personas más irracionalmente hermosas que había conocido en su vida.

No era tímido para nada, pero algo en él lo ponía nervioso como si el otro chico estuviera un poco fuera de lugar. No es que no se suponía que estuviera allí, pero se destacaba de tal manera que lo hacía parecer más un holograma que una persona, aunque ese sentimiento pronto se desvanecería.

Se sentó a su lado y lo saludó cortésmente, sin hacer contacto visual por completo, antes de unirse a los demás. Su nombre era Wooseok, se enteró. Tenían la misma edad y él conocía a Seungwoo de la universidad. No dijo mucho y cualquier sospecha fría y angelical que Seungyoun tenía sobre él desapareció cuando notó que se reía en silencio de todos sus chistes terribles. No es que lo admitiría ante nadie más, pero el hecho de que Wooseok disfrutara de sus comentarios solo lo hizo más insufrible a pesar de que aún no estaba listo para mirarlo a la cara porque estaba seguro de que habría tenido el mismo efecto que mirar directamente a el sol.

Pero era la noche de Seungwoo, lo que facilitó concentrarse en otra cosa además del chico sentado a su lado que se reía de todos sus chistes y a veces, se los repetía en silencio a sí mismo cuando pensaba que nadie estaba prestando atención. Seungyoun definitivamente no se dio cuenta de eso, para nada.

Entonces el olor a carne asada  lo golpeó y se olvidó por completo de qué era lo que tanto le preocupaba. Se trataba de la comida y las bebidas y de Seungwoo. ¿Por qué estaba preocupado?

Mientras la atmósfera se relajaba, Seungwoo se volvió travieso. Decidió que quería jugar un juego de beber porque ¿por qué ser responsable cuando podrías emborrachar a todos tus amigos más cercanos antes de enviarlos a buscar su camino a casa? Sugirió un juego de beber, pero la mitad de los juegos que todos conocían requerían un cierto nivel de decibelios que bien podría hacer que los eche una propietaria muy enojada.

Fue Byungchan, en realidad, quien planteó la idea de que de alguna manera logró mantener el volumen lo suficientemente bajo mientras apaciguaba a los dioses del destino que, por cualquier razón, consideraban necesario que Seungyoun tomara la mano de Wooseok.

El juego era bastante simple. Dos personas sentadas una al lado de la otra compartirían un vaso de chupito y usarían sus manos libres para turnarse para verter el alcohol. Era un juego de ingenio y la primera persona que derramara o sirviera en exceso tenía que beber. Byungchan y Hangyul comenzaron el juego y ambos subestimaron lo borrachos que ya estaban antes de intentar verter en un vaso mutuamente tembloroso. No estaba claro quién derramó la primera ronda, pero fue al menos entretenido y tenso de ver.

El juego dio la vuelta a la mesa hasta que, Seungyoun se dio cuenta con horror, llegó a él y a Wooseok, quienes eran las últimas personas sentadas que aún no habían jugado.

Se volvió hacia Wooseok, que lo miró sin vergüenza y realmente no era justo que estuviera demasiado asustado para mirarlo y ahora todos los ojos estaban puestos en ellos y le preocupaba que sus orejas se pusieran rojas sin ninguna razón.