Capítulo 4 VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE SER YOUTUBER

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Antes de empezar, ahí va una frase con la que quiero resumir el
contenido de este capítulo: todo tiene su parte buena y su parte mala.
No quiero hacer una especie de lista de la compra con las cosas
guays y las no tan guays, una detrás de otra. Mi experiencia como
youtuber es en general positiva, pero también he vivido algunas
malas situaciones que voy a plasmar en este capítulo. Y lo curioso es
que a menudo las dos partes, la buena y la mala, están muy
relacionadas. Por mis contactos con suscriptores y seguidores sé que
desde fuera solo se ve lo bueno. Ahora quiero que tú conozcas
también el otro lado.
Así que primero algo curioso: lo bueno es que en este trabajo eres
tu propio jefe, te organizas tu tiempo, ganas pasta y te haces famoso.
Lo malo es que... eres tu propio jefe, te organizas tu tiempo, ganas
pasta y te haces famoso. Está claro, ¿no? Vale, vale, lo voy a explicar
un poco mejor...
Hay una gran ventaja: tú, todos vosotros
Quizás se me esté yendo un poco la cabeza, porque hace
literalmente un par de párrafos he escrito algo relacionado, pero lo
tengo claro y nunca lo repetiré lo suficiente: los suscriptores son los que dan sentido a todo esto. Supongo que ninguna persona en el
mundo se dedicaría a colgar vídeos si no hubiera un público que los
viera. Los seguidores son la base del youtuber. Con su apoyo, sus
comentarios y sus críticas te forman y te transforman. Y no solo en
YouTube, sino en todas las redes. No es por hacer la pelota: estoy
verdaderamente agradecido a todos. Sin mis seguidores no sería
nada.
El contacto con la gente te mejora, pero también te das cuenta de la
responsabilidad que tienes. Es cierto que un youtuber ejerce una
influencia sobre su público, y más cuanta más gente le sigue. Esto no
es una tontería: ves por los comentarios o por lo que te cuentan los
propios suscriptores que muchas veces toman más en serio lo que
dicen los youtubers que lo que les aconsejan sus profesores o incluso
sus padres. Esta capacidad de influir a veces acojona. Por esa razón
no hay que olvidar que lo que dices se puede llegar a interpretar de
cien formas diferentes: sueltas una broma y alguien se la toma más
en serio que su propia vida. Por eso el youtuber profesional debe
medir lo que dice. Tienes la oportunidad de hacer algo bueno por los
demás, pero también hay que tener cuidado. Y esto genera presión,
porque como la cagues, se te echan encima. Y además algunas
personas, simplemente, malinterpretan lo que dices. Prepárate
porque vienen curvas con el tema de la presión y las cagadas.
He dicho más arriba que todo lo bueno puede ser malo también,
¿no? Pues en el caso del público también pasa. Y eso que es la
mayor ventaja de todas. Voy a ir por partes y pido por favor que no se
malinterpreten mis palabras. Estoy seguro de que casi todo el mundo
va a entender lo que quiero decir.
Cuando tienes millones de seguidores, entre ellos te encuentras de
todo. Desde el espectador pasivo, que nunca dice nada, hasta el que
te mete cincuenta comentarios en un vídeo. Están los que te
aplauden hagas lo que hagas, los que te critican de manera
constructiva, los que te ponen a parir. Hay gente pendiente de ti todo
el día y otros que te ven de vez en cuando.
He observado que algunos suscriptores, por así decirlo, se refugian
en mi canal. Están todo el día pendientes de lo que hago. Pongo un
tuit y creo que lo ven incluso antes que yo. Saben más de mi vida que
el propio David. Creo sinceramente que esta actitud refleja algún tipo de problema personal. Yo me alegro de poder ayudar a quien me lo
pida, de dar consejos si me los solicitan, pero al final simplemente soy
un chaval que intenta entretener con sus vídeos. No tengo poderes
para solucionar los problemas de la gente. Aunque ese tipo de
personas pueden contar con mi ayuda, quiero dar un consejo muy
valioso: me encanta que veas mis vídeos, de verdad que gracias, me
encanta que te ayuden a evadirte de los problemas que puedas tener
en el mundo real y me encanta que me sigas tanto. Sin embargo,
quiero decirte que serás plenamente feliz cuando afrontes esos
problemas de tu vida en serio y les pongas fin. Será entonces cuando
podrás seguir viendo mis vídeos o los de otro youtuber
tranquilamente. Y cuando llegue el momento de apagar el ordenador
o bloquear el móvil, podrás volver a la realidad sintiéndote bien
contigo mismo y disfrutando de la vida. Sé que hay mucha gente de la
que ve mis vídeos que tiene problemas relacionados con el bullying,
las inseguridades, las malas experiencias, etc. Y sé que utilizan mis
vídeos como refugio ante todo esto. Es genial, de verdad, pero
ármate de valor, sal de ahí y demuestra lo que vales. Yo te esperaré
en mi próximo vídeo.
Al margen de todas estas personas que me seguís, a las cuales
espero ayudar con este texto, también hay gente que se pasa de la
raya. Así de simple. En el canal, por ejemplo, actuando como si fuera
suyo. Así que un día, por lo que sea, no subes un vídeo y te
machacan vivo. «Grefg, tío, ¿cómo que hoy no hay vídeo, eh, tío?
¿Sube algo, no? Venga va, quiero una partida en la que mates a
veinte enemigos y hagas un triple tirabuzón al final». Calma, por Dios.
Siempre voy a decir que los seguidores son los cimientos de todo,
porque es verdad. Pero por otra parte no hay que olvidar una cosa: el
canal es mío y me lo fo*** cuando quiero. Es broma, pero ya me
entiendes. Somos los youtubers los que hemos tomado la iniciativa. Y
creo que eso nos da cierto derecho a decidir qué subimos al canal,
qué decimos, cómo pensamos. Nadie debería sentirse molesto por
eso. Intento esforzarme cada día lo máximo posible, pero también hay
que entender que algunos días a uno simplemente le apetece
descansar.
Este tipo de cosas pasan también en la calle. No me molesta que la
gente me pida una foto. Es más, en muchas ocasiones soy yo el que se acerca a esa persona que me lleva mirando fijamente cinco
minutos y, digamos, noto que me ha conocido. A veces me encuentro
con suscriptores tímidos y es ahí cuando les digo: «Hey, tío, ¿qué tal?
¿Quieres que nos hagamos una foto o algo?». A mí eso no me
molesta. De hecho, siempre digo que en público todo lo que queráis y
más (tampoco penséis mal). Pero, por ejemplo, no vengáis a mi casa.
Hay que diferenciar el espacio público de la vida privada. Soy el
primero que sabe que soy un personaje público y se debe a la gente
que le sigue. Por eso jamás me verán rechazando una foto por la
calle o poniendo mala cara. Pero si vienes a mi casa, donde están mi
familia y mi vida privada, lo siento, pero te diré que no. El principal
problema es que a menudo me encuentro con gente que no sabe
dónde está el límite, dónde termina Grefg y empieza David. Por ello
espero que con esta parte del capítulo se haya visto la situación un
poco mejor. Tengo que decir que las personas, ya no solo
suscriptores, sino incluso padres que no saben dónde está el límite,
son una minoría. Por suerte la mayoría de la gente es muy
respetuosa y siempre va con la educación por delante.

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