4 de marzo del 2016
—¡hay que salir de aquí!— gritaba un lobo blanco, mientras tomaba a un pequeño esqueleto bebé de cuencas doradas que dormía pacíficamente entre todo ese caos
—¡bloquearon los ascensores!— gritaba su compañero oso, tan asustado como lo estaba el lobo
—¡las escaleras! ¡Rápido!— gritó El lobo, abrazando con su vida al pequeño esqueleto. Ambos empezaron a correr como si su vida dependiera de ello.... a decir verdad, lo hacía.
Ambos monstruos corrían por los pasillos del gran edificio o "carcel" como un esqueleto de cuencas moradas solía llamar lo. Ignoraban los ladridos y gruñidos que se oían por todas partes, intentaban ver y no les importaba tropezar con cuerpos o otras cosas, solo tenían un pensamiento, y se aferraban a él con toda su fuerza: "salir vivos de ahí".
—¡no puede ser!— gritó el oso con repulsión y terror, cubriendo se la cara con sus manos felpudas y dañadas.
Se veía una coneja muerta en el piso con media cabeza unida a su cuerpo y el otro extremo en un charco de sangre y partes de sus ojos. Su estimado estaba completamente abierto dejando ver todos sus intestinos y órganos a la vista.
Black, el oso, no pudo evitar vomitar con lo visto y llorar al mismo tiempo.—¡ya era muerta! ¡Hay que salir de aquí!— gritó fuertemente Jack, el lobo
Grave error.
Enseguida se oyó un aullido y varias, muchas, yo diría que millones de patas correr en dirección hacia ellos. Ambos monstruos se miraron aterrorizados un milisegundo antes de salir corriendo hacia las escaleras, era su única esperanza de salir vivos de esa pesadilla.
Ambos lloraban mientras corrían, cada paso o salto que daban hacía que su cuerpo doliera más que el infierno, estaban heridos y sus esperanzas de sobrevivir a esas criaturas eran casi nulas.
Así que podrán imaginar la felicidad que se formó dentro de ellos al ver La puertas de las escaleras, más lágrimas salieron, ¡estaban a salvo! ¡Iban a vivir! ¡Todo terminaría! Solo unos pasos más y....
La puerta estaba cerrada.
Jack tembló y Back dejó escapar un sollozo, el pequeño esqueleto se removió entre los brazos por todo el ruido que causaban esos monstruos y las criaturas atrás de ellos, que cada vez estaban más cerca.
—¡vamos! ¡¿Que mierda esperas?!— gritó Black apurando a su compañero quien jalaba la puerta con fuerza, intentó abrir la.
—¡n-no lo se! ¡Está cerrada!— gritó en respuestas, miraron hacia atrás y vieron a esas criaturas al otro extremo del pasillo —¡mierda!— gritó aterrorizado intentando, con desesperación, abrir esa maldita puerta.
—¡joder! ¡Ábrela de una puta vez!— lo regañó su compañero, gritando al igual que el
—¿¡que no vez que eso intento!?— respondió. Ambos lloraban, el pequeño esqueleto abrió uno de sus ojitos dorados, para por fin ver la razón de por que esos tipos lloraban tanto, interrumpiendo su sueño vacío.
Siete criaturas se acercaban a ellos a paso lento, cada una media al menos dos metros y medio, tenían una forma humana larga, pero muy encorvada (casi con joroba) y no parecía ser piel lo que tenían encima, tampoco pelo, de lo que estaban seguros era que de ellos escurría un líquido asqueroso y transparente. No tenían cara, solo una sonrisa, una gran sonrisa ya que los siete sabían que no tenían por donde salir.
—¡A-Alejen se! ¡Alejen se ya!— gritó Black intentando confrontar a esas horribles criaturas de al frente —¡maldita sea! ¡¿Cuando va a salir el puto sol?!—
—¡alguien por favor ábranos!— gritó el lobo, se dio vuelta para ver cuánto tiempo tenían pero se dio cuenta de que ya era tarde —¡black!— soltó al pequeño esqueleto sim ningún cuidado, haciendo que el pobre Niño gritara fuertemente por la caída.
—¡JACK! ¡JACK AYÚDAME! ¡NO QUIERO MORIR— gritaba con dolor mientras una de las criaturas lo tenía agarrado por sus piernas y su amigo por las muñecas —¡AHHHHH!— gritó de dolor al sentir como una de las criaturas usaba una de sus garras para partir lo a la mitad.
—¡black!— lloro su amigo al ver esa muévete tan horrible, las criaturas se dieron vuela a ver lo y rieron al igual que unas hienas, pero era risa gastada y aterradora —n-no..... p-por favor... n-no.... ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NONONONO!— esas fueron las últimas palabras que dijo el pobre lobo antes de que le cortaran la lengua y luego lo devoraran ferozmente sin compasión alguna.
Las criaturas se limpiaron la cara con sus 5 lenguas largas, verdes y viscosas, saboreando la sangre que tenían por el cuerpo, luego se dieron vuelta y vieron a ese pobre bebe indefenso, quien lloraba por que alguien lo levantara de ese horrible lugar frío y oscuro.
Volverían a reír, se acercaron peligrosamente y lamieron sus caras.... era hora del postre.
Una de las criaturas acercó sus manos con grandes garras de 20 centímetros al bebé, pero antes de siquiera tocar lo, un hueso le atravesó la mano, haciendo que la criatura aullara de dolor y, con rabia, viera en dirección de donde el hueso vino.
A la mitad del pasillo, se encontraba un niño de cuencas moradas, con uno de sus ojos brillando ferozmente y una de sus manos apuntando los con la palma abierta. Estaba totalmente herido y su bata barata de paciente estaba rasgada y llena de sangre. Un fino hilo de sangre le salía por la boca, al igual que lágrimas y una mirada de odio a esas criaturas.
—alejen. Se. De. Mi. HERMANO.— gritó con tanta fuerza la última parte que logró asustar a esas criaturas.
De las paredes se salieron todos los vidrios y metales que habían, estos, movidos por magia, fueron apuntados hacia las criaturas por el de vestimentas rotas y, sin ninguna compasión, se las empezó a enterrar a todos ellos, apuñalaba una y otra vez a cada criatura.
Suspiro cansado y se acercó a las horribles criaturas ya muertas, el piso, antes blanco, ahora estaba cubierto de charcos rojos de sangre, que chipoteaban cada vez que el esqueleto de 10 años pasaba por ahí.
Oír llorar a su hermano así, era una tortura para el, lo tomo en brazos y lo limpio como pudo, lo acercó a su cuerpo para dar le el mayor calor posible, pero al este ambos tan helados como el hielo, era muy poco efectivo.
—shhhh~ no llores Dreamy— le pidió su hermano arrullando lo con cariño y cuidado, asegurando se que ninguna de sus gotas de sangre que estaban en su cuerpo tocaran a su angelical hermano —ya estoy aquí, nigthmare ya está aquí— beso su frente con cariño mirando sus dorados ojos con amor —ya pasó la pesadilla—
Se escuchó un gruñido.
Nigthmare se puso altera, abrazo más a su hermano y miro a todos lados, sus manos temblaban por el miedo de tener que enfrentar se a otro desafío.
Y ahí lo vio, la última de esas criaturas a no más de tres metros alejado de él, nigth intentó invocar algún hueso pero solo logró que un poco de magia intentara formar la figura de lo pedido pero se desvaneciera de inmediato, el chico dio un paso hacia atrás al oír al animal reír con fuerza al ver sus intentos por no morir.
Nigth abrazo a su hermano y miro a su alrededor, buscando algo para sobrevivir, sus ojos rápidamente se hallaron en la ventana, y sonrió levante con el celó fruncido.
La criatura lo miro algo confundió, hasta que noto como poco a poco él se derretía.... ya era de día.Ambos hermanos miraron horrorizados como la criatura se derretía, intentaba caminar hacia ellos pero cada vez se derretía más, se alcanzó al ver sus huesos y ese líquido viscoso esfumarse y derretir se con el resto del cuerpo, dejando en el suelo solo una masa viscosa y caliente, nigth suspiro cansado y se apoyó contra el muro bajando poco a poco hasta sentar se, aún con su hermano en brazos, estaba cansado..... ¿que haría ahora la vida con el?
[...]
—y me alegra, hoy, 3 de enero del 2020, ser yo quien entregue a su nuevo integrante de la familia, ¡nigthmare!— o dios.....
Esta familia está muerta.

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Una pesadilla real (crossmere)
Fiksi PenggemarImaginemos un segundo, imagina que tienes el poder de transferir todo lo que sueñas a la vida real. ¿Sería grandioso no? ¡Todos tus sueños cumpliéndose! Pero todo tiene su precio..... Y si bien tus sueños se hacen realidad..... tus pesadillas tamb...