Capítulo dos

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Ya estando en mí casa, todo había cambiado, lo único que no cambiaba, era mí cuarto. Al entrar en el, pude recordar todo lo que hacía en mí niñez.

Habían libros de princesas por todos lados, libretas con frases, y algo, algo que jamás pensé que tendría, era una libreta, basada en aquél niño, que en mí niñez, mí corazón anhelaba. Lo leí y comencé a reír. Cuando salí del cuarto, mis padres me habían llamado para hablar conmigo, sabía que algo estaba mal.

Los mire y me dijeron, que mí padre había enfermando y podía que no sobreviva a esa enfermedad y yo, con tan solo 21 años, me debía de encargar de la empresa, pero no estaría sola, mis padres me habían dicho que hicieron tratos con otra empresa, y ahora estaban aliadas.

No sabía como reaccionar a tanto, los mire y con un simple movimiento de cabeza, les dije que si. Me levanté y fui a mí cuarto, me tiré en mí cama y comencé a llorar, por haberlos dejado, y ahora no podía hacer nada, debía de apoyar a mí madre y a mí padre, cuidarlos, y disfrutar a mí papá, ya que no le quedaba tantos días de vida que digamos. Tendría que encargarme de la gran empresa, que mí familia tuvo por años, tan simplemente, era una gran carga para mí.

Sequé mis lágrimas y decidí sali un rato afuera, cumpliendo la rutina de pequeña, tenía un libro en mí mano, me senté y comencé a leer.

Disfrutaba mí lectura, hasta que vi a las personas que molestaban de mí de pequeña. Todos habían sido padres, con tan poca edad, me sorprendí ante ello, pero aún así los ignoré y seguí leyendo. Mí cabeza se desconcertó y pensé: "¿Dónde estaría él?" cerré mí libró, y mire hacia su casa, no vía nada así que decidí, quedarme sentada ahí, esperando a ver, si había rastros de aquel joven.

Empecé a romper algo de pasto, solo, porque estaba aburrida. Me distraje con ello, pero cuando menos los esperé, a la persona que yo buscaba, la tenía en frente de mí y dios, ¿Qué le habían dado a ese chico?  Había crecido muchísimo, su piel, era un poco más oscura, y su cabello, seguía siendo castaño, me había quedado mirándolo, mientras pensaba aquellas cosas. Hasta que se decidió a hablarme.

-Oye, eres... Aime Flores ¿verdad?

Lo mire, ¿Cómo sabía mí nombré? me pregunte a mí misma, en mí menté.

-Si lo soy -sonreí-

-Un gustó Jefa, me presento, soy Kim NamJoon, y trabajo en la empresa de tus padres.

Allí sentada, procece esas palabras, ¿Jefa? ?Se estaría burlando de mí? Me pare y le fruncí el seño.

- Perdona, pero ¿Por qué "Jefa"?

- Ah, tus padres no te deben de haber dicho, mis padres hicieron un trato con su empresa, para que algunos de sus empleados, trabajen en conjunto con su empresa, y bueno, yo soy uno de los empleados que está en esa empresa, en la cual usted es la nueva Jefa, ya que remplazará a su padre.

Otra vez, volví a procesar todo, y mí cabeza era un caos, porque, tendría que manejar un empresa completa, dos, debía de empezar a mejorar mis estrategias de trabajo y los último y lo que más me hacía ruido, era que debía ser jefa, de la persona que me gustaba en mí infancia, y que de grande parecía haberse vuelto, irresistible.

- Oh, estoy algo mareada con todo el tema, mis padres me dijeron algo, pero no sabría que sería tanto -lo miró-

- Entiendo, igual no te preocupes, seré tu asistente personal y estaré contigo, ayudándote en todo.

Mí corazón empezó a acelerarse, sería la persona con la que estaría todos los días y no quería ilusionarme, pero, parecía una de esas novelas de amor, en donde la empleada se enamora del jefe, o algo así, pero esto, sería al revés. Sonríe al pensar eso, aunque, debía de sacar esa idea de mí cabeza.

Tú, mí destino de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora