Cuando desperté, a la mañana temprano, mí familia no estaba en casa.
Al despertar me di cuenta que eran las 5:30 de la mañana, algo desconcertada, fui a la cocina, a prepararme mí desayuno. Al terminarlo, me cambié y fui rumbo a la empresa.
Salí de casa, y fui a una de las paradas de colectivo, que recordaba que había en ese lugar.
Era demasiado temprano, se podía ver recién el sol asomándose, las calles tranquilas y una que otra persona, saliendo de fiestas, ya que hoy era sábado. Mire en dirección a donde se suponía que venía el colectivo que yo esperaba, y un auto negro, estacionó en frente mío. Lo primero que pensé, era que me iban a robar, pero cuando se bajó la ventanilla del copiloto, me pude dar cuenta que era namjoon.
- Es demasiado temprano, para que andes sola por la calle.
Me pareció tonto su comentario, ya era grande y había aprendido a ser independiente de los demás. Lo mire, cuando me dirijo la palabra, aún así no le contesté.
- Ay, nosé que esperas, sube al auto, yo te llevo.
Estaba segura de algo, y era, que todavía no confiaba en él, aunque era un lindo gestó de su parte querer llevarme al trabajo.
Sin nada que decirle, subí al auto, cerré la puerta y él empezó a conducir.Traté de no hablarle en el camino, se me hacía algo incómodo, pero el de lo contrario, quería hablar.
- Que callada estás, ¿Estás guardando fuerzas para gritarle a tus empleados?
Era raro lo que me decía, yo no entendía mucho.
- No, solo qué... Quiero llegar al trabajo y aún para mi, eres un completo extraño.
- Tan completamente extraño para ti no soy, recuerdo que me mirabas por la ventana de tu cuarto, siempre lo hacías de pequeña.
No sabía que decirle, era verdad y mientras lo miraba, anotaba cosas en una libreta, prácticamente lo había estudiado por completo.
- ¿Ah? Yo no recuerdo nada.
Me puse algo seria, para que no sospechara, pero el al contrario, comenzó a reír.
- Seguro no lo recuerdas...
Luego de un poco más de charla, un tanto incómoda, llegamos a la empresa y tal cual la vi en mí niñez, era como estaba ahora, siempre siendo un lugar cómodo y agradable.
NamJoon, como era mí asistente personal, decidió llevarme a mí lugar de trabajo, y cuando entré, vi a una persona que en mí infancia. Natalia había sido una de mis mejores amigas cuando éramos pequeñas, pero de grande ya no lo fue.
- Bueno Aime, te presento a Natalia y a HoSeok
Los saludé con gusto, pero la idea de que ella estuviera ahí, no me agradaba.
- Un gustó
Cuando termine de saludar, NamJoon se fue con Natalia, y HoSeok no dejaba de sonreírme.
- HoSeok, ¿Sabes algo de lo que yo tenga que estar al tanto?
- Ammm, si. Te cuento. Tus padres negociaron, para empezar una nueva empresa de celulares en la ciudad, era empresa es Huawei, es decir, negociaron con los chinos. Ellos traerán sus empleados, cuando el edificio de fabricación este construido, cuando empiecen a trabajar, nos darán un 40% de sus ganancias en ventas.
Lo mire, ¿Tanto habían avanzado mis padres para negociar con China? Pensé.
- Ah, está bien, ¿Quién es el contador de la empresa?
- Ese es NamJoon, ya que su familia, se volvió una mano derecha de tu familia. Yo me encargo de las negociaciones, y Natalia de asesorarnos, y bueno, tu deber claro está, es ver si podemos o no aceptar esas ofertas, también idear planes, para crecer como empresa y demás.
- Si lo sé, de pequeña mí padre me lo había dicho.
Me senté en mí escritorio, o mejor dicho el de mí padre y suspiré, porque sabía que esto iba a ser muy difícil, y si la empresa caía en bancarrota, iba a ser mí culpa y mí padre, no estaría feliz conmigo.
La mañana había sido algo difícil, ya que todos estaban de acá para allá con papeles y preguntando cosas. Me la había pasado trabajando con HoSeok, ya que NamJoon había desaparecido desde hoy temprano al igual que Natalia, aunque no me parecía raro, pero a la vez me molestaba.
- Oye, ¿Quieres que te pida un café?
HoSeok, era una persona muy agradable y agradecía con tener a alguien así, trabajando a mí lado.
- Bueno, está bien.
Cuando se fue, al instante entro NamJoon, acompañado de Natalia, pero no habían entrado de la manera en la que se diría que iban hablando de negocios, sino que ambos venían riendo.
Agarre un papel en blanco y lo apreté con fuerza, no sabía que me sucedía, pero si esto me caía mal, sabría que todos los días de trabajo, para mí, serían muy pesados.
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Tú, mí destino de vida
RomanceParece que lo conozco, pero a la vez no. Siento que yo soy para él, pero me confundo. De pequeña ha sido una persona que se ha ganado mí corazón.