Capítulo I: ¿Sueño o pesadilla?

10 1 0
                                    

Apenas tenía 10 años cuando mi mamá me prohibió por primera vez ver un programa de televisión. Estaba mirando una entrevista a una bailarina de ballet, y quedé fascinada. La entrevistaban porque había debutado recientemente en el teatro Colón, el teatro más importante de Argentina. Recuerdo las palabras de mi mamá como si fuera un trauma, me dijo: "No tenés que ver esto!" Y rápidamente cambió de canal a Discovery Chanel, dónde estaban dando un programa de medicina. "Esto te va a servir. No la idiota esa que se gana la vida bailando" esas fueron sus palabras antes de irse al trabajo.
Estaba completamente confundida y algo decepcionada. Rápidamente, mi hermano vino y me dijo:
- ¿Estás bien? ¿Que te dijo mamá?- en ese momento Joaquín tenía 17 años casi 18.
- Estoy bien, creo, mamá me dijo que no vea eso. Porque no me iba a servir.
- Sabía que lo iba a hacer.
- ¿Qué cosa?
- Ella siempre quiso que su hija fuese igual a ella.
- No entiendo, Joaco. ¿De que hablas?
- Mamá siempre quiso que su hija sea enfermera, igual que ella. De hecho, hasta le hecho la culpa a papá de que yo sea varón y no sea nena para transmitirme sus "valores medicinales", como ella dice.- dijo mientras bajaba la mirada- Pero no importa lo que diga, ¿Qué canal mirabas?
- No me acuerdo- dije- pero había una mujer bailando en puntas de pie.
- Yo sé que canal es, ahora te lo pongo.

Me quedé mirando hasta tarde ese programa. Era sábado, así que mi mamá tenía guardía hasta tarde. Siempre aprovechaba las guardias de mi mamá para poder mirar ese programa. Era tan hermoso, hasta imitaba los pasos de las bailarinas.
Una vez, mi padre notó lo que hacía y me preguntó:
- ¿Qué hacés Angie?
- Nada- dije nerviosa mientras apagaba la televisión, pensando que él iba a hacer lo mismo que mi mamá.
- No, está bien. Sigue bailando, lo haces muy bien, tienes talento.
- ¿Qué?- dije confundida.
- Joaquín me contó lo que te hizo mamá- dijo- Lamento mucho que te halla dicho eso con solo 10 años. Tendría que dejarte ser una niña.
Yo estaba estupefacta, pero mi confución se fué cuando mi padre me acarició la cabeza y me dijo:
- Te anotaré en ballet.
Esas palabras fueron suficientes como para sacarme una sonrisa.
- Pero- dijo mi papá- no le digas nada a tu mamá. Ella odia la danza, así que yo te compraré todo lo que necesites, yo le diré que te anoté en natación o tennis que para ella son los únicos deportes que sirven para mujeres.
- Si! Gracias papi!- dije y luego lo abracé.

Sabía que si hacía ballet, era un sueño pero a la vez una pesadilla al tener que ocultarle mi pasión a mi mamá. Pero bueno, no todo es posible. Un año después entré a una academia.

Giros, saltos y puntas: Un sueño imposible (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora