Capítulo VIII: Escondete

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Había empezado a correr el tiempo, rápidamente hize la cuenta en mi cabeza para ver cuánta plata ganaría el que acierte con el tiempo. Eran $1,465.10 más un paquete de papas, bastante buena oferta, iba a esforzarme para llegar a los cuarenta minutos como mínimo.
– A ver Angie,– dijo Maca– hace una rutina de barra
– Bueno– dije

Siendo sincera, no fué difícil pero mis pies se estaban empezando a entumecer.
– Diez minutos– dijo Fran– Nico y Mica perdieron la apuesta
– No la puta madre– dijo Mica
Nico solo hizo una mueca.
– Hace una pirouette– dijo Nico
– Ok
La hice sin ningún problema.
– Hace esta rutina– propuso Mica– Hace 2 pirouettes, 1 Grand Jete, 3 pas de chat y 23 fouettes.
– Complicado, pero bueno. Ahí va.
Hize la rutina, las dos pirouettes las combiné casi perfectamente con el Grand Jete. Los pas de chat, fueron todo menos difíciles. Pero después, empezó el conteo...
– Uno, dos, tres, cuatro, cinco– contaron los chicos mientras yo giraba...
– Veintitrés, veinticuatro, veinticinco y ¡veintiséis!– gritaron todos y luego aplaudieron.
Estaba cansada, pero tenía que ganar la apuesta.
–Che– dije– las pirouettes y fouettes son más cómodas con las puntas
– Deciselo a tu cara mamita– añadió Maca– parece que te morís más o menos jaja
– ¿¡Qué!?– gritó Nico
– ¿Qué pasó?– dije
Nico nos muestra su celular y había pasado una hora.
– ¡Si! ¡Toma! Te gané la apuesta jajajaja– dije festejando e inmediatamente agarré la plata y las papas
– Que conchuda jaja– dijo Nico
Miré mi celular, y tenía 5 llamadas perdidas de mi mamá. Miré el chat y dijo que estaba en la cuadra del frente.
–¡Mierda!
– ¿Que pasa?– dijo Mica
– Se tienen que ir, mi vieja está acá cerca
Casi de un salto, abrí la puerta e inmediatamente salieron los chicos. Limpié la mesa y escondí la "barra" y las puntas.
– ¿Quién está?– dije cuando escuché un ruido proveniente del baño– Dije que ¿Quién carajo está?
Nico sale del baño con cara de perrito mojado.
–¿Qué haces acá pelotudo?– apenas terminé esa frase, escuché la puerta abrirse.
Nos mentimos a mi pieza e hice que Nico se metiera abajo de la cama.
– Angie, ¿Dónde estás?– dijo mi mamá al entrar
– E-estoy en la pieza ma
– Ángeles Delfina Miccetti, ¿Por qué no me contestaste las llamadas?– dijo mi mamá y me pegó en la cara
– Estaba acá, en casa y se me acabó la batería del celular. Soledad Pérez de Miccetti– le contesté a mi mamá con la voz quebradiza y los ojos llorosos
– ¿Y por qué no lo pusiste a cargar?
– Porque me olvidé
– Te vas a quedar acá encerrada hasta la comida– dijo mi mamá enojada y me encerró en la pieza con llave.
Yo me puse a llorar por el golpe y salió Nico de abajo de la cama.
– Eu– dijo mientras me abrazaba– ¿Estás bien?
– No
– ¿Por qué te pegó así? ¿Por no contestar?
– Mi vieja es así, siempre me como un bife todos los días. Ya me acostumbré
– Pero no puede ser así, es tu mamá. Y... ¿Tu papá que dice de esto?
– Mi papá no sabe, ni mi hermano, lo hace cuando ellos no están para que no les diga nada.
– Que hija de puta, encima mirá como te dejó
– Si– dije entre sollozos
Me quedé abrazada a Nico, llorando, un rato. Era tan fea la situación que hasta el se largó a llorar, y nos quedamos dormidos en mi cama.
Después de una hora me desperté.
– Ahg... Mierda me quedé dormida. Nico, despertate
– Uh la puta madre, estaba cómodo acá
– Dale boludo– le dije riéndome– Y ahora ¿Cómo hacemos?
– ¿Para?
– Para que te vallas, tenés que volver ¿No?
– Tranquila, le mando un mensaje a mi vieja de que estoy en la casa de Fran y me quedo a dormir. Y le aviso a Fran para que me haga la gamba y listo
– Pero... ¿Si tú mamá llama a la mamá de Fran?– le dije a Nico, me miró y al instante entendí– ¿Están muertos?
– Fué un accidente de tránsito, desde ahí vive con su abuela.
– Entiendo... Pobre Franco– Escuché pasos acercándose– ¡ESCONDETE!
– Ángeles ¿Vas a comer?– me preguntó mi mamá
– No, tengo sueño
– Bueno– dijo y cerró la puerta
– Nico... ¿Vamos a dormir?
– Dale, pero no tengo ropa
– Tranquilo te puedo dar ropa vieja de mi papá, me la presta para dormir
– Bueno dale, voy a el baño
– Ok
Nico se cambió y después yo entré al baño para cambiarme. Después, finalmente, nos fuimos a dormir.

Giros, saltos y puntas: Un sueño imposible (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora