Impure Blood ©✓

Prólogo.

Fue el 31 de diciembre del 2002, cuando un hombre - Joseph Blood- tuvo el descaro de abandonar a su esposa, Diana De Blood, y a sus dos hijos.

Después de dos duros años pudo salir adelante encontrando un empleo como enfermera - una profesión que tanto adoraba - no muy lejos de su hogar permitiéndole pagar los impuestos y una niñera para sus hijos. Sin embargo, había algo que la rubia no se percataba: el alejamiento que se iba formando entre ella y el mayor de sus hijos, David.

El pequeño a pesar de su corta edad de 4 años, experimentaba cambios de humor repentinos luego de enterarse del abandono de su padre. Podía volverse furioso con tan solo mencionar su nombre. La pequeña niña ojiazul - hija de la niñera y, por ende amiga de David - trataba de consolarlo o distraerlo para no causar más alboroto, lo que siempre concluía en risas y travesuras causadas por ese par, ambos niños se habían vuelto muy unidos; pasaba sus días corriendo, saltando y jugando por toda la casa. Y con la llegada de un nuevo miembro de la niñera, el círculo se fue expandiendo con la llegada de Liam.
Los chicos poco a poco fueron formar una amistad muy grande, Reb, Liam y David, el trío se llamo los tres mosqueteros.

Actualidad: 31 de Octubre del 2020

Nadie imaginaba que la fecha más importante tuviera que haber una muerte, presenciar un acto entre ambos bandos en cuál solo quería una venganza pero cobro la muerte de el; pequeños niños corrían de un lugar para otros con su disfraces mientras lloraban por la escena intolerante.

Hubo personas capturadas al cual tuvieron que llevarlos a urgencias por la gravedad de heridas, familias preocupadas y sin saber el motivo de tan bochornoso espectáculo de sus hijos, una de ellas estaba sufriendo demasiado solo por el error de su pequeño hijo. Al cual los doctores mantuvieron horas de vida pero el muchacho ya cansado de guerrear declaró su muerte a las 11:03 de la noche de aquel sábado. Todo esto solo por ser sangre impura, todo por rencor, al mundo le horrorizaba este hecho, el chico dulce, amistoso, el preferido y el luchador del trabajo había muerto; El que a hierro mata, a hierro muere. Dicha estás palabras partió del mundo.

- ¡¡David!! -