cera y llama

10 0 0
                                    

Noche 3:
No hay mayor dolor que el de la ilusión, si algo he aprendido es ha perder todo expectativas tanto buenas como malas, pues muchas veces creerás que podrás alzarte junto del sol que nada te podrá frenar, hasta que la cera de tus alas de euforia se derrite, y de repente caes y caes muy profundo, donde antes habían sueños ahora hay pesadillas que te arrastran hacia un abismo de soledad, no gritas, no intentas salir, no pides ayuda, tan solo te recuestas en el frío suelo  de ese pozo del que podrás salir tan sólo elevando de nuevo tus alas pero es tanto el temor de volvernos a derrumbar que preferimos descansar en la soledad de la oscuridad.

Me fascinan las flamas que desprende mi vela roja, su calor mortal, la cera derretirse su casi imperceptible sonido de la mecha al arder o todo lo que es capaz de iluminar y como tan sólo hace falta una pequeña brisa del norte para acabar con ella, pero no hace falta intervenir ella sola acabará consigo misma al derretir la cera, lo que una vez lo que la mantuvo viva, en ocasiones me gusta coger un cerrillo, prenderlo y dejarlo sobre mis yemas  hasta que se consuma hasta sentir su calor.

Memorias de una noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora