Your love is fire (Ana Marb) ©®

«Discusión»

El se quitó la máscara y termine de confirmarlo por completo.

Era.... ADAM!!!???

- Gracias, pero yo no necesito que me protejan, sé cuidarme sola.

Sinceramente estaba demasiado agradecida, no sé qué hubiera hecho si no hubiera llegado pero aún estaba dolida, muy dolida por lo que me había dicho.

- Acaso te escuchas lo que estás diciendo, ese chico estuvo a punto de besarte o hacerte quien sabe qué y me lo dices así nada más, ay si yo sé cuidarme sola, no pues se nota - Su respiración estaba demasiado agitada y sus ojos estaban llenos de ira.

- Es más ni siquiera debí haberte agradecido, no sé ni porque me defendiste si  a ti no te importa lo que yo hago, a...es más me lo dejaste súper claro en lo último que hablamos - Le grité súper fuerte y con un tono demasiado hiriente.

- Aaa... ya veo a donde va esto, entonces es por lo que te dije que estás así, pues si, tienes razón no sé qué hago aquí defendiéndote, al fin y al cabo yo tampoco te importo, mejor me largo, tú sigue bailando y provocando a más chicos, luego no te extrañe que termines acostada con uno.

- Le di una cachetada, una muy fuerte cachetada.

El me miro con ira y un sentimiento que no supe descifrar y se retiró.

Dos lagrimas se derramaron por mis ojos, me dolió demasiado lo que me había dicho, muchísimo, me sentía rota, como si hubiera tomado mi corazón y lo hubiera hecho pedazos desde lo más profundo.

No sé cómo le había hecho, pero él más que nadie en mi vida había logrado impregnarse de una manera impresionante en mi corazón, simplemente no podía, no podía sacarlo de mi mente, cada cosa que hacía me recordaba a él, a su sonrisa, a sus labios, a su mirada, ni cuando dormía podía dejar de pensar en él porque hasta en mis sueños se encontraba, yo siempre me había considerado alguien fuerte pero como cualquiera también tenía  debilidades, pocas, pero tenía, y una de ellas era darle demasiada importancia a lo que las personas que quería dijeran de mí, Adam era una de ellas y eso hacía que cada cosa hiriente que me dijera me doliera el triple cada vez que pensaba en ella,  pero esto que sentía era aún peor porque había descubierto una nueva debilidad y era él...

Me quede un rato en el pasillo, mis lagrimas brotaban cada vez más y más, simplemente no podía dejar de llorar, ese idiota y sus palabras me habían dejado rota, me habían dejado una mierda.

Llegue hasta las chicas, Ken se encontraba hablando con unos chicos y Sky se encontraba bebiendo y mirando una foto en su celular que parecía de ¿Ethan?

Ambas me miraron y fueron de inmediato a preguntarme qué me pasaba, no sé si solo era yo pero cuando me preguntaban eso simplemente hacían que lo recordara y doliera más, ellas lo captaron de inmediato al notar que mi respiración se aceleró y más lagrimas brotaron de mis ojos.

El camino a casa fue silencioso, Ken conducía mientras yo me encontraba en brazos de Sky diciéndome que pasara lo que me pasara me calmara que todo iba a estar bien.

Las tres nos quedamos dormidas en mi cama, Sky en el rincón y yo en brazos de Ken, ellas fueron las primeras en quedarse dormidas mientras que yo seguí llorando en silencio y pensando en todo lo que me había dicho, me había dejado súper claro que yo no signifique nada para él, pero lastimosamente él había terminado siendo alguien muy importante para mí.

Esa ocasión más que ninguna me había dejado claro que era mejor no sentir, a mi corazón ya le había puesto miles de candados y con Adam estaba empezando a abrirlos, él estaba haciéndome cambiar de opinión ante ese aspecto que me causaba tanta daño,  al amor, pero con lo que había sucedido   sin duda mi corazón había quedado totalmente cerrado, ya no tenía ganas de sentir esa mierda que llamaban "amor", simplemente quería dejar de sentir, dejar de causarme tanto daño.

Me levanté de golpe con el sonido de unas notificaciones que llegaron a mi celular, sin notarlo me había quedado dormida entre lagrimas y pensamientos hirientes, mire mi celular con los ojos chinitos por la luz y la hinchazón de lo mucho que lloré.

los mensajes eran de Alexa, una chica nueva que había entrado al instituto, era una invitación de Pool party esta tarde en su casa por su cumpleaños, sinceramente no es que me agradara demasiado pero me caía muy bien, en lo poco que hablamos no se le veía mala persona.

Alguien se posó en el marco de la habitación.

- Despertaste dormilona.

- Si, jaja y aún quiero seguir durmiendo.

- Que descarada eres Sam - Se río y me tiro una almohada.

- Oye Sky ¿Alexa te invito a la Pool party?

- Si - Sonrío muy emocionada -Van a ir casi todos los del instituto.

- Ammm ya veo a donde va esto... Ethan - Tocí sarcásticamente.

Sky torció los ojos y se rió.

Yo sinceramente no quería ir, no me sentía lo suficientemente bien y menos si existía una probabilidad de encontrarme a esa persona, pero Sky y Ken me insistieron tanto en que fuera para que disfrutáramos y la pasáramos bien que termine diciendo que si, ellas siempre logran convencerme.

Comí prácticamente un desayunoauerzo por lo tarde que me levanté, me di una ducha y preparé mi maleta empaque un vestido de baño, alguna ropa fresca para llevar, unas gafas de sol, un bloqueador y por si el sol estaba bueno un bronceador y algunas otras cosas femeninas. Todo el camino que recorrimos hacia la casa de Alexa fue acompañado con música.

Luego de unos cuantos minutos llegamos a su casa, Alexa nos recibió con un abrazo, le entregamos su regalo, ella nos sonrió y pidió que entráramos.

Ella llevaba un vestido Azul ajustado tipo salida de baño que se ajustaba perfectamente a sus caderas y en su cabello llevaba una coleta que resaltaba las exactas facciones de su cara.

Su casa era muy hermosa, tenía un decorado muy clásico y peculiar, una terraza con una vista espectacular, un patio enorme con miles de plantas extrañas y obviamente una piscina enorme, la música era tranquila y tenía un volumen no tan fuerte por lo que era fácil hablar sin necesidad de alzar tanto la voz, el lugar estaba repleto de personas por lo que no era fácil divisar quienes se encontraban.

Entre todas esas personas pude notar una mirada sobre mí y era la de Adam.