Capítulo 11

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El camino a mi casa fue triste, porque había planeado mi tarde de otra forma. No sabía si podía sentirme celosa o no. No me sentí engañada por Maite, solo que ella me hacía sentir especial, pero saber que estuvo con otra en ese mismo instante solo generaba dudas en mi interior. Me sentía pequeña y un poco estúpida, por no haberla dejado explicar y por reaccionar de esa manera.

En cuanto llegué a casa decidí que lo mejor era estudiar. Necesitaba poner mi cabeza en otra cosa que no sea Maite.

Lo que había logrado hacer con mucha comodidad hasta que mi celular me saco del trance de la lectura. Era Maite, quien llamaba.

Con el celular iluminado, no sabía si contestar o no. Al final termine cogiendo el móvil.

- Alo, Maite - contesté - ¿Que pasa?

- Camino, necesito verte. Estas en la cafetería? - tenía un tono muy distinto al de siempre, Tan controlado y sereno. Ahora sonaba desesperado y alterado.

- No Maite, estoy en mi casa. Dime, ¿Pasa algo?

- Estoy abajo, te espero - y corto la llamada.

Que Maite estaba abajo. Diablos! Que hacia acá? Me vestí como pude y bajé corriendo las escaleras del edificio. Y allí estaba ella en las escalinatas. Sentada como una niña amurrada.

- Que haces aquí Maite? - pregunte con un tono de preocupación y reprimenda.

- Necesitaba verte Camino. - me dijo casi en un susurro.

- Que ha pasado?... ven vamos - le dije ofreciendo mi mano para que pudiera pararse.

Me tomo la mano y no me soltó, hasta que habíamos avanzado una cuadra. ¿que seria de nosotras si alguien de la facultad nos viera caminando así?

- A donde vamos? - preguntó

- A tu casa, adonde mas Maite. No podemos hablar cómodamente acá. Nos podría ver alguien de la universidad o peor mi madre. - le dije.

En cuanto llegamos a su casa, me di cuenta del porque actuaba así, había una botella de vino vacía encima de la mesa. Dejé que se sentara en el sillón. Y fui en busca de un vaso de agua. No podía creer que otra vez estaba en esa casa. Si hace un par de horas nada mas me había ido de allí, prácticamente corriendo.

- Toma - en cuanto le pase el vaso de agua con su otra mano tomo la mía.

- Camino, mira lo que paso con Sara. No significo nada, yo me encontré con ella en la facultad ese día. Y nos fuimos a tomar algo. Estaba enojada por nuestra conversación y cuando ella me beso no la detuve. Me dejé llevar, pero te juro que no significó nada. Tienes que creerme.

- Maite, no se si sea momento de hablar de eso ahora. Tómate el vaso con agua. - intenté decirlo de la manera mas suave posible ya no me sentía tan molesta como cuando me fui. Mi rabia había sido apaciguada por el paso de las horas.

Mientras intentaba explicarle mis razones, me tomó la cara, e intento besarme. No me negué a que pegara sus labios junto a los míos. Fue un beso suave y largo, que fue aumentando su intensidad a medida que pasaban los segundos. Intentaba interrumpirla de vez en cuando pero sus ganas de seguir eran mayores a las mías por parar.

Comenzamos a subir el tono, bueno mas bien ella subía el tono y yo no me negaba a nada. Le seguí la corriente, lo estaba disfrutando.

Cuando me di cuenta hacia donde iban los tiros, ya era tarde para detenerla. Me quito la blusa y el brasier muy rápidamente, era inminente lo que ocurriría entre nosotras. La senté sobre el sillón mientras ella me sacaba los pantalones y mi ropa interior. Me atrapo con sus manos y me sentó con las piernas abiertas sobre regazo y me penetro con sus dedos. Debía estar muy húmeda lo que hizo que Maite sonriera mientras me tocaba con sus dedos.

El arte en su máxima expresión (Maitino) (Lesbiana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora