Momo Iroha (Wiki) KnY

Parte 1 oc KnY

Hace años en un pequeño pueblo, el cual era de escasos recursos, nació una pequeña niña con una peculiaridad, sus ojos eran de un color rosa, eran completamente diferentes a los de sus padres, estos sin saber e indiferentes solo la mantuvieron encerrada hasta que cumplió 16 años, no querían seguir alimentandola o cuidandola, le había traído aun mas desgracias a su familia según su "madre".

Un día su padre se levantó y ordeno todas las cosas de la menor, lo nada y poco que tenia su hija en una pequeña tela, cuando ya eran las 9 la despertó de golpe lanzando sus cosas sobre ella, la menor no sabia que decir solo lo miraba entendiendo todo lo que le gritaba, sin reprocharle nada de levantó vistiendo su pequeño kimono rosa y miro a su padre con una dulce sonrisa, no podía llorar en ese momento.

Salio de su casa caminando lentamente con su saquito, no se despidió de nadie, tampoco quería hacerlo por temor a que produjera disgusto a su familia. Les deseó lo mejor y solo se marcho por ese gran camino de tierra que había hacia la aldea.

Después de una caminata de dos días , en la cual casi se desmaya encontró un río, no dudo en ir a tomar un poco de agua, estaba algo asustada ya que debido a que escucho unos rumores en el camino, estos decían :

"Nee Nee ¿lo has oído? hace unos días el hijo mayor de la familia del jefe desapareció al ir a buscar agua al río"

"Mi hijo dijo que había algo en el río, casi se lo lleva , por eso no dejo que vaya"

Sabia muy bien que el causante debía ser un demonio, Las mujeres mayores no podían inventar tal cosa si no pensaran lo mismo que ella. demoro solo unos segundos en beber, lavar su cara y guardar un poco en una de las pequeñas botellas que una vez consiguió, dio gracias a su padre por haberla metido en el saco.

Las horas pasaban, no sabia donde quedarse no tenia dinero ni nada de valor como para ir a una posada, no le quedo mas remedio que caminar por la orilla del río hasta encontrar unas cuantas tablas todo gracias a que el río las había traído, le tomo unos minutos hacer una pequeña casita, había amarrado unos extremos con enredaderas, estaba orgullosa de haber podido hacer un lugar donde dormir después de haber caminando por dos días sin descansar — . . . Estoy agotada . . .— gateó dentro de su casita y dejó su cabeza apoyada en su ropita cubriendose con el saquito — . . . Es hora de dormir. . .—

Su pequeño cuerpo cabía perfectamente en esa pequeña casita improvisada, le iba a durar poco, lo que la menor no sabia era que los hombres del pueblo por la noche patrullaban, no querían mas desapariciones, no después de que el hijo del jefe desaparecio.

Mientras la menor dormía los hombres bajaron por el río, de dos en dos en una linea, se quedaban cada 50 metros parados buscando señales de los demonios. En tan solo 30 minutos los hombres habían encontrado el refugio de la menor, rápidamente la rodearon, se podía ver en sus caras odio y enojo, era justificado por el miedo.

Gritaron para que sea lo que sea que estaba dentro saliera, la pequeña despertó con miedo, no podia negarse a salir ya que amenazaron con quemarla, una vez que salió miro a su alrededor viendo al menos unos 20 hombres con palos cuchillos y espadas sin olvidar que tenían antorchas.

Todos se quedaron asombrados al verla, era muy pequeña y delgada, parecía un pequeño animal, uno de ellos grito — ¡¡Es un demonio, sus ojos son rojos!! —  se había quedado en shock, gracias a su color rosa y el fuego de las antorchas sus ojitos se veían rojos.

— N-no es así — hablo la pequeña con un tono tembloroso, estaba desesperada no sabia como explicarlo, sus padres tampoco le dijeron nada, ella no sabía el por que había nacido así — Y-yo nací así. . . mis padres son humanos — les hablo con un tono bajo.

Uno de los hombres lanzó una antorcha hacia ella queriendo quemarla pero lo esquivo y cayó a su refugio no podía moverse hacia ella ya que podía quemarse — M-mi ropita, p-por favor no quemen mi ropita — sus ojitos se llenaron de lágrimas, quería ir al agua para poder apagar el fuego pero no se lo permitieron — P-por favor, n-no tengo nada de valor, no soy un demonio —

Ellos no querían entender, no querían seguir escuchandola, estaban listos para poder atacarla cuando a su alrededor se coloco negro lo único que alumbraba era su casita y las antorchas — . . . Que has echo maldito demonio —

Uno de los hombres tomo su cabello y la levanto, la pequeña gritaba sujetando su brazo moviendo sus piernitas pidiendo que no le hiciera daño, sin decir nada camino a la orilla del río y la azoto contra las rocas  — Muerte de una buena vez —

— (¿Por que me tratan así? . . .No hice nada malo )— Cerro sus ojos mientras sollozaba, pensaba que pararían pero no fue así, los hombres se habían turnado para golpearla, "El que lograba matarla recibiría un premio" eso era lo que los hombres gritaban habían ignorado por completo que habían caído en una trampa que los hacia mostrar sus verdaderas intenciónes.

— . . . Son tan despreciables — Se había escuchado una voz gruesa desde sus alrededores, parecía que todos estaban siendo observados — . . . Bueno, el sabor de sus cuerpo es mas delicioso "cuando su sangre esta hirviendo " —

Todos se habían detenido, la pequeña ya se había desmayado por tanto golpe. Uno de ellos apuntó con la antorcha a su alrededor gritando que quien fuera que hubiera hablado saliera de su escondíte, el demonio que los tenia aprecio frente a el sujetando sus mejillas, era una mujer — Tu . . . Solo eres basura — Abrió su boca y de un mordisco arrancó su cara, luego vino otro y otro hasta que su cabeza desapareció. — Delicioso —

Todos empezaron a correr dejando a la pequeña en ese lugar, el demonio se acercó y la miro tomandola del cuello — . . . Tan pequeña . . .no me saciarías — la dejo caer y fue por los hombres, ninguno pudo salir de sus garras, todos habían perdido la cabeza dejando solo sus cuerpos.

La mujer sabia que si los veían, que si veían esos cuerpos en el suelo ningún humano iría de nuevo así que los tomo todos y los arrojó al río, estos se fueron dejando un gran rastro de sangre en el agua, no miro a la menor solo la dejo "morir".

La noche había pasado pero la menor seguía en el suelo, no hace mucho había despertado, se sentía rara y no se podía mover, solo caian sus lágrimas, no tenía voz ni fuerzas, así que solo se quedo esperando a que alguien pasará. Pero no fue así, la noche había llegado otra vez, estuvo durmiendo tratando de reponerse, juntando fuerzas hasta que lo logro, tenia la energía suficiente para levantarse y caminar pero antes . .

— . . . Papá, Mamá . . .Perdón, mi ropita — Estaba parada frente a los palos quemados — . . . Debo ir por ayuda — camino lentamente hacia arriba por la orilla del río podía ver a lo lejos el color rojo en el cielo, humo,  a medida que avanzaba escucho el sonido de gritos desgarradores — N-no puede ser. . . —

Al parecer el demonio con el cual se había topado fue a atacar la aldea, niños y mujeres estaban corriendo hacia el bosque, la menor hacia lo mismo y no, nadie podía cruzar el río era muy profundo y ancho. Subió por la colina viendo como el humo y el fuego se hacían mas grandes, no quería dejar rastro de su maldad.

. . .