IV Cap. Decisión

1 1 0
                                    

Hasta mañana, fue lo último que escuche de su parte, ahora solo me encontraba parada inmóvil en la puerta cerrada tras de mí. No importa cuánto intentara ignorarlo siempre llegaba ese vago recuerdo de lo que había pasado en la habitación con Jazmín la persona que el creía que era su novia. No sé cómo hice para contenerme, tal vez estaba en estado de shock o bueno solo Dios sabe porque mis impulsos de abalanzarme sobre de ella y molerla a golpes no se hicieron realidad, de todas maneras.

¿Qué hubiera ganado con eso? ¿Que Alan me odiara, creyendo que soy una desconocida para él? pero me estaba haciendo daño, él me estaba haciendo daño... Me había prometido nunca lastimarme de ninguna manera y lo estaba haciendo, pero como cumpliría algo que para el ¿Nunca paso? Una promesa que no hizo

Limpie mi rostro bañado de lágrimas, aguantando aun el dolor que provocaba aquel nudo en mi garganta, solo camina en dirección al estacionamiento para salir del hospital, mi paso se detiene antes de salir siendo tomada por el brazo, dirijo mi rostro hacia aquella persona. La misma mujer que me había dado la gran noticia, por su semblante pude notar que ya sabía lo que había pasado momentos antes, no me dijo nada solo me atrajo hacia ella envolviéndome en sus brazos, intente impedir mi llanto pero no pude contenerme más, mis mejillas dolían y solo podía apenas vocalizar

- ¡¿Por qué?!- Repetidas veces, mi voz sonaba quebrada.

Vamos pequeña, no dejes que esto que ha pasado te deje caer- Acaricia mi cabello- Apenas hoy despertó, no pierdas las esperanzas, quien quite que mañana te recuerde y vuelvan a estar juntos como siempre, bueno tal vez no sea mañana pero algún... algún día, solo tenle paciencia, todo pasara... tienes que; ¡Ser fuerte y Valiente, sabes!

¿Ser fuerte y valiente?... Debe ser una broma ¿Dios, me estás jugando una broma? ¿Por qué me castigas, que hice?

Alía...- levanto mi rostro para verla al escuchar su llamado, su rostro parecía calmado en paz, amigable, limpia mis mejillas dedicándome una tierna sonrisa- pequeña, no te sientas culpable- Mordí levemente mi labio- no es tu culpa, no pienses que estas sola, la única que te puede castigar eres tú misma- Mi respiración se cortó por un momento- porque ni Dios; es capaz de tal crueldad, aun así sabes que Él no pone obstáculo, ni enemigo que no podamos derrotar.

Al salir del lugar fui directamente a mi auto conduciendo hacia a mi hogar. Aquel, el cual compartíamos Alan y yo...

¿Seguirá siendo ese, nuestro hogar?... ¿Qué voy hacer con eso siquiera, si no recobra la memoria?

Al pasar de los días, seguí visitándolo, muy poco me encontraba con Jazmín pero no teníamos contacto al parecer venia cuando yo no estaba, las cosas para mí se ponían más difíciles, él no mostraba ningún signo de recuerdo y cada vez que lo intentaba, su estado empeoraba... Ya estando pasando el mes se veía mejor, pero aun nada. Así que tome una decisión, me alejaría por completo, es duro ver que aquella persona que amas, no te amé, teniendo algo... ya no tenemos nada, ser la única que sufra, todos me dicen que conserve la calma y lo eh tratado pero es insoportable. Yo no existo para él, solo soy una espectadora de todo lo que pasa... Esperando por aquel momento, que parece nunca llegara. En estos momentos, no siento que nada me ayude.

Dios, perdóname si estoy haciendo mal. No sé, si eh fracasado en algo, pero siento que tú mismo me estas fallando. Tal vez, no me has dejado, pero en este momento, me siento tan destruida por dentro que esta vez, me apartare y no sé, si regresare.

Sin despedirme de Alan, solamente avisando a los demás de mi decisión, me fui, tomando el primer vuelo que salía ese día, me iría a vivir con mis padres ya después encontraría donde quedarme a solas.

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora