Lo sé, lo sé. Estarás pensando: "¡¿QUEEEEEEE?! TE EXPLOTÓ EL BRAZO". Bueno, si pero no. Sí lo reventó, y lo hubiera perdido si no lo envolvía en concreto justo antes. Aún así, la sangre no tardó en aparecer. Lo sentía flojo, como si lo hubiera dislocado, pero fui logrando la movilidad de a poquito. ¿Que esperabas? ¿Que estuviera intacto? Fue como si un auto chocara directamente con mi brazo a 100 km por hora. Aproveche la nube de polvo para alejarme un poco y crear murallas entre el lunático y yo. Pero una a una se derrumbaban, igual que mi control de esfínteres y mi estabilidad emocional. Entonces tuve una idea
- hey, tipo emo - dije, ya sin crear murallas - venga, atrápame si puedes
Mala idea. Me llego un puñetazo directo al rostro. Apenas me repuse, corrí lo más que pude. Al mirar atrás, podía ver con el rabillo del ojo cómo Cirice me pisaba los talones
- mierda... es rápido, y fuerte además... si me toca estoy muerto. No puedo fallar en lo que pienso hacer...
Me deslicé por el suelo, quedando agachado, y rápidamente me giré para quedar cara a cara contra Cirice. Apenas extendió su mano para agarrar mi rostro, cree una enorme columna que encerró su brazo al ser este atrapado por la muñeca. Es como si su brazo hubiera sido atravesado por la pared, quedando él de un lado de la muralla, y su mano del otro. Rápidamente di un salto bordeando la columna. Golpee su rostro para desequilibrarlo. Entonces salte contra la muralla recién creada y me di un gran impulso. En el aire agarre el otro brazo de Cirice, y apenas mis pies tocaron el suelo, creé una columna similar a la anterior, que atrapó su muñeca y lo dejó a el del otro lado. Lo tenía completamente inmovilizado. Sin parar de correr, arremetí contra el cuerpo del hechicero, dándole patadas en el estómago y puñetazos en el rostro hasta quedar exhausto
- ah... ah... veamos... veamos que te parece esto, imbécil - le dije, ya sin aire en los pulmones
Me concentré lo más que pude, sintiendo los latidos de mi corazón palpitar en los oídos. Arqueé las manos, marcándose mis cartílagos, y empecé a engrosar las columnas hacia el interior, presionando fuertemente el cuerpo de Cirice. El concreto comprimía sus extremidades y órganos. Yo ya no estaba pensando. Seguía exprimiendo su cuerpo entre las rocas. Sus huesos crujían y le empezaba a salir sangre de la boca y nariz. Pensé que podía hacerlo reventar, asesinarlo como el asesinó a todos dentro del edificio, de mi cuartel...
El hechicero soltó un grito ahogado y mantenido, inhumano. El suelo bajo sus pies, las columnas... Todo empezó a vibrar y a trizarse a su alrededor. Y entonces sentí la gran descarga de energía. Cirice había creado una especia de supernova que reventó todo lo cercano y que me hizo volar por los aires- mierda... cómo... no puedes estar libre
- vaya, vaya... -dijo el hechicero, llevándose la mano a la nariz, de donde sangraba profusamente - he de admitir, chico, que es la primera vez en 15 años que alguien logra sacarme sangre de esta manera -decía, mientras contemplaba el líquido rojo - y la primera vez que tuve que recurrir a ese viejo hechizo. Me impresionas muchacho, creo que siento algo de respeto hacia ti ahora
Se movía con agilidad y destreza. Parecía que no le afectaba en nada que casi lo hubiera hecho un sandwich de concreto a la Cirice. Yo estaba exhausto, me había quedado sin aliento tras todo el esfuerzo. Extrañamente se detuvo cerca mío sin hacer nada más que mirarme
- ah... eeeh... gracias... ¿y si nos vamos a tomar un café y hablamos esto como adultos? Bueno... uff... soy un niño aún pero... ya sabes... ¿no?
Me levanté como pude. Cirice creo que tuvo misericordia porque solo empezó a caminar hacia mi lentamente mientras me paraba
- ¿Sabes chico? Me agradas, serias muy bueno si te unieras a la Oscuridad. Lastima que ya es tarde
Cirice comenzó a pegarme patadas que yo recibía en los antebrazos, tratando de defenderme. Todo mi cuerpo se tambaleaba y perdía el equilibrio. Estaba mareado... pero no podía dejar que me tocara. Cree rápidamente un muro y salí corriendo, pero el hechicero hizo una explosión justo bajo mis pies (los cuales no se cómo no se destrozaron también). Salte medio metro por los aires pero caí con las manos y seguí trotando. Pero Cirice creaba explosión tras explosión, era como un campo minado. Sentía a mi cerebro rebotar contra las paredes de mi cráneo, entonces decidí ocupar lo que hice para perseguir a Louis ese día por la mañana, mientras corría fui creando columnas bajo mis pies para tratar de llegar algún tejado y poder ganar tiempo, un gran error ya que mientras estaba a punto de llegar a un techo, de alguna manera hizo explotar la columna en la que estaba y me hizo chocar contra la esquina del edificio en donde solo pude sostenerme de un trozo de madera que había suelto antes de caer unos 6 metros y clavarme la pierna con trozos de fierro de cimientos sin posibilidad de levantarme. Fue ahí cuando las explosiones en el suelo se detuvieron, y Cirice caminaba hacia mi a paso lento
- ¡ay mierda! Déjame en paz, ¡maldita sea!
Comencé a desesperarme y a hiperventilar, mientras me arrastraba por el piso para alejarme. Creaba paredes y columnas como desquiciado, convertía trozos de botella en lanzas hacia el, lo envolvía en bastones de acero, atacando y defendiéndome de Cirice. Le arrojaba torres de concreto encima, generaba pilares que se proyectaban del suelo hasta su torso, lo encerraba en un domo rocoso, creaba paredes gruesas... todo explotaba, se trizaba y caía al suelo hecho añicos, y Cirice no disminuía su ritmo. Mi nariz sangraba y mi cabeza dolía, pero seguía creando paredes, exasperado, intentado detener o golpear al hechicero. Me sentía desfallecer, creo que llegué a alucinar pues vi una sombra cercana, vi unos ojos viéndome... quizá los de mi madre... ay madre... debía hacerlo por ella, no podía parar. Mi espalda chocó contra la pared del edificio, estaba atrapado. Entonces, animado por el miedo, seguí y seguí, creando pilar tras pilar, hasta que mis brazos se rindieron. Me dolía respirar, por la presión me sangraban los ojos, estaba al borde del desmayo. No daba más... como último intento tome el trozo de madera que recogí del techo, lo convertí en un bastón grueso y lo ataque con el pero antes de siquiera tocarlo reventó en mis manos dejándome lleno de astillas.
- fue un digno combate, Leónidas Marple - dijo Cirice, ya de cuclillas frente a mi con solo un poco de polvo encima y el labio partido - tienes una habilidad sorprendente, me impresionaste muchacho, me dijeron que serías potencialmente peligroso y al parecer era verdad. Prometo que te daré una muerte rápida e indolora... - dijo, agarrándome fuertemente del pecho, apretándolo con fuerza mientras de entre sus dedos salían destellos naranjas - algo digno de un héroe
Cerré los ojos, esperando mi muerte. Habían sido unos buenos 17 años... bueno, no tan buenos. Esta bien, habían sido horribles. Pero al estar frente a la muerte, uno aprende a ver lo bueno de la vida, pues es lo único que puedes perder para siempre. Entonces la luz se apagó... y el brazo de Cirice cayó al suelo, aferrándose aún a mi polera
- que mier...
- AAAAAAH, MI PUTO BRAZO. AAAGGHHH MIERDA, MIERDA MIERDA MIERDAAAAA. QUE DEMON... ¡¡¡AAAGGHH MI PUTO BRAZO, JODER!!!
Entonces lo vi. Un chico moreno, como de mi edad, con un afilado y sangriento cuchillo en la mano y envuelto en una pequeña aura oscura
- fiuuu... eso si que debió doler - dijo el chico moreno, con un acento peculiar
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Leo Y La Orden De La Luz
AventuraLes presentamos a Leo, un chico que debe hacerse cazarrecompensas por necesidad y aprovecha la oportunidad de conocer a un extraño para obtener poderes increíbles que le terminaran causando más problemas de los que se esperaba