Momentos incómodos

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-ajá!, Acaso olvidó algo se...ñor...- Ochako abría la puerta con lentitud, dejando ver poco a poco aquella cabellera verde que le parecía odiosamente familiar.

-Hey... buen día Ochako...-
-I..Izuku... Que...- carraspeó para aclarar su garganta -Que haces aquí...-
-Pues...- Midoriya se encontraba claramente nervioso, rascándose la cabeza, intentando buscar las palabras adecuadas.

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Bakugo había bajado las escaleras con pesadez, intentando acostumbrar sus músculos al movimiento pues no había tenido oportunidad de entrenar esa mañana. Los cuatro pisos del edificio eran lo suficientemente grandes y, por tanto, las escaleras eran demasiadas, sería un buen ejercicio subirlas más seguido.

No se daba cuenta de la leve y un tanto estúpida sonrisa que dibujaban sus labios mientras se acercaba al pórtico del edificio. El portal tenía una puerta de madera con grandes ventanas y una cerradura automática, a través de ella podía ver su auto, pero quería encontrar sus llaves antes de salir y quedarse afuera... Al buscar en sus bolsillos, se dió cuenta de que había olvidado las llaves, ni siquiera recordaba que había llegado en auto hasta que lo vio por la puerta, peor aún, tampoco notó la ausencia de su cartera hasta ese momento.

Suspiro pesadamente, vio las escaleras y encogió los hombros, quería hacer ejercicio ¿no?, esto no es nada...

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Ochako estaba claramente nerviosa, tenía la billetera del rubio en sus manos, sospechaba que volvería en cualquier instante y no quería que el e Izuku se encontrarán, sería tan....

Tok tok

...Incómodo....

La castaña se paralizó e Izuku, al ver su reacción, sin basilar se dirigió hacia la puerta.... abriendola... ampliando extrañamente su sonrisa.

-Kacchan! Que sorpresa-
-Deku...? Que haces aquí?-
-Podría preguntarte lo mismo- la sonrisa del peliverde era tranquila y amplia, como si en verdad hubiera sentido gusto de verlo.... Aunque no era de extrañar pues el apreciaba demasiado al rubio.

-Oh, disculpa mi poca cortesía, pasa, seguro a Ochako no le molestará- le abrió la puerta de par en par dejando ver a una nerviosa, rojisa y temblorosa Uraraka, quién con todas sus fuerzas apretaba tras de sí la cartera del chico mientras se mordía los labios intentando buscar una excusa para aquella situación.

-Tsk...- entro, claramente molesto, cosa que no le pareció inusual a Izuku, pues era muy común ese gesto en el.
-Oh, discúlpame Ochako, pero, podría pasar por .... Eso...?- volvió a su tono apenado rascándose su cabellera, con toda la tranquilidad del mundo.

Ella asintió, viendo cómo entraba a su habitación, recordando los fugaces momentos de la noche anterior. Se sonrojo aún más, sin percatarse de la mirada del chico que aún se encontraba frente a la puerta.

Bakugo estaba divertido con su expresión, pero aún más intrigado y molesto, le irritaba que Deku estuviera ahí, tan temprano, pues que se creía? Que horas eran estás de visitar a una chica, menos siendo su ex prometida. Esta última reflexión hizo que su corazón sintiese un punsazo, en segundos comenzó a cuestionarse todo, dudando de todo, sensaciones de incomodidad lo inundaban en milésimas de segundo, entonces, vio a la chica sostener algo entre sus manos, con fuerza suficiente para que no se le cayese, escondiendolo a sus espaldas de manera muy obvia.

Su mente se disipó, de acercó a la chica de manera sigilosa y le arrebato de una la billetera, exaltandola.

-Esto venía a buscar- la castaña sorprendida lo veía con cierto temor, cosa que el notó. Colocó su mano sobre la cabeza de Uraraka y revolvió más su cabello sonriendo de lado.

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