Nadie puede... [KHR]

II

Todos habían llegado a sus aulas correspondientes, Tsuna estaba molesto pero sabía disimularlo. Mientras en una de sus tantas guardias, Reborn se reía de la situación de su alumno.

El mejor que nadie lo conocía, sabía de su flechazo por Hibari, además de que el mismo había dicho que el debía ser su guardian de la nube. La mayoría de los miembros de la alianza habían querido objetar por aquello, los Shimon, Cavallone, Millefiore y Aaron dieron su aprobación.

Un puchero de instaló en la cara de Tsuna, pensaba en todo y en nada a la vez.

No podía creer que tenía a todo el instituto mirándole siempre, queriendo saber de su vida, pidiendo su atención e incluso siendo acosado por ellos.

Pero Hibari era el único que mostraba sentir molestia con su presencia, siempre le ignoraba y se iba en cuando lo veía.

Aquello lastimada su ego un poco, ¿pero como no hacerlo? A su corta edad era el candidato perfecto para heredar la mayor mafia del bajo mundo. Había derrotado a su primo Xanxus, había sacado a Mukuro de Vindice, había derrotado a Byakuran dos veces, rompió la maldición de los arcobalenos, derrotó a Shimon y salvó Aaron de su ruina.

Había formado una alianza con todos, formando así la Alianza de los elementos. Desde el cielo hasta la niebla, la tierra hasta el desierto y el mar hasta la cascada e incluso la noche.

Había logrado más que el mejor político de algún país y ahora estaba considerando incluir Bratvá, la mafia rusa de seguro sería una buena adquisición. Pero lo único que no estaba acordé a sus planes, era aquel loco por las peleas cómo lo llamaba Gokudera.

—¿Aún pensando en Hibari?— Yamamoto llegó a su lado.

Un suspiro fue su respuesta.

—Es el único que me ignora... Incluso Kusakabe-san no puede evitar voltear a mirar cuando paso, pero él, parezco ser una molestia. ¿Acaso hago algo mal?— Tsunayoshi miró a su casi hermano cuestionandole con la mirada.

—No has hecho nada mal— Yamamoto llevó su mano hacia sus cabellos para acariciarlos. —Solo se paciente—

El castaño le abrazó agradeciéndole, se separó luego de unos segundos al ver al profesor entrar.

—Todos a sus asientos— Pidió en voz alta.

Varias de las chicas suspiraron, el hombre frente a ellos era sólo mayor por unos cuantos años. Su cabello plateado y sus ojos violetas le hacían ver demasiado apuesto a ojos de todos, bueno casi todos.

Kurokawa Hana solo tenía ojos para su novio Ryohei, Kyoko no tenía interés romántico por nadie, Seina odia los escándalos y prefiere evitarlos, su hermana tenía respetó y admiración por el profesor joven.

Por otro lado las demás chicas no evitaban babear por el.

—Tenemos alumnos nuevos, por favor pasen— En el momento en que terminó de hablar, la puerta se abrió mostrando a Kaoru, Emma y Shitt.P, los tres pasaron al frente para presentarse. —Los tres son alumnos de Italia, sean agradables con ellos—

Emma fue el primero en querer presentarse, aún cuando tenía frente a él a sus amigos y miembros de la Alianza, seguía sintiendo vergüenza.

—M-mi nombre es Kozato Enma... esperó llevarme bien con todos— La última frase sonó más baja que la anterior, sin embargo, todos lo escucharon y sonrieron.

—Mizuno Kaoru... Un gusto— El aspecto de Kaoru dió un poco de miedo a varios de los alumnos.

Yamamoto sonrió a su amigo de deportes y él le devolvió la sonrisa.