❥ CAPÍTULO 3: BIENVENIDO AL MUNDO, ASRIEL

69 7 3
                                    


Sans y Papyrus la pasaron bien con los humanos, o por lo menos Papyrus, quien jugó videojuegos con Chara y Frisk, un rato, mientras Sans observaba de cerca que todo estuviera bien, no es que los mellizos no le hayan ofrecido participar en múltiples ocasiones, pero aún así Sans no se sentía demasiado cómodo, así que puso la excusa de esta algo cansado y que no entendía esos juegos por lo que sólo observaría.

A las diez de la noche los humanos se fueron a dormir a sus respectivas habitaciones, dejando a Sans y a Papyrus en una de las muchas habitaciones para invitados, esta tenía dos camas grandes, un clóset, cómoda, un televisor, una gran alfombra y ventana, una mesita de noche y un montón de espacio libre. El suelo de madera que quedaba a la vista crujía un poco, sin llegar a ser un ruido fastidioso, delatando así la antigüedad de la mansión.

Dentro del clóset habían prendas antiguas pero de alta calidad y valor que los humanos les ofrecieron para pasar la noche. Ninguno de los hermanos esqueleto quiso abusar de la hospitalidad de Frisk y Chara así que tomaron las pijamas que lucían más simples.

Sans quiso hablar un poco con Papyrus antes de acostarse, pero su hermano menor cayó exhausto apenas su cabeza tocó la almohada. El esqueleto mayor suspiró y no le quedó más remedio que irse a dormir también, dándole un último vistazo a la habitación antes de finalmente irse al mundo de los sueños. Pudo haber dormido un par de horas, pudo haber sido sólo un par de minutos, pero el punto es que fue despertado.

Por un suave toque en su rostro.

Pensó que era su imaginación, así que sin abrir los ojos se dio la vuelta e intentó seguir durmiendo, pero el toque volvió a hacerse presente, esta vez en la parte de atrás de su cráneo.

¡Oh mi Dios, su rostro es muy duro! —dijo una voz entre murmullos.

Claro que es duro, Frisk, se trata de un esqueleto —le contestó otra voz, en un tono no tan bajo.

Sans se dio la vuelta y ¿por qué no le sorprendía? Allí estaban los dos humanos, en pijamas, arrodillados en frente de su cama. Ambos se veían ligeramente agitados y nerviosos, en definitiva muy despiertos. No como Sans. El esqueleto tuvo que sentarse en la cama y frotarse con los puños sus cuencas por alrededor de diez segundos para poder desperezarse. Observó a los mellizos con una mirada cansada, un poco molesto, pero procuró no demostrarlo, sino curiosidad por saber el motivo por el cual le habían despertado.

Frisk se aclaró un poco la garganta— ¡Finalmente despiertas! E-eh, sé que son las dos de la madrugada pero ya tu hermano está con nosotros desde hace media hora, por lo visto tienes el sueño muy pesado ¿eh?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Frisk se aclaró un poco la garganta— ¡Finalmente despiertas! E-eh, sé que son las dos de la madrugada pero ya tu hermano está con nosotros desde hace media hora, por lo visto tienes el sueño muy pesado ¿eh?

— ¡Caes como un plátano!

Sans arqueó una ceja, confundido. Pero justo cuando Chara estaba a punto de explicar, un alarido se escuchó a la distancia, esto alertó inmediatamente a Sans, cuyo cuerpo se tensó por completo y de un brinco se bajó de la cama, casi llevándose por delante a los mellizos.

OUR HARD WORKING DAYSWhere stories live. Discover now