[c a p í t u l o: 3]

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-¡Jung-koo-kie!- exclamó animadamente un rubio madrugador. Se lanzó efusivamente al gran cuerpo que estaba descansando a su lado. A veces, Jungkook llegaba a tener el sueño bastante pesado y no se levantaba hasta que su cuerpo mismo le ordenara que lo hiciera. Ya sea porque se cansó de dormir tanto o porque le dio sed en plena noche, pero eso último rara vez sucedía. Por esa razón, Jimin se dedicaba a levantarse por lo menos 5 minutos más temprano antes de que sonara la alarma para despertar de la mejor manera a su novio.

¡Ahora tiene dos alarmas! Solo que una le da besitos por toda la cara.

Pasó un buen rato y al ver que no obtenía respuesta alguna del azabache, empezó a llenarle la cara de besos. Uno en la mejilla, otro en la frente, en la nariz, en ambos ojos y finalmente, en sus labios. Se sobresaltó un poco al sentir los lindos y finos belfos de Jungkook correspondiendole tiernamente.

Siguieron así por bastante tiempo hasta que rompieron el beso en busca de aire- Buenos días, Jungkookie-susurró Jimin juntando su frente con la del pelinegro y empezó a formar un adorable beso esquimal rozando su nariz suavemente con la del contrario. 

-Buenas nalgas- devolvió Jungkook el saludo agarrando con descaro el trasero del contrario para después darle una fuerte nalgada- digo...buenos días. 

-¡Jungkook, ahora no! - exclamó sonrojado hasta las orejas-¡Son literalmente...! – se inclinó un poco para poder tomar su celular del nochero al lado de su cama, pero se sobresaltó al oír el horrible ruido de la alarma, provocando que casi se cayera de culo sino fuera porque Jeon alcanzó a agarrarle de la cintura. Jungkook después de unos segundos de que se le pasara el susto, reaccionó y empezó a reír sin control, ganando un codazo por parte de Jimin. Éste último apagó la estúpida alarma y por fin agarró su móvil. Ni siquiera vio la hora en aquel estúpido aparato cuadrado. 

Encendió su celular y vio los grandes números en la parte superior del móvil que cubrían levemente su fondo de pantalla. La cual era una secuencia de fotografías de Jungkook que terminaban en una gran, pero gran, sonrisa. 

8: 05 de la mañana.

-¡Son las 9 de la mañana, Jungkook!

-Pareces mi madre cuando asistía a la prepa, bebé. Sé que son las 8 de la mañana- rió.

El rubio con el ceño fruncido y un puchero inconsciente decorando sus labios, se encontraba a punto de salir de la cama hasta que sintió los fuertes brazos de Jungkook rodearle el abdomen y reposar su barbilla en el hueco que se formaba entre el cuello, la clavícula y el hombro.

-No te enojes, Jiminnie~- susurró mientras se acomodaba más en el cuello del contrario.

Jimin tal vez no lo sepa o tal vez sí, pero ese era su lugar favorito en todo el mundo. El olor del más bajo se concentraba en aquella zona y le encantaba aspirar su esencia natural.

Él era una persona bastante sensible a los olores y por esa misma razón contaba con su propia colección de perfumes y aromatizadores en uno de sus tantos cajones, e incluso tenía un purificador de aire nasal que usaba de vez en cuando; pero con Jimin no era necesario, su aroma natural le fascinaba de sobremanera y pasaría horas si pudiera en aquel sitio. 

-Tu piel es muy suave, ¿lo sabías?-preguntó Jimin muy pero muy bajito, hablando más para sí mismo que para Jungkook. Acarició con sus manitas los brazos del más alto mientras ladeaba su cabeza un poco a la izquierda para darle más acceso al pelinegro. 

Normalmente, Jimin y Jungkook dormían con pijama pero esta no era la ocasión. Llegaron más que cansados de sus trabajos que se olvidaron de todo lo demás, despojándose rápidamente de sus prendas y acurrucándose en la cama como cucharita para darse mimos mutuamente hasta quedar dormidos, sintiendo el contacto piel contra piel. 

s y m p h o n y • [KOOKMIN] • (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora