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El día anterior no había logrado conciliar el sueño. Desde que lo conocí noche tras noche me visita por la madrugada, no exactamente él sino su imagen, su aroma, su risa, sus ojos azules, su silueta, su energía, su espíritu o como quieran decirle.
Louis no respondió al instante, siguió caminando junto a mi mirando el piso con los brazos cruzados. Tenía una desenfadada manera de caminar, movía ligeramente las caderas, su cuerpo era una unidad; aunque no le gustaba bailar tenía un ritmo natural al desplazarse. Cómo no adorarlo, como no darle la razón, como no vivir por él, como no escribir para él y por él, como no quitarme el corazón y entregárselo a aquel joven de ojos azules como tributo de rodillas, sólo un ser innoble e incapaz de admirar la belleza de aquel castaño hubiera seguido con su vida sin cambiar su alma por uno de sus besos... por uno de sus brazos, cambiaria mi alma por un beso de su labios, caminaría sobre el fuego por él.
Louis volteo hacia mí mirándome de arriba abajo-¿Me prestarás tus apuntes? Es decir de todas maneras quiero repasar-dijo no muy convencido pero entusiasmado.

Asentí.

Blue eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora