Tercera experiencia

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Vamos a seguir probando, espero sea de su agrado

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Mista tuvo la fiesta bajo control, después de todo, hasta que la gente comenzó a irse sola. Algunos ya estaban lo suficientemente borrachos como para irse a casa, y otros estaban cansados, que iban a casa a dormir. Incluso Mista no fue una excepción, no después de todo lo que había sucedido:

Alguien tomó el control de la música y se atrevió a tocar algunas viejas canciones clásicas de los 80, algunas se quejaron, pero a otros más les gustaron. Levantaron sus vasos, las cervezas, las bebidas, y saltaron sobre la hierba y bailaron a su alrededor. Al menos Bruno se alegro de que nadie arruinara las flores de Trish. La lluvia se salió, algo fuera de control, por momentos a veces llovía, otras más se detenían.

Sin embargo, finalmente Abbacchio pudo llevar a Bruno al jardín, para bailar incluso con algunas chicas, que desafortunadamente notaron, que el pelinegro estaba fuera de su alcance. Aun así, otros estaban felices de que se encontrara a sí mismo, aceptara abiertamente lo que es.

Sostuvo a Abbacchio por el cuello, bailando cada vez más cerca, casi parecía que saltaban, movían en sincronía su cuerpo, el uno al otro, para finalmente besarse frente a la vista de todos. Mista solo sonrió, sosteniendo a su chica cerca de él, con una mano en su cintura. Ambos estaban volviéndose locos de alegría, a cualquiera.

-Maldita sea Mista, ¿por qué no me lo dijiste?- reclamaron algunos, él solo se rio.

-Tu amigo, es tan lindo- oyó de otros, y de hombros, solo se encogió.

-Lo siento- fueron las únicas palabras que pudo decir y parecía que, de igual manera, estaban felices por él, después de todo

-Yo tengo un amigo, que también está buscando a alguien- les dijo Bruno, defendiese de tantos halagos, después de sonreír a algunas personas, confesando y recordando su última llamada que hizo. No podía olvidar a su mejor amigo, y dejarlo soltero.

-¿Y dónde está él?- preguntó rápidamente un alto, de sudadera negra con rayas blancas, pero Mista con un gesto, le llamo la atención.

-No pudo venir, lo siento- confesó Bruno, no sin antes pedir su número, para organizar una cita a ciegas. Luego la fiesta continuó hasta que la música terminó y solo unos pocos se quedaron, a altas horas en la casa, era cuestión de horas para que amaneciera.

Bruno, Abbacchio, Mista, junto a su nueva conquista, llamada Giovanna, y dos chicos más. Quienes se presentaron como Nero y Melone, todos sentados en el suelo y en el sofá. Viendo una película de terror.

-Hey Mista, ¿dónde está la hookah?- preguntó Melone, mostrando una pequeña caja.

-¿Hookah?- preguntó Bruno, mientras la película todavía estaba en marcha. Giovanna se estaba quedando dormida en el pecho de Mista, por lo que la única forma de deshacerse de ella, siendo amable, era llevándola a su habitación. Ella no se negó y no podía quejarse de que iba a dormir sola, en la habitación de él.

Mista fue a su armario, buscó una caja, mientras que Melone y Nero ayudaron a tener espacio en la sala, para al final solo dejar la pequeña mesa de estar y un encendedor.

Shisha!- Mista sonrió, de vuelta a la sala, sentándose en el suelo con Melone, mientras que Nero veía desde lejos como Bruno y Abbacchio se unieron a los dos chicos en el suelo.

-Y bien... ¿qué sabor tienes?- pregunto Mista, mientras Bruno solo los miró. Incluso Abbacchio saco una cajita, de la chaqueta, justo como lo hizo Nero. Todos tenían una, menos él

Yo te cuidareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora