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—Bien, parece que posee usted las características que buscamos. Si no le importa, ¿puede esperar fuera mientras voy a hablar con mi jefe? —le preguntó el rubio algo apurado, aunque con una expresión alegre.

Ella asintió todavía nerviosa, no sabía si su entrevista había sido lo suficientemente buena como para que le fuesen a dar el puesto al instante. Se levantó de la silla en la que estaba y fue hacia la sala de espera, donde ya no quedaba prácticamente nadie, lo cual significaba o bien que los demás aspirantes se habían cansado de esperar, o bien que les habían comunicado que no serían contratados.

Mientras esperaba revisó su móvil y vio que tenía varias llamadas perdidas de su hermano. Iba a devolverle una de ellas, pero entonces su atención fue captada de nuevo por el chico que la había entrevistado.

—Señorita Choi.

—Aquí —nerviosa, se puso de pie frente al joven, quien le regaló una expresión amable.

—Puede estar tranquila, está contratada —le comunicó el chico captando su nerviosismo.

—¿En serio? —preguntó sin creérselo.

—Por supuesto —afirmó él sin poder esconder su reluciente sonrisa —es usted perfecta para el puesto, no debería sorprenderse —la chica asintió, todavía sin creérselo del todo—. Ya le he enviado a su e-mail todo lo que necesita saber. Empieza mañana a las ocho y media, aunque debe venir un poco antes para firmar su contrato con el señor Kim. ¿Tiene alguna pregunta?

—Creo que no —respondió mientras asimilaba que iba a trabajar para una de las empresas más importantes del país.

—Perfecto, entonces la veré mañana —se dio la vuelta para irse, pero dio un giro para mirar de nuevo a la chica—. Por cierto, mi nombre es Jung Wooyoung —dijo extendiéndole una mano a ella, que la tomó al cabo de unos segundos.

—Encantada —dijo, y cuando Wooyoung iba a irse retrocedió una vez más.

—Una última cosa, me gustaría que nos tuteáramos, ahora seremos compañeros —dijo volviendo a sonreír. Ella no pudo evitar preguntarse si no sería algo atrevido por su parte tutear tan pronto a un superior. Pero, al fin y al cabo, él se lo había pedido.

—De acuerdo, hasta mañana entonces —se despidió siendo contagiada por la alegría del chico.

Él asintió levemente y desapareció por los pasillos a la velocidad del rayo. Su energía parecía no tener fin.

Choi se dispuso a salir del inmenso edificio. Mientras bajaba plantas y más plantas se iba convenciendo a sí misma de lo sucedido.

Cuando su hermano menor la había animado a ir a la entrevista nunca pensó en la posibilidad de ser contratada. No se consideraba lo bastante buena en lo que hacía como para trabajar en una empresa de tal calibre, aunque era cierto que pecaba de menospreciarse a sí misma. Por otro lado, pensó que si la habían contratado sería por algo.

Salió del lugar y volvió a recibir otra llamada de su hermano a la que sí pudo responder.

Por fin contestas, ¿dónde te habías metido?

Tal vez en la entrevista, ¿no crees? —dijo rodando los ojos.

¿Aún? —ella hizo un sonido afirmativo—. Eso lo explica todo.

San, ¿qué has hecho?

¿Por qué asumes que he hecho algo?

Digamos que es típico del idiota de mi hermano.

𝐁𝐎𝐒𝐒 || 𝘒𝘪𝘮 𝘏𝘰𝘯𝘨𝘫𝘰𝘰𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora