¿Qué hay, Lance?
Me pregunto qué cara pondrás ante el simple hecho de ver esto en tu buzón, pero quería hacer algo diferente a lo que acostumbramos. Sé que mandar cartas está casi obsoleto, a no ser que sean de algún aviso bancario o de alguna factura, pero esto es demasiado personal como para mandártelo por un mensaje de WhatsApp, para que después se pierda entre los demás o se borre por algún descuido.
No, prefiero hacerlo así, porque sé que conservarás esta carta, junto con las otras que seguramente te han mandado Allura, Pidge o incluso Hunk. No me importa, ninguna de ellas tendrá el peso sentimental que tendrá esta, eso lo sé muy bien, aunque apenas he comenzado a escribir y no sé siquiera por dónde empezar. Porque tengo tantísimas cosas que contarte y que necesito que sepas.Empecemos, supongo, por algo muy básico: Gracias. ¿A que te ha encantado? Es una palabra tan sencilla y a la vez tan poderosa.
Y te estarás preguntando, ¿por qué este idiota me está dando las gracias? He aquí mi respuesta: por el simple hecho de estar a mi lado, de soportarme en mis peores días a pesar de la distancia y de que a pesar de tener todo el derecho a dejarme en visto o colgarme cuando me ponía pesado, nunca lo hiciste ni lo has hecho; también te agradezco el ser el dueño de casi todas las carcajadas que dejo volar cada día; de esa sonrisa tonta que se me pinta en la cara ante un mensaje tuyo, ya sea algo serio o una completa gilipollez.
Gracias también por saber siempre que decirme para hacerme sentir bien, por ser siempre tan directo y sincero,... por ser simplemente tú y permitirme el conocerte poco a poco cada día que va pasando.No, no te preocupes. Sé que nada de esto es eterno, que tarde o temprano puede pasar cualquier cosa que nos separe para siempre, pero créeme cuando te digo que mientras todo dure, disfrutaré de tu compañía y de ver tu contacto en mi teléfono. Porque mereces la pena, tú y cada minuto que paso contigo. Las horas vuelan cuando estoy contigo en llamada o en videollamada (tu cobertura sigue dando pena, por cierto), y haces que todos mis comederos de cabeza, mis inseguridades y mi insistente ansiedad se queden en un segundo plano durante tanto tiempo que casi puedo decir que me olvido por completo de todos ellos en particular y del mundo en general.
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Lover boy
FanficKeith Kogane vive en Corea, Lance McClain en Cuba. Ambos son tan distintos como el agua y el aceite, pero nada ha impedido que su amistad se forje- aun siendo a través de internet- y ahora, tras más de dos años, Keith decide cambiar un poco las cosa...