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Se estaba esforzando, como nunca

Habían demasiadas cosas en su dieta que debían mejorar

Pero definitivamente nada le impediría casarse con el amor de su vida, no ahora, mucho menos se detendría a sí mismo.

La alimentación, los ejercicios, los besos y palabras dulces eran parte de su nueva rutina, su nuevo estilo de vida

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Los meses pasaban con rapidez, la dieta que antes le daba náuseas y llenaba su estómago, ahora no se sentía tan pesada, lidiaba con ella sin mayor problema.

Todas las mañanas, sin excepción, su ahora prometido lo acompañaba a trotar en los parques cercanos.

Mucho ejercicio no era saludable, definitivamente no.

Su día había sido bueno, trabajaba en una oficina, y trataba de regalarle sonrisas, aunque fueran apuradas a quienes se cruzaban con ellos.

Lo único que necesitaba era dormir, y no había nadie que lo arrullara en sus brazos como lo hacía el mayor

-Jungkookie, ¿podemos dormir juntos? –dijo al acomodarse en la cama junto a él, acurrucándose en su pecho.

-Por supuesto Cariño –murmuró, acariciando la rosada cabellera del menor, besando suavemente su frente, deslizando cuidadosamente sus manos por su espalda, cuidadosamente mimando al chico- Estoy tan feliz- murmuró, el cambio en el cuerpo de su pareja era notorio, pero nada le animaba más que ver sus sonrisas cada mañana

-Lo estás haciendo increíble Minnie - y apretó sus mejillas, inevitablemente abultando sus labios- Mira como han crecido tus lindas mejillas- sonrió, ignorando los débiles golpes en su pecho que el contrario dejaba, con los ojitos entrecerrados del sueño

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Había pasado casi un año entero, y al fin lo había logrado.

No habían más dietas estrictas para no subir de peso, había conseguido regular su ciclo de sueño, su lindo y brillante cabello volvió a ser de su natural color oscuro.

Era nuevamente un chico adorable y rellenito, tal y como su pareja lo conoció.

Las visitas a psicólogos y nutriólogos ya no eran obligatorias, mucho menos necesarias.

Fue un proceso tan largo y cansado, que en repetidas ocasiones quiso abandonar, tantas veces se levantó de la cama con ganas de rendirse.

Y, aun así, el mismo hombre que lo amaba incondicionalmente, aquel que lo acompañó en sus peores momentos lo amaba sin importar que.

Una vez más, una velada romántica, música en vivo, y sus amigos en el restaurante

El menor no pudo evitar pedir una segunda ronda de comida, no sentía ningún tipo de culpa, se sentía satisfecho para el final de la noche.

Se habían levantado a bailar más de una vez en pareja, nada podía arruinarles la noche, de eso estaban seguros.

No tenían preguntas, el mayor solamente se arrodilló con la misma cajita de hacía un año atrás salió de su bolsillo por primera vez

-Park Jimin, seré el hombre más feliz del mundo si te casas conmigo –

De forma totalmente esperada, el menor se puso a su altura, dejando que colorara el anillo en su dedo, con una radiante sonrisa dibujada en sus labios

Mismos que se juntaron con los del mayor, mientras pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas

Él sabía que merecía una vida feliz, sin duda alguna.

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- ¡Papá! ¡Hyo-ri me jaló el cabello otra vez! – lloriqueó el niño, apretando el osito de peluche entre sus manos

- ¡Hyo-ri! Deja a tu hermano en paz – el pelinegro tomó a la niña en brazos- acariciando su cabellera

El chico estaba apurado por limpiar su hogar antes de que su pareja llegara

Su hogar

Esas palabras sonaban tan lindas, pero para él fue mucho más lindo escuchar los toques en la puerta

La primera vez que llegó a mi casa a recogerme para una cita, no tocó la puerta de los nervios, estuvo esperando fuera durante 10 minutos

Rió suavemente al recordarlo, acercándose a la puerta con la niña en brazos y su hijo detrás de él

- ¿Quién es? – sonrió, asomándose por el ojo de la puerta.

Escuchó un suave suspiro detrás de la madera

-Soy Jeon Jungkook, el amor de tu vida – el de cabello negro abrió rápidamente la puerta, sintiendo como los niños se acercaban al castaño y lo tiraban al suelo, abrazandolo con cariño

Seguido de los gemelos, su esposo se acercó para levantarlo, sonriente, y plantó un delicado beso en sus labios.

Ese niño de cachetes hinchaditos, ojos pequeños y manos regordetas era parte de su vida

Y Jeon no lo cambiaba por nada.

Our future!-. KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora