Our future!-. Kookmin

01

Nunca había sido una persona orgullosa, ni engreída

Pero muy dentro suyo, sentía que las palabras hirientes que sus compañeros disfrutaban decirle no eran merecidas.

Las hojas rayadas con insultos hacia su persona

Los mejores insultos que los niños de ocho años de edad podían recordar

Era demasiado joven, al menos lo suficiente para sentir que no valía nada

Como todos los días, se escondía detrás de un frondoso árbol en el patio de la escuela, donde nadie podría arrebatarle su desayuno, con la excusa de que no lo necesitaba.

Él sabía que nadie lo veía, mucho menos lo escuchaba. O eso pensó hasta que una pequeña flor se posó delante suyo

Enfocando su vista en el objeto detrás de la misma, notó que era un niño

De su edad, de hecho, de su clase, delgado, con cabello castaño y las mejillas rojas de la vergüenza

-Toma- sonrió el niño, tan genuinamente como lo parecía el gesto

- ¿Jungkook? – dijo al reconocerlo, cosa que hizo que el niño sonriera- ¿Quieres que se la dé a Tae? Está en el otro lado del patio- señaló con uno de sus regordetes deditos - ¿Por qué me la das a mí? –

- ¡No! No es para Tae – dijo el niño, dejando la flor al lado del más bajo, sentándose junto a él después

- Entonces, ¿Para quién es? – dijo, apunto de hacer una rabieta, no estaba acostumbrado a otros niños invadiendo su espacio personal, menos su lugar seguro

- Es para ti, la conseguí del jardín de mi madre- dijo emocionado, tomando nuevamente la flor, al mismo tiempo que sujetaba la mano del niño de rubio cabello, obligándolo a sujetarla entre la misma- Creo que eres muy bonito

Con el paso de los años, ambos se habían hecho mucho más cercanos.

Habían cursado la primaria juntos, así como la secundaria y la preparatoria.

El constante apoyo de sus amigos y familia no evitaba que se sintiera mal

Porque Jimin seguía viendo los números en la balanza como enemigos

No le gustaba nada de sí mismo, había repasado cada parte de su cuerpo, sus mejillas, sus piernas, su abdomen, su estatura.

A veces no sentía que se viera mal, no era eso, era la sensación de no gustarse a sí mismo, que no le gustaba como se veía

Aún con todas las inseguridades del rubio, Jungkook lo adoraba, más que a nadie

Lo cuidaba con toda la buena intención

Porque desde hacía algunos meses, había comenzado a saltarse las comidas

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El ahora peli rosa se veía peligrosamente delgado, las marcas de sus costillas en su torso, así como sus delicadas piernas, mucho más delgadas de lo que eran antes

Y su sonrisa

Oh, su linda sonrisa

Ya nunca salía a la luz, esa que le hacía cerrar sus ojitos en cuanto sus mejillas se alzaban

Y el castaño no podía evitar preocuparse por su novio, por su bebé

-Minnie- le llamó, captando la atención al de abultados labios, quien había estado estático frente al plato durante largos minutos - Por cada bocado que tengas, recibes un beso- mencionó mientras acariciaba su cabello, incluso eso era diferente

Le faltaba brillo, le faltaba la suavidad que antes tenía

El más bajo asintió, con un pesado suspiro escapando de su boca

Ingirió los alimentos de forma lenta

Sin sentir ni pizca de apetito

Sentía nauseas, tomando una servilleta para cubrir sus labios en cuanto su abdomen se contrajo en una arcada

-Kookie, no me siento bien- murmuró, siendo recibido en los brazos del castaño, quien dejo besos por toda su coronilla, pasando sus manos delicadamente por su espalda- Jungkookie, no he comido nada- susurró, sobresaltándose en cuanto su pareja sujetó su rostro, sonoramente besando sus labios

-No importa Cariño, yo nunca me cansaré de darte besos-

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Jungkook había decidido la forma menos creativa de pedir su mano

Una cena que no fue terminada, como ya lo esperaba

Donde, después de nueve años siendo novios, habían decidido dar un paso más allá y comprometerse

Sus mejores amigos salieron de donde se encontraban escondidos, aplaudiendo con fuerza y alegría, que eventualmente contagió a los protagonistas de la noche

El más joven se abrazó al cuello de su pareja, quien alzó su mano, pidiendo un momento de silencio

-Tu siempre has sido el dueño de mi corazón, Park Jimin- depositó un delicado beso en el dorso de su mano- Pero seré un poco exigente, para casarnos, tenemos una única condición- Tu traje blanco está listo, la única condición para casarnos es que logres llenarlo-

Y con la sorpresa en el rostro de su novio, tomó ahora ambas manos entre las propias

"Sin presiones cielo" besó sus labios suavemente "Nuestro futuro está en tus manos, y yo te esperaré el tiempo que sea necesario"