Más Uno | Kim Taehyung |

| Parte 1 |

-¿Por qué estás terminando conmigo? -pregunté con los ojos llorosos.

-Porque encontré a alguien más -respondió de manera seca, aunque pude ver cierto pesar en sus orbes oscuros.

Solté un sollozo más fuerte sin creerlo, pensaba que todo estaba bien entre nosotras. Que luego de decirle a sus padres sobre nuestra relación todo iba a mejorar... Pero no.

- ¿Es por tus padres? ¿Es por eso? -inquirí sin aceptar su excusa anterior. Ella no había tenido comportamientos extraños durante el último tiempo como para creer que algo andaba mal entre las dos, así que nunca sospeché nada. No me esperaba para nada ésta situación.

Seohyun soltó un suspiro.

-Ya te lo dije, encontré a alguien más.

- ¿Y quién es? -pregunté arrebatándome las lágrimas de manera brusca. Me sentía tonta siendo la única que lloraba como una estúpida por nuestra relación cuando ella ni se inmutaba.

- ¿Para qué quieres saberlo? ¿Acaso va a cambiar algo?

Tal vez sí, tal vez no. Pero tenía mucha curiosidad y rencor a la persona que se estaba llevando los sentimientos de ella.

-Dime, quiero saberlo -estaba siendo masoquista, pero necesitaba mas respuestas, no me conformaba con ese simple "encontré a alguien mas". ¿Tan rápido se había enamorado? ¿Tan rápido se deshizo de sus sentimientos por mi? ¿O acaso nunca signifiqué nada para Seohyun? Es que no podía creer eso último, ella era la que había insistido con nuestra relación cuando yo me sentía insegura, ella había sido la del primer paso. ¿Acaso esos dos años de relación solo fueron una broma para ella?

Se llevó el cabello hacia atras, como solía hacer la mayor parte del tiempo. Era una manía que tenía.

-No lo conoces, se llama Kim Taehyung -respondió viéndome fijamente, evaluando cual sería mí expresión.

Mi boca se abrió ligeramente. - ¿Es un chico? -no sabía que era peor; que me dejara por un hombre o por una mujer como obviamente había creído. No sabía cómo sentirme al respecto. 

Es que, ¿no había encontrado en mi lo que buscaba y por eso se fue con un chico? No comprendía.

-Evidentemente -dijo en un tono bastante neutro-. Lo lamento, Yerim, pero realmente me gusta este chico y siento que... Lo nuestro no va a seguir avanzando.

El típico nudo estaba alojado allí, en la base de mi garganta haciéndome difícil la tarea de tragar saliva porque dolía.

Carajo, quería romper en llanto tan fuertemente.

Me sentía tan lastimada y traicionada. 

- ¡Pues bien! ¡Vete con ese maldito pene! Al parecer lo nuestro fue una maldita broma para ti, ¿no? ¡Dos años de mi vida desperdiciados por andar con alguien como tú! ¡Que solo se dedica a jugar con las personas! -No sentía que hubieran sido dos años desperdiciados, y realmente no sabía si ella realmente había jugado conmigo y luego se había cansado, pero estaba tan enojada que simplemente lancé la rabia que sentía en ese momento.

-Espero no volver a verte nunca mas.

(...)

Siete meses mas tarde

Kim Taehyung era un chico con dinero.

Eso resumía básicamente todo. Ya que Seohyun siempre fue una chica interesada y al ver que sus padres le presentaban a la gallina de los huevos de oro con intenciones de que me dejara fue suficiente para ella. Le importaba mas su bienestar económico que sus sentimientos. Porque al correr los meses me convencí de que ella no pudo estar fingiendo tanto tiempo lo que sentía por mi, me negaba a creer que fuera tan buena actriz. Además, ¿con qué propósito? Yo no era una chica como ese tal Kim Taehyung para que quisiera salir conmigo solo por interés, asi que no le veía la lógica. Ella sí me había querido, pero siempre fue mas codiciosa que otra cosa y yo no le podía ofrecer mucho así que lo más probable era que se hubiera cansado de no recibir joyas, ni zapatos, ni carteras de diseñador por sus cumpleaños, navidades o aniversarios. Le obsequiaba cosas bonitas cuando podía, pero nada era de marca como ella quería. Seohyun solía ponerme enorme sonrisas de agradecimiento falso cuando desenvolvía los regalos, sonrisas que en ese tiempo me creía, pero que ahora podía ver con claridad lo que significaban. Eso aclaró mi duda de por qué no usaba cada cosa que le regalaba, solo contadas con los dedos de una mano podía decir las veces que usó algo que yo le dí.