Begin ❇ TaeKook

Prólogo

El invierno en sus tierras era de un tiempo extenso, el área norte se caracterizaba principalmente por las bajas temperaturas y lo común de la nieve en sus suelos. Pero esta vez sabía y tenía en cuenta que era distinto, todo era más frío y oscuro, y no se refería solo al clima.

Frente al gran ventanal que tenía podía ver como los extensos bosques de pinos estaban cubiertos de capas y capas de nieve, un grueso tapado que no permitía ver el hermoso verde oscuro, solo una densa mancha blanca.

No pudo evitar dirigirse a la ventana que daba a la parte delantera del castillo Jeon, viendo como las casas lujosas y bien armadas estaban con sus chimeneas encendidas y la estela de humo dando notoria presencia. Se sentía molesto, pero también culpable, viendo como esas casas estaban completamente equipadas y acomodadas para lograr vivir a esos extremos, mientras que otros estaban luchando con lo poco que tenían para sobrevivir un día más.

Resignándose a estar con esos sentimientos y pensamientos atormentándole hasta lograr cerrar los ojos, se retiró de los ventanales y se encerró en su habitación. Pronto notó que en la mesa de noche se encontraba su merienda y con una tasa de leche humeante, ante eso no pudo evitar morder su labio con fuerza para evitar las ganas de llorar.

Se sentó en su cama lentamente mientras su cuerpo había comenzado a temblar, sin querer mirar a otro lado que no fuesen sus propios pies, apoyó sus codos en sus piernas y con desesperación sus manos fueron a parar a su cabello. Sus lágrimas decididas a acompañar sus lamentos comenzaron a correr por su rostro hasta perderse en el suelo. Todo lo estaba agotando, sentía que no podía más sin siquiera haber hecho algo al respecto.

Se sentía derrotado.

Las cosas que pasan ya se escapan de sus pequeñas ayudas a escondida de los ojos de la realeza, sus peticiones solo eran ignoradas y burladas, sus lamentos no eran escuchado y él era solo castigado por todos sus actos.

Él ya no era nadie.

Estaba tan jodido.

Su próximo trono estaba comenzado a rebalsar en sangre de la gente que debía proteger, sabía que él era el verdadero merecedor de estar ahí, pero hay veces que solo deseaba escapar de su realidad.

Fregó con brusquedad sus ojos llorosos sin más lagrimas que dar y con desgana, pero agradecido se alimentó de todo lo que le dejaron, lo sentía injusto, pero también sabía que desperdiciar eso sería peor.

Solo quería que todo mejorara...