Capítulo I

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El día había mejorado en cierta medida, la nieve había dejado en claro su presencia en los caminos y techos de las casas, pero su recorrido se había detenido durante un momento, un pequeño descanso y alivio momentáneo a los pueblerinos del lugar. Eso desgraciadamente hacía que el frío solo aumentara, generando un pequeño resentimiento a cada corriente de aire helado que se escabullía entre las personas que caminaban por el centro de aquel pueblo.

Después de un relativo largo viaje en su carroza, la cual venía bastante abrigada a comparación del clima que hacía afuera, se bajó lentamente de esta acomodándose la pesada bufanda de lana hecha a mano por una artesana que le había regalado a cambio de un favor que había realizado. Era bastante abrigado y cada vez que sale del castillo lo lleva escondido entre sus cosas para usarlo sin que los demás se den cuenta. Se quedó mirando un segundo como su gente caminaba casi cabizbaja y encorvados mientras apretaban las telas descuidadas que cargaban para abrigarse del frío que hacía en todo el reino.

La época de invierno golpeaba fuertemente su reino, más este año a diferencia de los anteriores, las tormentas habían azotado con rabia todo el territorio y habían comenzado a tener un mayor golpe económico, más aún de lo que ya estaba aconteciendo por culpa del reinado de su estúpido padre Rey del Territorio Norte, para su desgracia sangre de su sangre. Aborrecía completamente compartir algo con ese ser.

Su madre también tenía un odio distinto al de su padre.

Emprendió marcha en aquel mercado no muy grande y bastante apagado, a diferencia de otras veces donde otros pueblos tenían sus mercancías y ventas a plena calle, ahora todas estaban más escondidas, protegiéndolas de las fuertes ventiscas o de las bajas temperaturas capaces de arruinar la mercancía. Eso no evitaba que se acercara a los puestos prestando toda su atención a las delicadas figuras en madera o lana, los hermosos cuadros de diversos paisajes pertenecientes a su tierra, los extravagantes jarrones hechos a mano dándole figuras que simplemente le hacían preguntarse a si mismo muchas cosas de su funcionamiento y creación.

Simplemente sus ojos se iluminaban de maravilla cuando pasaba entre los puestos apreciando de primera mano la creatividad y talento que había en los distintos pueblos. Si el tuviera la oportunidad definitivamente compraría todo lo que lograra entrar en la carroza y más para poder decorar su habitación, sentirla más cálida y unida a su gente.

Puesto que pasaba a mirar, era una compra segura de algo pequeño que lograra ocultar fácilmente de los metiches del castillo que abrirían la boca y lo pondrían aún más en contra del Rey y la Reina.

Compró a lo último unos guantes de un color azul muy lindo y abrigado, pagando con más de lo que se debería se fue sin recibir el cambio mientras se ponía su nueva prenda favorita (junto con su bufanda, obvio). Una sonrisita vivía en sus labios mientras inconscientemente tarareaba una sonata que había escuchado en un pueblo que había ido hace pocas semanas atrás.

Vio que puestos eran los que le faltaban y en eso se encontró la sección favorita de él, los puestos con diversas comidas típicas de ese lugar. Su alfa había hecho presencia en él en cuanto sintió un aumento de emociones repentinas, su curiosidad fue saciada cuando comprendió que su humano había encontrado el tesoro de aquel lugar.

JungKook sintió como su lobo se mantenía con él mientras se acercaba a los puestos de alimentos, estaba seguro de que podía sentir como la cola se movía ansiosamente dentro de él. Le calentó un poco el pecho al sentir que su lobo se iba a quedar junto a él durante su recorrido, no iba a estar solo.

El ver tantas cosas donde comer le estaba poniendo indeciso y ansioso, pero su lobo le recordó que nadie iba a juzgarlo por comer y comprar todo lo que había ahí, tenía el derecho y no estaba su estúpida -palabras del lobo- madre para vigilar que ingería y que no. Eso hizo que JungKook se sintiera especialmente bien y se dirigiera al primer puesto el cual era su postre y merienda favorita.

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