EldritchAU

3-Temas un tanto peculiares

En algún sector de la mansión, yendo detrás del muchacho pelirrojo, el de traje negroingresaba en una inmensa sala. Podía visualizarse una larga mesada de piedra en el centro,con cantidad de sillas. Todas pertenecientes a cada miembro del consejo.

No había prácticamente nadie, solo un demonio. Black lo miró entre molesto y confundido aaquel con el que se encontró allí. Por otra parte, Alastor hizo una reverencia, previo a salirpor la misma puerta en que segundos atrás habían ingresado.

El de téz oscura no musitó palabra, se limitó a observar a su acompañante, un demonioapenas más bajo que él, de cabellera oscura, piel grisácea de colores claros, quizás marcada con alguna cicatriz, mirada despierta y un par de cuernos que asomaban de entre los mechones despeinados en su cabeza.

— Disculpe el llamarlo de esta forma mi Lord — comenzó hablando el otro.

— ¿Qué rayos necesitas Asmodeo? No estoy con tiempo suficiente — lo cortó con seriedad.

— Pues vengo en representación del consejo a pasarle las nuevas noticias, si me permite.

— ¿Nuevas noticias? ¿Que demandan ahora? — escupió con desagrado. Cada vez que ledecían aquello, algo malo sucedía luego, sobre todo con respecto a su persona por lo queBlack al oírlo retorció el gesto por uno de cansancio. Ya acostumbraba a que le den órdenes.

— Verá mi Lord, no sé si se ha percatado del problema en el que se encuentran usted y suhermano actualmente — comenzó tanteando el terreno. No quería explicarle directamentelos problemas sin antes ver el humor de su superior.

—... —Black arqueó una ceja en señal de sorpresa y duda, dándole pie a continuar al otro.

— Me refiero a que ambos son adultos...y hay ciertas...personas que lo quieren muertoprincipalmente a usted.

— Dime algo que no sepa — le aclaró suspirando pesadamente — ve al grano maldición —le ordenó hastiado.

— Por supuesto — se aclaró la garganta — Mi Lord Black Hat, el consejo le obliga a quebusque un heredero.

— ¿Es una jodida y maldita broma? — entrecerró los ojos al oír eso.

— Me temo que no. El consejo no suele hacer bromas, mi Lord. La familia Hat se haquedado sin miembros...Solo persisten ustedes dos. Debería...considerar la idea de poderencontrar un matrimonio nuevamente, alguien que le ayude a gobernar.

— Por si no lo has notado, mi hermano se encarga de eso. No necesito a nadie más.Además...tengo respeto aun por mi difunta esposa.

— Sí, marquemos los tantos. Hace ya muchísimos años que su esposa falleció, y....

— La asesinaron — lo cortó bruscamente dándole la espalda y dirigiéndose a una de lasgigantescas ventanas, observando el extenso valle donde podía visualizar las jaulas concriaturas en su inmenso patio.