Nacida para la desgracia.

Capitulo 2: ¡Me voy!

-Mas adentro, dale que tu puedes- dijo Bill tomando mi cabeza con ambas manos y metiendo su pene hasta el fondo de mi boca dándome asco y no poder respirar.

Me pareció una eternidad la presión que tenía en mi cabeza no me deja respirar y eso era sólo el comienzo de todo lo que me esperaba esta noche.

-Ponte encima de mí y muévete como tú quieras- dijo sacando su pene bruscamente mi boca y recostarse sobre la cama.

Como siempre era sometida no tenía derecho a decir que no Al fin y al cabo era solamente una prostituta.

Hice caso subiendome sobre el metí su pene en mi vagina pero no pude moverme primero porque apenas estuvo dentro de mí cambio de posición ya no está arriba ahora está siendo amarrada de manos y amordazada sacó su miembro y amarró mis pies fuerte dejando marcas en mi piel.

Volví a meter su pene bruscamente candesti dolía como no tenía idea sus bufidos me dan ganas de llorar más aún cuando me empecé a estrangular era un sádico igual o peor que José. Sus manos gruesas oprimiendo mi cuello sentí a sus embestidas con mayor intensidad como también la falta de aire hasta que me soltó y volví a respirar no pasó ni un segundo antes de que me empezará a golpear sus golpes eran fuerte muy fuerte en mi abdomen piernas y sobre todo en mi cara sentía que ya no podía más Y así fue cuando vi todo negro.

Desperté al otro día me dolía todo el cuerpo nunca nunca va a ir al y de tanto así Pero él no está en el cuarto sólo había una nota en la almohada al lado de mí.

ɴᴏᴛᴀ: ᴀϙᴜɪ́ ʜᴀʏ ᴍᴀϙᴜɪʟʟᴀᴊᴇ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴀᴘᴀʀ ᴛᴜs ʜᴇᴍᴀᴛᴏᴍᴀs ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ ʟᴏs ᴅᴇ ʟᴀ ᴄᴀʀᴀ ᴠᴇɴᴅʀᴇ́ ᴘᴏʀ ᴛɪ ᴅᴏs ᴠᴇᴄᴇs ᴀʟ ᴍᴇs ᴛᴇ ᴀᴍᴏ ғᴜᴇ ʟᴀ ᴍᴇᴊᴏʀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇ ᴛᴏᴅᴀs ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴅᴀɪᴀʀᴀ.

Corrí hasta el baño y me sorprendí al ver mi cuerpo y mi rostro con moretones este hombre definitivamente había hecho lo que quería conmigo Pero lo único que pensé en ese momento fue que no tendría que acostarme con nadie más por un buen tiempo.

Una vez en el baño después de ver mi cuerpo busque el maquillaje y efectivamente estaba ahí frascos llenos de base corrector y todo lo que necesitaba para tapar moretones me duche con agua  casi quemando, dolía muchísimo pero tendría que acostumbrarme.

Salí de la ducha me viste y maquilla con la mayor fuerza de voluntad del mundo salí de aquel hotel con sólo 13 años golpeada a más no poder con mi frente en alto y una sonrisa puesta mi rostro. Y así pasaron los años uno tras otro hasta que me cansé.