Capítulo 1

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Capítulo 1: Mamá

La noche había caído por fin en Bellwood, luego de un día ajetreado nuestros héroes estaban más que deseosos de llegar por fin a casa y dejarse caer en los brazos de Morfeo. Ben no había dormido en tres días, pero no a causa de los enemigos, la cuestión era que esos últimos días Ben había sufrido un fuerte caso de insomnio. Él decía que estaba bien, que aquello no era nada, pero para Rook aquello era preocupante, pues con cada día que pasaba sin dormir, se notaban aún más las consecuencias.

Solo aquel día, Ben casi había chocado con su motocicleta en medio de una persecución; no pudo esquivar los ataques de Fistina y aun como Rath acabó muy golpeado, sin mencionar todas las veces que estuvo chocando contra las paredes del cuartel.

Era hora de tomar cartas en el asunto.

- ¡Rook ya bájame! ¡Puedo llegar a mi cama solo! – se quejó el castaño de diecinueve años porque su compañero y amante lo estaba cargando como si fuera una "niña", cosa que él odiaba.

- ¿y arriesgarme a que te tropieces en la escalera y te lastimes? Ni lo sueñes – contestó el de ojos dorados y por su estado de cansancio, Ben no pudo hacer nada más que quejarse, pues ni siquiera podía mover los brazos correctamente.

Los padres de Ben ya estaban dormidos, estaban más que acostumbrados a que su hijo llegara tarde a causa de su trabajo con los plomeros y como confiaban plenamente en Rook le dejaban encargarse de Ben cuando era necesario.

Al llegar arriba Blonko ayudó a su pareja a desvestirse y seguido de eso a ponerse la ropa de dormir. Luego le hizo recostarse y para velar por su sueño, él hizo lo mismo, permaneciendo junto a él. Pero cuando parecía que por fin el castaño se había dormido abrió un ojo y dijo:

- ¿sigues despierto?

- si – contestó Rook para luego bostezar.

- oh – el castaño se acurrucó en el pecho desnudo de su pareja, porque obviamente Blonko se había quitado la armadura o habría sido incomodo descansar para él.

Rook era suave como un peluche, cálido y sostenía a Ben con firmeza pero con la misma delicadeza con la que se toma a un animal pequeño. Ambos fueron cubiertos por la paz que la noche les daba, pero ni siquiera con ello Ben podía conciliar el sueño.

Era una sensación extraña, como si algo en él estuviese siendo llamado, era casi imperceptible, pero no podía evitar que aquello derivara en una angustia tal que le impedía descansar de manera apropiada. Aun así, Ben consiguió por un momento cerrar los ojos, hundiéndose en la oscuridad que tal vez lo conduciría al descanso. Pero de pronto se incorporó en la cama y miró hacia la ventana, desconcertando a Rook.

- ¿ocurre algo? – preguntó el ravonnaghander a su pareja, intentando ver a través de la ventana lo que este estuviera observando.

- no...no es nada – contestó con duda el humano dándole una sonrisa a su pareja.

Iba a volver a acostarse cuando el omnitrix comenzó a emitir un sonido de alerta. Algo había entrado en la atmosfera y se dirigía hacia ellos.

El sueño desapareció casi al instante de ambos jóvenes y pronto estuvieron vestidos y listos en el exterior de la casa, pero no estaban preparados para lo que verían, al menos Ben definitivamente no lo estaba.

Contrastando con el brillo de la Luna, ambos vieron descender seis figuras aladas de azul brillante y con unos hermosos ojos de color verde tóxico. Rook iba a disparar una red con su proto herramienta hacia ellos en cuanto reconoció su especie, pero fue el mismo castaño quien lo detuvo antes de que pudiese hacer algo.

El LlamadoWhere stories live. Discover now