El Llamado

Capítulo 3:

Capítulo 3: Frío despertar.

Estaba flotando en medio del espacio, sin nada alrededor, aunque a lo lejos podía distinguir algunas estrellas y nebulosas. Rebosantes de color y con un brillo atrayente que provocaban en él una sensación de pérdida.

El frío comenzó a subir por su cuerpo y pronto se vio atrapado por una gran criatura, era muy parecida a un celestiasapien, pero esta no era de color negro con aquellos puntos como estrellas, sino que su cuerpo estaba teñido de un verde toxico muy brillante, contrastando sus dorados como los soles de su planeta natal. El otro detalle, era su gran tamaño, podía decir que era incluso más masivo que un Topustar. La criatura lo sujetó entre sus manos, elevándolo hasta la altura de su rostro.

Quiso moverse, pero su cuerpo no respondía a sus órdenes, siendo abrazado por un frio que quemaba su piel. Un doloroso gemido salió de su garganta, uno que resonó en el vacío del espacio.

Las manos de aquel ser desparecieron, al menos eso pudo pensar con la parte de su mente que aún no se perdía en el frio y el dolor.

Entonces, cuando su cuerpo estuvo a punto de dejar de sentir, un par de manos cálidas se posaron en sus mejillas. Era la criatura. Solo que ahora su tamaño era como el de un humano. Sus ojos, el único rasgo en su rostro que podía mostrar algo de su pensar, estaba afligido, asustado.

Luego un murmullo y un eco.

Pero solo podía mirar a los ojos de la criatura.

El eco se acercaba y el calor de las manos se volvía al resto de su cuerpo. Frio y cálido al mismo tiempo, con mucho dolor pero al mismo tiempo sin sentir nada en lo absoluto.}

Entonces, el hielo se...

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- ¡Rook! Vamos, vamos tienes que reaccionar – sus ojos se abrieron súbitamente contemplando los ojos del pyronite que estaba frente a él.

- Ben... - su voz sonaba extraña, temblorosa.

- gracias a dios, no te muevas Rook, pronto te sacaré de allí – no podía sentir del estómago hacia abajo y todo lo demás estaba húmedo y adormilado.

En efecto estaba todo empapado, no en sudor, sino en agua y la razón se hizo obvia al mirarse mejor. Había sido cubierto con una gruesa capa de hielo, una que Ben por suerte había descongelado antes de que le hubiera dado algo pero a la hipotermia.

- lo siento, lo siento – murmuraba Ben mientras usaba las flamas en sus manos para derretir el hielo.

Dejó de mirar a Ben, poniendo atención a los 6 pequeños negrofriggian que lloraban en uno de los congelados rincones de la habitación.

Unos minutos más tarde, estaba en lo que sería llamada la enfermería del cuartel, cubierto por varias mantas y con una taza de chocolate caliente en la mano, en espera de una explicación por lo que había sucedido. No había que ser un genio para saber quiénes habían sido los culpables, pero aun no conocía el motivo de porque habían hecho eso.

Ben por fin entró en el lugar, con los seis niños volando tras de él, con sus cabezas bajas y manteniéndose a cierta distancia del humano.

- ¿Cómo te sientes? – preguntó el castaño apenas entró.

- mejor, los médicos dicen que tuve bastante suerte de que el hielo no entrara en mi sistema – la mirada de Ben se dirigió ahora a los pequeños.

- ustedes, ¿no tienen nada decir? – habló como una madre enojada (cosa que en teoría si era) mientras miraba a sus pequeños.

Los seis necrofriggian se arremolinaron alrededor de Rook, unos en silencio y otros con leves sollozos atorados en la garganta.

- nosotros lo sentimos...

- no queríamos...

- hacerte daño...

- pensamos que...

- había demasiado calor...

- quisimos arreglarlo...pero no quisimos lastimarte...

- lo sentimos... - dijeron los seis a la vez y no fue difícil ver para Rook que en verdad se sentían culpables por ello.

Aquellos pequeños estaban habituados al frio extremo del espacio y a solo estar entre ellos, no debieron saber que había especies que necesitaban el calor. No podía enojarse con ellos por eso, además parecía que Ben ya les había dado todos los regaños que era posible darles. Así que solo acarició la cabeza del más cercano y dijo:

- solo intentaban ayudar, así que no se sientan mal por eso, ya pasó – aun algo temerosos, los seis se posaron sobre el ravonnaghander y susurrando a veces pequeños lo siento.

- Rook – el castaño rascó la parte posterior de su cuello algo nervioso y dijo – también lo siento, debí saber que algo así podía ocurrir.

Cansado de tantas disculpas, Rook sujetó la mano de Ben y lo atrajo a sí mismo, envolviéndolo también con aquellas mantas mientras lo abrazaba.

- ya deja de decir "lo siento" o acabaran haciéndome pensar que no eres mi Ben Tennyson – intentó bromear, recibiendo un ceño fruncido por parte del humano, junto con lo siguiente.

- me sentía culpable ¡pero sabes ya no me disculpare si vuelve a pasar! – se quejó cruzando los brazos, pero Blonko no lo soltó y solo soltó un leve risa.

- Ben, ¿Qué hora es? – el castaño lo pensó un momento antes de contestar.

- creo que pasadas las seis.

- es muy tarde, tengo alistarme para ir a patrullar – quiso levantarse pero Ben aprovechó su posición y volvió a pegar el trasero de Rook contra la camilla.

- oh no, ni creas, tú te quedarás aquí a descansar, yo también me quedaré así que veré que no te escapes – el alíen miró a su pareja con duda y preguntó.

- ¿te quedas porque quieres o porque el magistrado te lo ordenó? – Blonko estaba seguro de que el rostro de Ben se había puesto más rojo.

- a-alguien tiene que cuidar que los niños no hagan más desastres – respondió rápidamente evitando la mirada de su pareja, pero estaba seguro de que estaba sonriendo y no de manera cariñosa.

El ambiente se había relajado por lo menos y curiosamente, los seis necrofriggian se habían vuelto a dormir en las otras partes de la camilla, aprovechando que habían sido liberados por ese día, dormir un poco más no sería malo y Ben rápidamente lo entendió, pues sin que Blonko se diera cuenta, se había dormido entre sus brazos.

Quizás eso era lo que Gwen llamaba estrés.

Él no tenía sueño, pero al menos podría ver a Ben mientras dormía. 

¿Por que publico esto antes de tiempo? Porque estoy a nada de volver a clases y quiero avanzar cuanto pueda antes de que me atrape el maldito liceo...

Espero que les haya gustado.

No tengo nada bueno que decir así que, bye.