Ten.

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Jamás había encontrado tan interesante ver un par de estantes con cosas de médicos. Camila llevaba cerca de treinta y siete minutos esperando a Lauren en una bodega del hospital donde Jennifer estaba siendo atendida, de eso ya una semana. Afortunadamente y con suerte aquella tarde darían su alta y por fin su mejor amiga vería a la mujer por la que había cometido la locura de hacerse pasar por médico.

Camila sonrió mientras tomaba un par de vendas y comenzaba a vendar su mano.

Dua se había hecho pasar por pediatra y se había colado al área de bebés, todo se derrumbó cuando vio a Charlotte de nuevo y sin más la tomó en sus brazos, había pasado veinte minutos con la pequeña bebé en sus brazos hasta que el verdadero pediatra apareció con dos guardias de seguridad. El hospital estaba listo para denunciar a la británica por intento de robo de infantes pero, por alguna extraña razón los cargos habían sido retirados y Dua había salido intacta de aquella situación. Camila intuía que Michael Jauregui estaba detrás de todo eso, el hombre ya se estaba haciendo a la idea que ni ella ni su mejor amiga desaparecerían por un largo tiempo.

O tal vez no.

—Lamento la tardanza, mi madre me envió por un cambio de ropa para Jen... - Lauren paro de hablar al ver a Camila jugando con un par de vendas. La miró totalmente desconcertada. ¿Realmente aquella mujer tenía veintiséis años?

—Estoy muy feliz de que Jennifer se encuentre mejor - Dijo Camila quitando las vendas con torpeza —Y que ahora pueda ir a casa...

—Yo más, Charlotte es tan linda... - Lauren sonrió soñadora pero en un instante su sonrisa se borró —Hay algo que tengo que hablar contigo - Aquel tono no le gustaba para nada a la morena —Mi padre quiere que Jennifer, la bebé y yo nos vayamos a vivir con ellos... a Miami - En efecto, aquello no le había gustado nada. La morena veía sin expresión a la ojiverde, bueno, tal parecía que Michael seguía con la idea de alejarlas.

—¿Tú quieres? - Preguntó dudosa.

—No lo sé - Escuchar la duda en su voz la lastimó.

—Si tú quieres irte, no voy a detenerte, no voy a obligarte a estar conmigo - Lauren frunció el ceño —Te amo y sólo quiero lo mejor para ti... - Lauren iba a replicar pero Camila no se lo permitió.

Llevó ambas manos al rostro de la ojiverde acercándola para besar sus labios con furor, cuando pensaba tendía a decir algo que arruinaba las cosas o cualquier situación. Camila esperaba que con un beso Lauren sintiera lo que ella sentía.

Camila tenía un beso en mente pero Lauren no.

Lauren la tomó por la cintura haciendo fricción de sus cuerpos, la morena jadeó cuando sin filtro alguno la menor tocó su entrepierna por encima de la ropa, Lauren acariciaba su pene logrando lo que aparentemente quería, ponerla dura, su polla reaccionaba al toque de la mujer que su corazón amaba. A Camila le encantaba que Lauren quisiera tener el control pero haberla estado esperando por casi una hora imágenes de ella tomando a Lauren en aquella pequeña bodega del hospital le habían torturado el pensamiento, Camila había imaginado sentar a Lauren sobre la mesa fría de la esquina o porqué no, ponerla boca abajo contra esa misma.

Así lo hizo.

Lauren se sentó sobre el frío metal esterilizado mientras Camila besaba su cuello dejando un par de marcas ahí, no se consideraba una persona posesiva pero con Lauren era todo lo que nunca pensó o creyó ser. Dejarle algunas marcas no estaba nunca de más. La ojiverde dejó que Camila le levantara el vestido suave que llevaba, la ojiverde dejó que la morena hiciera a un lado sus bragas y acariciara su intimidad con sus largos dedos. De alguna manera nunca podía tener suficiente de Camila Cabello, no podía mantener sus manos alejadas del cuerpo caliente de la castaña.

FUCKING GIRLS - Camren. CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora