Es como te lo dije cariño, tu y yo... Nacimos para morir
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"¿No tienes miedo de que a veces todo se vaya a la mierda?
Personalmente... si, pero tengamos miedo juntos Derek"
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"¿Que soy para ti Derek?
Eres como...
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CAPITULO CUATRO
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"Estúpido viernes pt.1"
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—Definitivamente les creo...
Leah estaba perpleja, miro sus manos, el humo seguía ahí, tomo una bocanada de aire y se relajo lentamente, noto como el humo parecía ser absorbido lentamente por su cuerpo, Derek cayó al suelo, pero se incorporó rápidamente y trato de acercarse a la chica, pero Leah dio una paso hacia atrás y levanto sus manos en forma de amenaza.
—Que les crea no significa que confíe en ustedes.
Leah, estaba pasando por una lucha mental en ese momento, su instinto, lo más profundo de su ser, le pedía que confiara, le decía que con ellos todo estaría bien. Pero su sentido común, su habilidad de auto preservación le gritaba que corriera lejos de ahí, sin permitirles hablar huyo.
Corrió lo más lejos que pudo, sin parar, de repente ya no se sentía cansada, como si correr fuera la acción más fácil . Llego a su casa y noto que había dejado su cartera. Por suerte su teléfono quedó en su bolsillo, Leah sin pensarlo mucho tomar la opción más fácil, subir por la ventana, trepó, aferrándose débilmente a los pequeños huecos que había entre los ladrillos, en cuanto su cuerpo calló sobre el suelo de su habitación, la tranquilidad la invadió, pero a su vez, un ligero sentimiento de remordimiento se instaló en su pecho, el hecho de hacer dejado el departamento la dejo pensando. Ellos la habían ayudado, pudieron haberla matado y no lo hicieron, se quedo ahí tendida en el suelo, pensando si la decisión que había tomado fue correcta. Sus párpados comenzaron a pesar y el sueño la venció poco a poco, se quedo ahí dormida en frío piso de su habitación pensando en si la decisión que había tomado era la correcta.
[...]
Leah despertó en la mañana con un horrible dolor en el cuello, noto que aún estaba en el suelo, y con la misma ropa del día anterior. Hizo una mueca cuando el dolor, que antes estaba en su cuello se expandió por toda su espalda.
«No hay nada que una ducha caliente no cure»
Se levanto cuidadosamente del suelo y se encaminó lentamente hacia el baño se su habitación. Abrió el agua caliente para que se comenzará a calentar, el vapor no tardó en hacer acto de presencia y la pelirroja comenzó a deshacerse de sus prendas, se fijó que él agua no la quemara y se metió a la ducha.
