Capítulo 2- Sin rumbo

20.5K 628 42
                                    

Ocho horas de lágrimas después llegué a Barcelona con los ojos hinchados y la piel pálida, vamos que sólo me faltaba saltar muy alto para ser un sapo. Si los cuentos de hadas se apegaran un poco más a la realidad no habría necesidad de brujas, serian las mismas princesas quienes se transformarían en sapos al regalarle su corazón al típico y ordinario príncipe desalmado. 

Desde mi ventana pude ver a Jackie esperándome a orillas de las vías con un cigarrillo en mano, hábito común de los fumadores en espera de alguien. Al parecer sienten que los minutos vuelan con cada bocanada, pero si fumar hiciera que el tiempo pasara más rápido, en ese momento hubiera retomado ese terrible vicio para correr hacia un futuro menos depresivo. Su otra mano sostenía una correa roja que detenía los pasos traviesos de Frida, su pequeña perrita maltés color blanco nieve que veía con asombro el paso del tren frente a ellas.

Ver a Jackie y a Frida llenó de calor mi corazón. Sentí que se humedecían mis ojos cual Remi, pero no era momento para más lágrimas. Con lo poco que le gusta a la Jackie la gente llorona.

Mientras yo llevaba encima ropa comodísima que usaría normalmente para ir al gimnasio (si fuera), Jackie llevaba un vestido color amarillo, con mangas a los codos y largo hasta las rodillas, parecía que iba a recibir al presidente y no a un sapo. Sin embargo, su facha me hizo suponer que en Barcelona la primavera llega antes que en Salamanca y sonreí pensando que al menos el calor me abrazaría por unos días.

Aún desde mi ventana vi como el sol se robaba el protagonismo del cielo ausente de nubes en su totalidad y la gente en la estación se notaba radiante. Tal vez la diferencia más notoria entre la gente de Salamanca y la de Cataluña era por el calorcito que tanta falta nos hacía a los locales Salmantinos, quienes suelen burlarse del clima diciendo que ahí solo existen dos estaciones: la de invierno y la del tren. 

Pensé que tal vez y solo tal vez, al salir de Salamanca me había traído el sol conmigo de la mano de la alegría que me había abandonado por un tiempo. Imaginé lo bonito que sería sentirme así de feliz cada día y suspiré desilusionada pensando que sería imposible mientras esos ojos grises siguieran asechándome cual fantasma aburrido en una casa embrujada.

Jackie se abalanzó sobre de mí aún con su cigarro en mano. No era la más cariñosa de mis amigas, por lo que sabía que un abrazo por corto que fuera, significaba completa felicidad. Tal vez no se desvivía en ternura, besos y abrazos con todas las personas como lo hacía yo, ella prefería guardarse los mimos y las caricias para Frida. Sin embargo, estaba llena de amor por nosotras y no hacia falta que nos comiera a besos para que lo supiéramos.

Al terminar con su francés, Jackie había escapado a la India, en donde vivió durante tres largos meses aventuras dignas de ser eternizadas en papel. Me contaba que un día cualquiera le tocaba dormir en la calle y al día siguiente en la casa de la Cónsul de México. Era todo tan incierto y excitante que unas veces no tenía para comer y al otro día comía en un banquete rodeada por monjes budistas, monos y vacas. Según sus palabras textuales, "ir a la India cambió su vida de manera radical", aunque aún no sabía de qué manera y qué tan fuerte la había afectado, pero sabía que a partir de entonces su vida no sería la misma. 

Era verdad, yo conocía a Jackie demasiado bien, habíamos compartido muchas horas de baile, risas, alegrías y un par de lágrimas de desesperación, pero jamás le había visto esa mirada en sus ojos, tan libre de miedos, de límites, de dramas. Tan viva. 

Cuando impulsivamente dije que me iría por el mundo por seis meses, Jackie fue la única que se puso tan feliz que parecía que sería ella quien viajaría y no yo. Pero ella sabía, por experiencia, que ese viaje calmaría mi mente y cambiaría mi vida.

—Claro mi Alix, ¿cómo no voy a estar feliz? Estas a punto de experimentar ese aire de libertad, esa plena felicidad, esa experiencia que impactará tu vida... y tú eres una parte importantísima de mí, así que es como si lo viviera yo también —completó y soltó un suspiro nostálgico.

Seis Meses ❤ Ganadora Wattys 2015 ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora