Era la hora de dormir, un momento algo complicado para Valeria, no tanto por el acto de dormir en sí, sino porque antes de ello pasaba lo mismo que cuando subía al auto después del trabajo, le venían recuerdos de momentos magníficos que pasaba con su esposo en esos momentos de la noche, no tantos sobre lo más común que era pensar hacían el amor a esa hora, de hecho poniendo algo de empeño en recordar cosas sobre el ámbito sexual, casi siempre tenían intimidad a horas diurnas, los fines de semana claro está, pero si, casi nunca lo hacían antes de dormir, no sabía muy bien a que se debía eso, de hecho es algo que había comenzado a recordar recientemente, cuando se puso a pensar en ello, y...no sabía cómo sentirse al respecto, tal vez le estaba prestando atención a algo que no la merecía, al fin y al cabo ya ni siquiera tenía interés por sostener relaciones sexuales con su aun esposo, simplemente con pensar que como tocaba a su esposa tocaba a otra mujer le daba una pequeña sensación de asco.
Esteban, su esposo, ya no dormía con ella la mayoría de las veces, algunas dormía en el cuarto de huéspedes, o algunas otras iba a dormir a casa de su madre, la misma estaba a eso de 1 hora en auto, ¿y porque pensaba mucho en cuanto duraba el trayecto?, simple, veía que antes de irse a "dormir a casa de su madre", le llegaban varios mensajes al teléfono, que a veces él contestaba con notas de voz, las mismas a veces dejaban en manifiesto que no hablaba con su madre, en cuestión de unos pocos días y viendo los patrones que seguía antes de irse, se dio cuenta de algo que ella considero mucho al principio: solo era una tapadera para ir con su joven amante. Nunca creyó eso de que realmente fuera a dormir con su madre, ya la idea de viajar 1 hora de ida por la noche y otra de regreso por la mañana le parecía estúpido, lo único del asunto que tal vez le había hecho no creerlo al principio, fue tener que aceptar que su esposo realmente era tan cínico como para aun sin estar divorciados casi restregarle en la cara que iba a ir a acostarse con la mujer por la que la cambio a ella.
Decidió no seguir pensando en eso, así que yendo a apagar la luz de la habitación se echó a la cama, cubriéndose con el cobertor y recostando cómodamente su cabeza en la almohada, para cerrar los ojos y caer dormida en pocos minutos, estaba agotada y eso sumado a la relajación que le había dado la ducha que tomo por la tarde le harían tener un descanso muy agradable seguramente.
Al día siguiente, despertó sintiéndose bastante bien del descanso que había tenido, amaneció de buen humor y agradecía mucho eso, abriendo las ventanas de la habitación dejo que la luz del sol entrara, lo cual para ella creaba un lindo ambiente, fue a su closet a buscar algo de ropa para ir al trabajo y comenzó a vestirse, comenzando por colocarse un brasier blanco, después una camisa blanca de igual forma, un saco negro, y una falda de ese mismo color, sentándose en el borde de la cama se puso las medias negras que llegaban a un poco por encima de la rodilla, y seguido de eso los tacones, negros de igual manera. También fue al cuarto de baño a peinar un poco su cabello
Bajo a desayunar, se preparó algo de huevo con tocino, y se sirvió algo de agua natural, se cuidaba mucho de las bebidas, pocas veces solía beber refresco o algo de ese estilo.
Mientras desayunaba decidió echarle un vistazo a sus redes sociales, fijándose más que nada en los grupos dedicados al alquiler de casas o departamentos, sabía que necesitaba un lugar para quedarse mientras se resolvía el asunto del divorcio, incluso después del mismo. No estaba muy en su cabeza empezar a luchar por cosas materiales, por lo cual no vislumbraba mucho que la casa fuera a ser propiedad suya, lo único que quería era dejar de ver a su aun esposo, ya no tenía nada que tratar con el mas allá de los trámites de divorcio.
Ojeando por uno de los grupos de departamentos en alquiler, encontró algo que le llamo la atención, se trataba de un departamento con una descripción interesante, pues el mismo ya estaba amueblado, contaba inclusive con aire acondicionado, y por las fotos que estaban anexadas, parecía ser un lugar muy acogedor, agregando que la vista a la ciudad era hermosa, en la descripción ponía que era perfecto para algún estudiante, pues estaba a unos 10 minutos de la universidad de la ciudad, eso la hizo pensar, muy probablemente habría estudiantes buscando algo así, por lo que debía darse prisa antes de que alguien se lo ganara, claramente aún no estaba segura de sí se iría a vivir ahí, pero para ella tenía muy buena pinta, tomo una captura de pantalla a la parte de la publicación donde aparecía el numero para llamar si se deseaban mayores informes, y guardo el teléfono en su bolso, ya era su hora de irse si no quería llegar tarde al trabajo.
Una vez llego nuevamente al edificio donde laboraba, comenzó a ver que pendientes había y a trabajar en ellos, claramente no sin antes saludar a su mejor amiga, Margaret.
Buenos días —Le dio un beso en la mejilla al saludarla.
Buenos días señora Valeria —Ella siempre solía mostrarle respeto, la tenía como una figura femenina a seguir.
Vaya que hoy has decidido cambiar de peinado —Le causo curiosidad eso ya que la contraria era de siempre arreglarse igual.
Bueno siempre quise probar como se me vería el cabello si no me lo dejaba suelto —Dejo escapar pequeñas risillas después de hablar.
Pues a decir verdad te ves muy bien así —Le menciono la mayor con una ligera sonrisa en el rostro.
Gracias —Aclaro la garganta antes de seguir hablando— Valeria espero no molestarte, pero me gustaría que hablemos de algo en la hora de la comida.
Oh, no te preocupes sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa, podemos hablar de lo que gustes —Acomodaba sus cosas en el escritorio al mismo tiempo que hablaba.
Gracias Valeria...eres una gran amiga —A la menor se le notaba algo apenada.
Margaret pasa algo? —Claramente con los años que llevaba de conocerla sabía que se estaba comportando un poco extraño.
No...no pasa nada, perdón si me veo muy seria —Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y se sentó en la silla de su escritorio para comenzar a revisar unos papeles.
La mayor decidió no prestarle mucha atención a la actitud de su amiga, seguro estaba así por alguna cuestión relacionada con su pareja.
Las horas fueron pasando, Valeria era sumamente hábil en lo que hacía, se le conocía por ser una mujer eficaz cuando realizaba una tarea a la que le ponía empeño, y algo que jugaba muy a su favor era la experiencia, además del grado de estudios que tenía, se había graduado de la universidad de la ciudad como ingeniera, y de vez en cuando al pasar por ese sitio sentía nostalgia de lo que fue su juventud y vitalidad, cosa que pensaba ya había perdido, y el incidente con su aun esposo no le ayudaba en nada a cambiar esa opinión.
Al llegar la hora de la comida, ella más que tener curiosidad acerca de lo que iba a comer tenia curiosidad acerca de su mejor amiga, a como la vio, y sumado a que le dijo quería hablar con ella de algo en específico podía suponer que tenía problemas con su pareja, ella ya sabía que Margaret la veía como un ejemplo...y por eso le tenía respeto, aunque realmente la diferencia de edad no fuera tan marcada al tener ella 38 años y Margaret 30, sabía que la veía como una mujer con mucha más experiencia, probablemente por el hecho de que estaba casada, y en cosas de parejas no sería la primera vez que le consultaba algo.
Ambas salieron a comer a un pequeño restaurante que no quedaba a más de 5 minutos del edificio donde laboraban, Margaret casi no había hablado en el transcurso hacia ese lugar, eso sí era raro, solía ser una mujer expresiva, y que siempre tenía tema de conversación. Ordenaron algo ligero, Margaret algo de arroz con pollo, y la mayor por su parte decidió pedir lo mismo que su amiga.
Me dijiste que querías hablar de algo —Rompió el silencio ya que sentía se estaba tornando un poco incómodo.
Margaret se notaba un poco cohibida, no contesto durante algunos segundos y después tomo aire, al parecer era un tema que le costaba tocar, ¿de qué quería hablar aquella mujer?
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Experiencia detrás de la belleza
RomansValeria, después de la infidelidad de su esposo, sintió un gran cambio dentro de ella, en su cabeza los pensamientos sexuales estaban cada vez más cargados de morbo...y estaba sedienta por alimentar gustos que nunca imagino, ¿ser una "asaltacunas" e...