– ¡Vamos vacas! –Agitó los pompones con ánimo cuando cayó tras hacer la pirueta
Aquel grupo de chicas se miraron entre ellas con decepción
– Bebé, tu eres mi amiga y lo sabes –Wendy se acercó hacia la rubia. La de ojos azules conocía lo suficientemente a la más baja como para sentir un tono de voz para iniciar un discurso motivacional– Pero, no creo que ser porrista sea lo tuyo –
– Pero Wends –Se acercó hacia la pelinegra– Eramos las mejores de pequeñas, ¿Qué hice? –
– Engordaste –Habló la chica Tucker. La rubia puso una cara de horror al oír esto, Wendy reaccionó casi al instante
– Lo que Red quiso decir –Trató de buscar unas palabras apropiadas– Es que tú contextura no es adecuada para esta práctica –Básicamente le llamo cerda con palabras bonitas
– Oh... entiendo –Tomó el bolso forzando una sonrisa, sus cejas trataban de no fruncirse y romper en llanto– Nos vemos mañana –
– Adiós –Se despidieron las muchachas
La rubia salió del gimnasio con rabia y tristeza a la vez. Mordía su labio inferior para intentar calmarse, genial ahora no solamente se quedaban un lápiz, 3 marcadores y su borra. Ahora su anhelo de ser porrista
– Ho-Hola Bebé –Sus pensamientos fueron sucumbidos por la presencia de un regordete castaño
– Hola Clyde –Saludó para dedicarle una sonrisa. Clyde había sido su novio en la primaria, sin embargo era cosa de niños, nada serio
– ¿Cómo va todo? –Preguntó el de ojos café inflando el pecho
– Perdí el ensayo de porristas –Confesó la rubia desanimandose. Clyde se dio cuenta de ello y trato de animarla
– Claro que no –Colocó su mano en el hombro de la más alta– Las porristas perdió un ensayo –La rubia rió ante ello
– Eso no tiene sentido –Clyde tuvo un momento leve de shock ante de responder
– Lo sé –Dijo el amante de los tacos– ¿Quieres que esté príncipe azul te acompañe? –
– Claro, ¿Dónde está? –La rubia rió y a Clyde se le cristalizaron sus ojos. La de ojos azules al ver que rompería en llanto trato de remediarlo– Yo solo veo a un rey –Coqueteó haciendo reír vivamente al castaño
Ambos se sentían bien, era agradable compartir con alguien este tipo de estupideces
Pero aquella cercanía no le agradaba a cierto grupo de chicas extrajeras