La alarma sonó y la luz del sol inundó la habitación de la rubia. Cerró con fuerza sus ojos pero finalmente acepto el hecho de que el tiempo no se detendría por ella
Se levantó no con tanto entusiasmo pero luego pensó, solo inicio con el pie izquierdo, nada grave
Fue a su espejo viéndose de arriba a abajo. Fue a su barriga y la vio frunciendo el ceño
– ¡Negro!, El negro adelgaza –Dijo intentando crear con rapidez un look.
No quería parecer gótica o emo así que sería un pantalón alto solamente, se colocó un camisa manga larga de color lila que dejaría ver su estómago de no ser por el pantalón, se puso una botas medianamente altas, arregló un poco su cabello. Se maquilló no tan llamativamente y fue a la escuela sin desayunar
Cuando llegó a su salón, el que debía ser su silla tenía ciertas cartas. Rió feliz pensando que era un admirador que le dedicaba su amor
Cuando abrió las primeras cartas su piel se heló: era un dibujo de Clyde y Token juntos, con ella a un lado...muerta
Sacó otro y era ella tratando de que Clyde no viese a Token, en otro ella abrazaba a Clyde pero este le tomaba la mano a Token
Arrugó las cartas leídas y las botó, dejando su bolso al descubierto más no le importó, iba a encarar a esas ojos raros
– ¡Bebe! –Un chico ligeramente regordete la sacó de sus pensamientos. Sus mejillas estaban sonrojados lo que a la vista de Bebe lo hacían ver adorable– Eso de que Token y yo estamos saliendo, ¡N-No es verdad! –Bebe rió ligeramente
– Lo sé, no tienes porque darme explicaciones –Dijo con una cálida sonrisa en su rostro, el rostro del castaño incremento
– Supuse que te pusiste triste porque creíste que el grandioso Clyde salía con alguien –Fanfaroneó de modo burlesco
– ¡Oh no, mi rey es gay! –Dramatizó la muchacha siguiendo el juego. Sin embargo a un grupo de muchachas de ojos rasgados no le agradaba el juego
Una pequeña bola de pintura cayó encima de su camisa, manchando así no solo la ropa, sino el cabello
– ¡Oh! Lo siento yo no vela –Se disculpó una de las asiáticas cínicamente, la acción hizo que sus amigas rieran
Clyde enfureció por el incidente. Bebe no quería que el regordete tuviese problemas, era cosas de ella y las chinas esas
– Tranquilo Clyde –Habló dulcemente. Lo dejó para ir al baño y tratar de arreglar el desastre que había en su cabello
Se vio al espejo horrorizada
– ¡Verde olivo! –Exclamó tomando el mechón manchado– ¡Ese color solo le queda bien a Tweek! –Chilló abriendo el grifo, tomando un poco de agua y echándolo en el cabello, con el fin de arreglar el problema
Cuando acabó, se echó ciertas salpicaduras de agua en su cabello para humedecerlo y no hacer notar el pequeño desastre que hubo. Justificándose que estaba recién bañada
Regresó al salón más la clase había empezado
– Buenos días profesor –Saludó irrumpiendo la clase– ¿Puedo pasar? –Preguntó esperando la orden
– ¿Por qué llegue tarde? –Unas risitas se oyó en el fondo
– Yo...estaba en el baño –Empezó a jugar nerviosamente con sus húmedos rizos
– Debería ir antes venir a clases –Regañó el mayor
– ¡Pero! –
– ¡No me jodas y entra! –Gritó el mayor, la menor bajó la cabeza y obedeció la orden. Cuando llegó al salón pudo oír unos murmullos
– Dicen que se le estaba mandando a uno de 3ro –Se oyó de una de sus compañeras, Annie
– ¿Era una mamada? Yo oí que era trío –Dijo otra compañera, Red
– Yo escuché que se estaba drogando –Dijo, para su sorpresa, Wendy
– ¿Quieren callarse?, Ella las escucho –Habló la estudiante afroamericana, Bebé suspiró con desgano encogiéndose de hombros, fue a anotar las cosas
Y su marcador salmón y dorado no estaban