cuatro.

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¿por qué juegas conmigo? ¿acaso no te cansas de hacerlo? y ¿por qué soy tan idiota? ¿por qué, después de todo, sigo picando el anzuelo, sigo accediendo a tus planes, te hago caso como un triste peón de ajedrez, te dejo manejarme? creo que la solución es simple: porque, después de todo, aún te quiero, borja.

the hype ; luzuplay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora