I

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Los viernes eran los días más ansiados y especiales para todos en la ciudad, niños y adolescentes salían de la escuela, jóvenes de la universidad o instituto, y los adultos de sus trabajos. Era el día más esperado por muchos ya que el sábado, prácticamente no había muchas labores.

Era un día perfecto, las noches de viernes en verano eran lo más especial de todo, ya que toda la juventud salía a divertirse o simplemente a tontear a cualquier lugar, algunos llegaban de viaje, otros se iban, y así. Todo era genial, simplemente perfecto.

Y se suponía que también debía serlo para Midoriya Izuku, un adolescente muy dulce de cabellera rizada color verde, ojos esmeralda que brillaban demostrando inocencia y ternura en él, sus adorables pecas que adornaban su rostro y no podía faltar su gentil y resplandeciente sonrisa, que si bien es cierto, cualquiera podría pensar que este la llevaba pegada en la cara todo el día, literalmente. Era el chico que siempre sonreía ante las adversidades, aquel que nunca se rebajaba ante nadie, alguien que veía todo a su alrededor de manera positiva.

Menos aquel viernes.

Ese día fue el día más confuso en toda su vida, es decir, en realidad su vida de por sí ya era un dilema.

Pero ese viernes en especial fue lo que terminó de confundirlo.

¿Qué clase de persona se acerca a ti de manera espontánea diciendo que te conoce y quiere arreglar todo el error que fue causado por terceras personas sin saberlo?

Él no entendía nada.

Y cuando es nada, no es exagerando. Realmente no lograba comprender ¿quién era ese chico de cabellos bicolores que se le acercó sonriente esa tarde, saliendo de la escuela?

Él no lo sabía.

Tirado como trapo viejo en su cama, se puso a pensar para sí mismo “¿quién es él? ¿de qué estaba hablando cuando dijo que quería hacer las pases conmigo?”

“¿por qué no sé quién es?”

— Cariño —tocó suave la puerta de su habitación su madre.

— Dime mamá —respondió con desánimo.

— Saldré con Miku a comprar los decorativos para su baby shower, cualquier cosa que necesites me llamas.

— Seguro má, diviértete —dijo para escuchar los pasos de su madre alejarse y, posteriormente, escuchar el portazo en la sala.

Suspiró.

Su teléfono comenzó a vibrar, sin siquiera mirar la pantalla, respondió.

— Diga.

Hola cariño, dijiste que hoy saldríamos a pasear al centro comercial por nuestro aniversario ¿te acuerdas?

Mierda, simplemente mierda.

Hoy cumplía ocho meses de noviazgo con su amada novia: Uraraka Ochako.

Y… se le había pasado el detalle.

— Sí… lo siento, he estado a-algo distraído, perdón cielo.

Tranquilo, sé que a veces eres olvidadizo a pesar de haber hecho algo hace cinco minutos —rio a través de la línea—. Estaré alistándome ¿vienes por mí o te encuentro allá?

— Yo pasaré por ti, tranquila —se sentó de golpe en la cama—. Estaré allá en veinte, te quiero.

Y yo a ti —dijo coqueta.

Para finalmente colgar.

Volvió a tirarse a la cama.

¿Cómo pudo olvidarlo?

En tu memoria [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora