— Shoto… —suspiró el pequeño en medio de los besos.
Aquellos besos que su semi-albino le entregaba lo encendían de sobremanera, y no solamente en el rostro.
— Cariño —su voz lujuriosa y ronca reinaba en la habitación.
— Shochan… mmm… —gimió contra su boca.
El de dos colores sonrió.
Ambos sin duda la estaban pasando bien.
El cuerpo aparentemente delicado de Izuku recibía con naturalidad las delirantes estocadas que le entregaba el semialbino. Los dedos del menor se paseaban felizmente por la espalda de su amado, dando rasguños suaves, mientras que las manos del heterocromo se deslizaban por los brazos bien formados de quien estaba debajo de él.
El sonido que producían sus cuerpos al encontrarse eran música para los oídos de ambos.
…
.
.
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Y para su bendita suerte, se despertó de aquel sueño húmedo que de verdad se estaba poniendo bueno…Izuku despertó de golpe soltando un muy sonoro gemido, su frente dejaba correr gotitas de sudor, y sentía calor tanto en el rostro, como cierta parte inferior de su cuerpo…
Pero para su también suerte, eran las seis y media de la mañana del domingo.
Es decir, silencio total.
Ups.
El problema era si ¿eso era un sueño, o era un recuerdo vago de lo que eran, o son, o serían?
Eso lo hacía sentirse aturdido.
Aún quedaban dos horas para que su madre despertara, por lo que decidió encender su celular y escuchar música.
Sin que lo notara, el tiempo pasó volando y se hicieron las ocho y cuarenta. Se había vuelto a dormir, pero despertó cuando su madre tocó su puerta para desayunar, y como este no respondía la peliverde mujer decidió entrar y despertar a su hijo.
[…]
Doce y media.
Y Todoroki Shoto aún no llegaba.
— ¿De veras es tan impuntual? —pensó en voz alta. Prefería creer eso antes que pensar que aquel modelito lo había dejado plantado.
Porque sí, desde que ellos se vieron aquella tarde después la escuela, Izuku no podía negar que aquel muchacho de mirada gris-celeste, era muy guapo a pesar de aquella cicatriz situada en su ojo celeste, que por cierto, le daba un toque de misterio.
Quedaron en verse en una heladería, Shoto había olvidado en decirle algún lugar en específico para que pudieran verse, por lo que lo llamó por la mañana a indicarle.
La paciencia de Izuku comenzaba a agotarse.
Jugueteaba en el celular mientras una señorita se acercaba a él para tomar su orden.
— En un momento, por favor —pidió y la chica rubia asintió, dejándolo solo en su mesa.
¿Gastaría yenes en vano solo porque su “no sé qué” no llegaría?
La campanilla de la puerta sonó, alguien había entrado. Ya ni siquiera se molestó en mirar de quién se trataba, porque cada vez que levantaba la cabeza para averiguarlo, terminaba siendo otra persona, y no él.
Puso un codo en la mesa y formó un puño para recostar su cabeza en él, soltando un pesado suspiro.
— ¿Qué pasa? ¿Acaso ya no quieres verme? —la voz que se dirigía a él denotaba una fingida tristeza, cosa que para Izuku fue muy creíble.
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En tu memoria [TodoDeku]
Romance"¿Por qué no puedo recordarte?" Esa es la pregunta que se hizo Midoriya Izuku en su habitación una tarde después de la escuela. Pero lo más importante aquí: ¿Quién es Todoroki Shoto? y ¿Por qué lo buscaba a él? Muchas cosas sucedieron y que aparente...