Kutts

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-¡Sueltenme!, ¡Piedad! Mi madre está en el borde. No pensé en soltar su mano.

Todos estaban ahí y a la vez tan sumidos en si mismos como para analizar la situación.
Rutina. Maldita seas...
La mirada desinteresada en colaboración con el consuelo postergado de aburrimiento era tan, tan.... Habitual.

- Hermanos, prestad atención aquí, tenemos a un individuo con una indebida falta a nuestras normas.

Kang, el “sanador" más sonado en Frek, ese que carecía de la pronunciada máscara; anuncio.

Sanadores, perros de caza entran en la misma categoría; entrenados para luchar contra rebeldes de luz celestial. Entrenados para perder la mínima debilidad.O ¿humanidad?
Sus armaduras hechas de piedra caliza, ese casco encarnado en su rostro desaparece todas la facciones. Para que solo quede unos ojos rubí, esa manguera conectada en su espalda; justo en el espacio en sus magistrales alas..

- Señor gran ministros, le ruego misericordia. Mi pobre madre está muriendo, mi enredada mente olvidó todo.

Aquel miserable niño tuvo una última esperanza en su ser, aferrándose, postergando ese futuro, ese final.
Miro entre la multitud anhelando  su salvación, no encontró nada. Solo... Aburrimiento.
Hasta que se topo con algo. Tal vez.. ¿Frustración, tristeza, furia? No lo entendía. Pero se quedó con el recuerdo de ese cabello rojizo.
Un azote lo trajo devuelta. Las lágrimas fluían como la sangre por el suelo.

- Tú sabes muy bien la gravedad de llegar tarde, imagina lo que te espera al enteramos que tenías planeado faltar a “la asamblea".

Estaba preparado para otro azote, cuando finalmente esa voz por lo parlantes habló.

- Kang, mi disipulo. Creó que el joven merece una segunda oportunidad, al igual que todos- aclaro- déjalo que hablé.

Los sanadores lo soltaron bruscamente, lo que llevo a que cayera en el suelo. Sus rodillas desnudas al igual que sus piernas enteras se doblaron por la pérdida de sentido. Rápidamente trato de cubrirse con su camisa lo que pudo. Está mañana; su amada madre Shen yue había caído en fase terminal. Su enfermedad había robado toda el agua de su personalidad los primeros meses hasta que no quedó nada. Esa apuñalada termino por perforar un órgano importante y sus múltiples intentos de escapar solo lo empeoraron. Los mentores cerraron su expediente al declararse un caso cerrado. Él deseó haber hecho todo a su alcance por recuperar a su madre, no al saco que permanecía en su hogar todos los días a la espera de que  cobardemente acabara su vida. Rezó por qué aún la hallará enrollada en su cama. Durmiendo, no quería que sus últimos momentos terrenales los sufriera en preocupación, tenía que irse sin dudas.

- Ruego por su perdón Gran Ministro, como lo he dicho antes. Mi madre está en su lecho de muerte, solo me centre en el dolor que olvidé. Piedad por mi humilde alma.

Se doblegó y con las costillas ardiendole hizo una reverencia. Esperó que los relatos no fueran reales.

- ¿Cuál es tu nombre jovencito?

- YoonGi.. Min YoonGi Gran Ministro

Esperó.

- Estamos para ayudar al prójimo, YoonGi. Nuestro señor nos ha encomendado a viajar por el sendero. Andá con tu madre hermano y hónrala como se merece. Kang encárgate de llévalo con ella.

No lo creyó y tampoco aquella mirada oro en el público. Toda persona que era traída no se le volvía a ver. Se vistió con la mejor sonrisa.

- ¡Gracias Gran Ministro!

- Alabado sea el Gran Ministro...

||||||

- ¡¿Madre?!

YoonGi corrió aproximandose hacia ese bulto en el suelo. Los sanadores lo seguían por detrás.
Quitó las mantas del cuerpo.
El vestido que se esmero en hacer para ella tenía una espantosa mancha carmesí en un costado.

- Mamá..
Le susurro tocando su hombro.

- Mamá
Insistió, ahora moviendo su cuerpo frenéticamente.

- ¡Mamá!
Esos susurros se convirtieron en gritos y lamentos desesperados.
YoonGi lo sabía más. Lo que no sabía era que dolía mucho. Se rompió y pronto quiso volver en el tiempo en aquél entonces donde luego que que el malvado monstruo en su armario tocará a la puerta; su mamá vendría agitando su capa invisible en búsqueda del rufián, luego lo abrazaría y le diría.

Yoonie, todo está bien, mamá nunca dejará que los rufianes ganen”

Pensó que mamá se levantaría y lo salvaría de los hombres que ahora los arrastraban por el pasillo, pensó que agitaria su capa y escaparían.
Pero ella se quedó en el suelo.
YoonGi mantuvo esa imágen en sus ojos hasta que ya no pudo ver la puerta de su hogar. No tenía sentido escapar. Se rindió cerrando los ojos rogando por que fuera rápido.
Se rindió por unos instantes y odio el hecho de que esa mirada oro y cabello despeinado rojizo lo hizo creer que tenía otra oportunidad por sobrevivir.
¿La tenía?

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Gracias a todas esas personitas que se tomaron el tiempo de leer (人 •͈ᴗ•͈)

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LipSsan

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2020 ⏰

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El Defecto Con La Cicatriz //KookGi//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora