IntoNeu

99 5 0
                                    

La habitación tenía una tenue luz anaranjada, sin muebles, sus invitados eran esa única  horrible sensación de alerta. Era un espectáculo apreciar en la  chimenea al fuego, que; estaba en constante espera de marchitarse, pero que aún disfrutaba de la velada danzando entre la agonizante madera.
Las puertas de abrieron abruptamente, las sombras nuevamente murmuraban para el pelinegro
Tomaban la forma. Esa forma meramente cósmica.

-su cuerpo es una simple ilusión.

- JungKook- esas delicadas manos se paseaban por sus mejillas- Déjalo explotar dentro tuyo, mi niño, acaso ¿no deseas justicia? ¿No deseas penitencia para aquellos que han pisoteado tu inocencia? Solo doblégate y húndete. El resto déjaselo a él.

- ¡Doblégate!

- ¡Duerme!

-Él nos traerá redención, serás nuestro portal, nuestro adorado anticristo

-¡No!- un grito y aquella habitación comenzó a incendiarse, un fuego trayectorio en la línea de la vida y muerte, un paso para lograr ese paraíso plasmado en cada una de la biblias. Aquel desesperado joven  intento correr, sin entender por qué la alfombra; que en antaño era de un color pulcramente rojo con detalles se volvió un lodo espeso, recordó las Miles de veces que había Sido arrojado en el. Su fuego negro. Finalmente lo alcanzó.
Las sombras lo tumbaron  desgarraban la piel, se centraban en su espalda, y el recordó que era incapaz de experimentar esa brisa cálida en su rostro. Recordó que era incapaz doblegar sus alas por los cielos.
Reía, y le suplicaba al señor consuelo espiritual. Él sabía que nunca escuchaba.

Debí suponerlo.
-¡JungKook!
-¡JUNGKOOK!

Abrió los ojos sobresaltado, sus músculos contraídos ante la mínima amenaza, el sudor lo cubría cuál manto.

- Hey, tranquilo la urna aún no da inicio- Hyuna, mamá. La jovial castaña mostró una sonrisa burlona en el umbral de la puerta- ¿Lo mismo de siempre?- entro y tomo asiento en la cabecera de la cama, acariciando lentamente ese alborotado cabello.

Hyuna es lo más cercano a una madre que podría tener. Es mi madre, es mi mejor amiga y la única en quien puedo depositar toda mi confianza sin temores de que la utilice en los momentos más críticos contra mi.
Daría mi vida por ella. Siempre anhele un regazo para poder llorar por las noches más gélidas, ella me lo otorgó.
Fue un verdadero ángel guardián.

Habíamos escapado astutamente.
Esa memoria en exacto se ha quedó grabada, está fresco.

||||||

La lluvia cubría la ciudad sin reparos. Los relámpagos hacían acto de presencia en honor a los “tiranos del cielo".
Diciembre se aproximaba, las rosas eran cubiertas por escarcha y el aire azotó el en clima, nublado cada rayo proporcionado el Dios Sol.
La noche cayó y lo pueblerinos de costumbre entraban a sus hogares cuando el toque de queda se daba, las familias se reunían para rezar y horar, lo estimado por el ministerio.
Eran insignificantes hormigas obreras, está bien, no están malo.
Vivían en completa ignorancia, ¿eso lo era?
Una sirenas retumbaron por lo altavoces y ellos lo ignoraron.
Entraron a sus camas y olvidaron.
Los equipos Axist se desplegaron por la zona; su misión: detener  al proyecto Koos, de lo contrario el Ministerio tomaría medidas exigentes para neutralizar al objetivo.
Hyuna sabía lo que esto implicaba, y pondría todo en la mesa para evitar que alguien dañara al pequeño JungKook. Era de vital importancia que lo encontrará para poner en marcha su plan.

El Defecto Con La Cicatriz //KookGi//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora