Amanecer 3

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Bart sintió un diminuto dolor sobre su boca. Se le había olvidado que Thad le había roto el labio con su puñetazo. Se separó irremediablemente de Kyle y aunque estaba ruborizado hasta el alma, también se hallaba un poco incómodo por aquel beso que se sintió un tanto impuesto. Aun si no tenía otra referencia, pues ese había sido su primer beso después de todo, debió reconocer que el acercamiento lo hizo percibir algo de temor y duda. Y aunque esos temas no eran de su preocupación diaria, nunca imaginó que su iniciación la tuviera con el Almirante Rayner.

Bart no lo negaba, su curiosidad en aquellos parajes sentimentales y apasionados comenzaba a aflorar, pero no se encontraba interesado totalmente en el joven militar, ni lo veía como un maestro adecuado para esas artes. Si bien era cierto que le aceptó sus nobles cortejos, sus avances y sus atenciones con paseos y regalos, en ningún momento le prometió algo.

Y ese pequeño dolor, consecuencia de ese beso, le recordó primero, la realidad de su nuevo destino como prometido de un sultán, y segundo, la verdad del sentir en su corazón respecto a la relación que Kyle buscaba con él, diciéndole que si alguna vez tuvo una mínima intención de corresponderle al Almirante, al menos por compasión, ahora que ya estaba comprometido, la pretensión del ojiverde se desvanecería como sal en agua.

-Perdón... –Se disculpó Kyle al percatar el fin de su caricia-. ¿Fue demasiado? –Inquirió al ver el rostro aprensivo de Bart-.

-Y-yo... -Hesitó el príncipe sumido en su falta de palabras-. N-no... es que...

-Querido príncipe mío... -Musitó Kyle sonriendo, admirando aquella mueca inocente que Bart proyectaba entre su sonrojo y sus labios entreabiertos-. Eres de verdad adorable... -Le murmuró al joven acercando su rostro nuevamente-.

Kyle no vaciló en decidirse para besarlo una segunda vez, pero al ver que el muchacho desviaba tenue e inercialmente su rostro, debió retroceder sin soltar sus manos.

-¿No te agradó? –Le inquirió Kyle un tanto encaprichado, buscando la negativa en Bart para volver a besarlo sin verse demasiado insistente. No quería sobrepasarse con él tampoco. Era un príncipe después de todo, además de un joven recatado e inocente-.

Bart mostró duda en sus balbuceos al querer responder. Era evidente que aquel acercamiento no había sido del completo gusto del menor, pero verlo enmudecer para no herir susceptibilidades, en serio enterneció al Almirante.

-Lo lamento. –Dijo Kyle mientras sostenía las manos del menor con más ahínco-. Fue algo muy rápido, ¿cierto? Discúlpame. Pero es que lo creí necesario en vista de las circunstancias. –Declaró alzando suavemente las manos a la altura de su boca-.

-¿Necesario...? –Repitió Bart atendiendo el cambio de tema, comprendiendo a medias las palabras de su acompañante-.

-Sí. –Respondió Kyle sin miramientos-. Pensé que si no lo hacía ahora... Jamás tendría la oportunidad... Y menos cuando... te... van a alejar de mí... -Habló mientras mostraba su aflicción en su mirada agachada-.

Bart comprendió de inmediato. Lo que hizo que se reiteraran sus inquietudes y sus obligadas resoluciones, provocándole un nudo en la garganta que le sugirió disculparse por su inocencia en aquella decisión.

-Es algo que yo no decidí... -Musitó el pelirrojo abatido y desanimado-. Fue el rey... Yo...

-Lo sé, Bart. –Interrumpió Kyle acercándose al más joven-. Sé que si por ti fuera, habrías esperado a tu prometido ideal, ¿cierto? –Inquirió justo antes de besar las manos delicadas de Bart-.

Pero ese gesto fue duramente ignorado por el muchacho, quien ya se había hundido en su pesar causado por ese terrible destino al que lo habían atado. Kyle apreció la viva aprensión y el miedo en el rostro de su amado. El desasosiego lo invadió entonces. Se dejó llevar por su malestar cayendo en su propio agujero de malos sentimientos, dentro los cuales se involucraban los celos, la impotencia y la decepción. Decepción que paulatinamente devenía en ira y frustración. Seguía observando a Bart y su semblante y entre más fijaba sus orbes sobre el muchacho, menos dejaba de pensar en una única posibilidad para salvar el amor pasional que le tenía.

El Sol en tu Mirada [BluePulse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora